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Cristiano Ronaldo, durante el partido ante la Real Sociedad.
Cristiano empaña la resurrección del Real Madrid
primera división

Cristiano empaña la resurrección del Real Madrid

El portugués volvió a encararse con la grada durante el choque ante la Real Sociedad tras desoír el público su petición de cariño

Óscar Bellot

Lunes, 30 de enero 2017, 18:36

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La relación de Cristiano Ronaldo con el Santiago Bernabéu atraviesa uno de sus momentos más convulsos. El crack luso dijo basta durante el partido frente a la Real Sociedad. No comprende cómo es posible que la afición merengue se cebe con el futbolista que más goles ha marcado en los casi 115 años de vida del club, que no le pase ni una a quien mantiene un promedio de más de un tanto por encuentro desde que viste la elástica blanca, que silbe al poseedor de cuatro balones de oro, al hombre que, según su actual entrenador, ha alcanzado cotas que nadie volverá a hollar por más que pase el tiempo. Corría el minuto 23 del choque frente a los donostiarras cuando se produjo el estallido. El de Madeira perdió el balón tras un mal control y los silbidos arreciaron. El '7' alzó la cabeza en dirección al público y, con mirada retadora, espetó un «¡Hijos de puta!», de acuerdo con las imágenes de televisión. No se detuvo ahí. Minutos después, el enfado iba en aumento. De ello se dio cuenta Sergio Ramos cuando subió a rematar un córner y vio a su compañero negando con la cabeza. Trató de tranquilizarle pero sus esfuerzos fueron baldíos. El luso repitió el insulto, esta vez en su idioma natal, y añadió otros improperios. La grada había hecho oídos sordos a su llamamiento en la previa demandando apoyo, al menos en lo que a su figura respectaba.

La furia no disminuyó ni cuando conectó con Kovacic para que el croata firmase el primero ante el conjunto 'txuri urdin'. Se desfogó cuando puso el segundo, el que eleva a 13 su cuenta en la presente Liga, pero se olvidó de su celebración habitual. Prefirió tirarse primero al césped y luego festejarlo mirando al palco donde se ubicaban sus familiares. La opinión del público había cambiado con su actuación, no así la consideración del luso sobre la actitud de la grada.

No es la primera vez que Cristiano se revuelve contra su afición. Esta misma temporada afeó al público su intransigencia durante el partido de la fase de grupos de la Liga de Campeones que midió al Real Madrid con el Borussia Dortmund. En aquella ocasión empleó el índice de su mano derecha para reprender a la grada. En la campaña 2014-2015 respondió a los silbidos por su individualismo en un partido ante el Levante con un «Fodan-se», lo que en castellano viene a ser «Jódanse». En otras ocasiones optó por no celebrar goles, como el anotado de penalti frente al Rayo Vallecano en la decimosexta jornada de la temporada 2015-2016, después de que el Bernabéu la tomase con los jugadores al verse por detrás del conjunto que por entonces dirigía Paco Jémez.

Tampoco es el luso el primero que se encara con el Bernabéu. Antes que él lo hicieron otros emblemas del club como Iker Casillas, quien mandó «a tomar por culo» a los hinchas que le pitaban tras encajar un gol ante el Valencia en la trigésimo sexta jornada de la campaña 2014-2015. El coliseo blanco ha sido históricamente inclemente con algunas de sus principales figuras. Ya lo recordó Zinedine Zidane esta misma temporada cuando subrayó, antes de medirse a la Cultural Leonesa en dieciseisavos de final de la Copa del Real, que a él también le pitaron. Tras el choque ante la Real Sociedad del domingo, el técnico galo volvió a ser interpelado acerca de los silbidos dirigidos a Cristiano Ronaldo, pero 'Zizou' optó por la diplomacia. «A Cristiano no creo que le hayan pitado. Hoy hay que agradecer al público. Algunos pitidos, puede ocurrir», dijo.

Kovacic, el buen soldado

Pese a sus palabras, Zidane era consciente de que el enfrentamiento de la principal estrella del Real Madrid con la afición había empañado la resurrección de los blancos tras la mala racha de resultados encajados a partir de la derrota frente al Sevilla en la decimoctava jornada de Liga. Opacó incluso la notable actuación de Kovacic, secundario erigido en protagonista del choque ante la Real Sociedad merced a su asociación con el '7' en los dos primeros tantos de los locales.

El croata dio un paso al frente en el momento en que más lo precisaba su equipo. Desangelado y nervioso, coqueteaba con el desastre el conjunto de Chamartín hasta que el mediocentro optó por romper las líneas en una de esas cabalgadas a que acostumbra desde que llegó a la capital española. Suele iniciarlas con el balón en los pies y casi siempre mueren de la misma forma. Esta vez corrió desprovisto del esférico para recibirlo de las botas de Cristiano en las inmediaciones del área. Un par de toques y el remate final a la derecha de Rulli sirvieron para desnivelar un partido que dominaba hasta entonces el equipo de Eusebio. Le devolvería el favor el ex del Inter al luso en la segunda parte con una asistencia que propició ese festejo del '7' dirigido a sus familiares y no a la grada a cuyos pitos había respondido furioso en varias ocasiones. El '16' suma este año 1.018 minutos en 14 partidos de Liga disputados, 12 de ellos como titular. Más incluso que su compatriota Modric, quien se ha visto lastrado por las lesiones. Es el primer recurso de Zidane cuando falta una de las tres piezas del mediocampo. Cumplió cuando le tocó suplir a Casemiro en la condición de tapón y también el domingo cuando hubo de asumir las funciones del ex del Tottenham. Modric fue el espejo en el que siempre se miró Kovacic y, aunque sus virtudes son muy distintas, en Chamartín ven en él un gran margen de crecimiento dada su juventud, sacrificio y capacidad de aprendizaje. Más aún tras su estreno goleador en la principal competición doméstica.

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