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Temor por la seguridad y los asientos vacíos
Final

Temor por la seguridad y los asientos vacíos

La enorme distancia que separa Kiev de Madrid y Liverpool, junto a los elevados precios del viaje y los alojamientos, complica el lleno en un Olímpico blindado

Óscar Bellot

Enviado especial a Kiev

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Viernes, 25 de mayo 2018, 13:29

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Miles de aficionados aguardan el partido más esperado del año a nivel de clubes con cierto tono de amargura. Pese a la presencia del equipo de sus amores y al hecho incluso de haber resultado agraciados con una de las entradas que la UEFA atribuyó a ambos contendientes (17.000 para cada entidad) para que las repartiesen entre sus socios, no podrán estar en el Olímpico de Kiev para un duelo en el que se dirimirá si el Real Madrid reina por decimotercera ocasión en Europa o si lo hace el Liverpool por sexta vez. Un desencanto cuyo motivo no es otro que la decisión del organismo rector del fútbol continental de designar la capital de Ucrania como sede de la final de la Liga de Campeones.

La gran distancia que separa Kiev de Madrid (más de 2.800 kilómetros) y de Liverpool (2.300 kilómetros), sumado a lo complicado de las comunicaciones ya echó para atrás a muchos hinchas que en la primera semana de mayo, al calor del júbilo con que acogieron el pase de sus escuadras al choque decisivo, se veían caminando a orillas del río Dniéper.

Viajes de casi 20 horas en el caso de aquellos con escalas y billetes de no menos de mil euros mitigaron el ansia de muchos por acometer el desplazamiento. La estocada para cientos de quienes aún se resistían a perdérselo llegó con los desorbitados precios de los alojamientos en una urbe que vio cómo podía hacer el negocio del siglo. Hasta por 600 han llegado a multiplicar sus precios algunos alojamientos y muchos hoteles llegaron a cancelar reservas antiguas (con excusas como fallos de agua o de electricidad) para volver a sacar después las habitaciones a precios desorbitados.

La aventura podía dispararse fácilmente hasta 4.000 euros o más, teniendo en cuenta también el precio de las entradas, 70 euros las más baratas y 450 las más caras

Es complicado pasar la noche por menos de 2.000 euros en una ciudad que registra un 91% de ocupación hotelera, aunque también hay numerosos ciudadanos de Kiev que han ofrecido alojamiento gratis a las hinchadas de Real Madrid y Liverpool a través del grupo de Facebook llamado 'Kiev FREE couch for football fans 26/05/18'. La aventura, en cualquier caso, podía dispararse fácilmente hasta 4.000 euros o más, teniendo en cuenta también el precio de las entradas, 70 euros las más baratas y 450 las más caras.

Una situación que propició que cerca de los 3.000 socios que resultaron agraciados con una de las 12.802 entradas que el Real Madrid sorteó el pasado 8 de mayo las devolviesen al club, conformándose con ver el encuentro desde casa o en las pantallas gigantes habilitadas en el Santiago Bernabéu, lo que obligó a la entidad de Concha Espina a volver a ponerlas a la venta entre quienes se habían quedado con la miel en los labios a fin de no ver vacíos los asientos que la UEFA dejó para la hinchada merengue. Esfuerzo baldío en todo caso para repartir todo el papel, puesto que la UEFA confirmó el jueves por boca de su presidente, Aleksander Ceferin, que el club de Chamartín devolvió algo más de mil boletos que no se podrán vender a los seguidores del Liverpool por razones de seguridad. Tampoco en Anfield andaban demasiado satisfechos por las trabas para sus aficionados que supone el emplazamiento de la final en Kiev, por lo que el lleno en el Olímpico no está asegurado.

Agresión a hinchas del Liverpool

Inquieta también la posible repetición de altercados como el que sufrieron el jueves por la tarde un grupo de seguidores del Liverpool que fueron atacados por una veintena de encapuchados en un restaurante próximo al Olímpico de Kiev. Brutalmente golpeados por unos agresores que portaban capuchas y máscaras con calaveras, los hinchas 'reds' terminaron ensangrentados y algunos presentaban heridas en la cabeza.

Un ataque que ha provocado un incremento de las medidas de seguridad, ya de por sí férreas. Unos 8.000 efectivos patrullarán las calles de Kiev para tratar de blindar la final de la Champions. Otros 4.000 asegurarán el Olímpico, donde los aficionados tendrán que pasar un primer filtro en una serie de vallas donde están instalados arcos detectores de metales. A continuación habrá un segundo filtro con cacheos a cargo de la seguridad privada y un tercero en los tornos del estadio.

A ello se añade el temor de las autoridades ucranianas a un ciberataque masivo que tenga como blanco instituciones públicas y empresas privadas. La firma Cisco Systems alertó el miércoles de que los 'hackers' ya habían infectado al menos 500.000 rúters y otros aparatos en decenas de países. Y su unidad de ciberinteligencia, Talos, manifestó su sospecha de que el Gobierno ruso esté detrás de dicha campaña. Los servicios de seguridad de Ucrania (SBU) alertaron en un comunicado de que las infecciones ya detectadas de equipos informáticos podrían servir para preparar «otra ciberagresión de la Federación Rusa», con el objetivo de «desestabilizar la situación durante la final de la Liga de Campeones», algo que negó el jueves el Kremlin.

Mientras tanto, la ciudad seguía llenándose este viernes de aficionados del Real Madrid y el Liverpool. Para ellos hay organizado un amplio abanico de actividades dentro del UEFA Champions Festival. Entre los eventos estrella del día está el Torneo Ultimate Champions que, desde las 16 horas, involucrará a varias leyendas de la Liga de Campeones en un partido que se disputará en un campo instalado en la calle Khreshchatyk, la principal artería comercial de Kiev y al que asistirá Vitali Klitschko, excampeón mundial de los pesos pesados y actual alcalde de la ciudad.

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