Borrar
Dani Ceballos.

Ver fotos

Dani Ceballos. Reuters
Jornada 6

El Real Madrid gana pero no se rehabilita

El cuadro de Zidane sufre más de lo debido ante el comatoso Alavés, pero Ceballos y los postes salvan la victoria

Óscar Bellot

Madrid

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Sábado, 23 de septiembre 2017, 01:39

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Tiene dos Champions League en su palmarés, pero Zinedine Zidane se toma la visita al estadio del actual colista como un examen para él más que para su equipo, a siete puntos del Barcelona tras la derrota del miércoles ante el Betis. «Es una buena oportunidad para demostrar que valgo para estar aquí. Se lo que pasa con dos resultados malos aquí, he sido jugador y lo entiendo, pero estoy tranquilo y los jugadores también», dijo ante los medios pese a que sólo se han disputado cinco jornadas de Liga. La frase salió de su boca sin que nadie le preguntase y horas ante de ser nominado al premio ‘The Best’ al mejor entrenador del año. Zidane no busca excusas. Ni se aferra a supuestos errores arbitrales y tampoco a las bajas, pese a que son numerosas -seis- e importantes, como la de Kroos -por una molestia en una costilla- o Marcelo que estará de baja un mes por una rotura fibrilar.

Pese a que el equipo no ha funcionado como local ante dos teóricos rivales de la zona baja no cree que haya un problema más allá de una puntual falta de acierto ya que su equipo venía de una racha de 73 partidos consecutivos marcando.«Sigo pensando que tuvimos 27 ocasiones y no quiso entrar. No me voy a volver loco por perder un partido», recordó antes de vaticinar, fiel a su perfil «optimista», que en Mendizorroza «si tenemos ocasiones las vamos a meter». El francés, que podría optar por Nacho al no disponer de ninguno de sus laterales izquierdos por lesión, no cree que la Liga esté perdida y considera que se pueden a llegar a remontar «10 o 15 puntos», porque no olvida que cuando cogió el equipo, hundido con Rafa Benítez, llegó a pelear hasta la última jornada el título liguero. «No estamos a cuatro puntos y quedan cinco partidos. Estamos a 33 partidos y son 7 puntos. Todo el mundo tiene un momento malo en la competición. Nosotros vamos a estar ahí, no te preocupes», insistió.

Incluso llegó a bromear cuando le preguntaron por la, supuesta, mala suerte que acompaña al Real Madrid en este inicio de campaña. «Ahora soy el gafe, antes entonces (cuando ganaba) tenía flor. Sigo teniendo flor, estoy en este club y estoy contento. Lo bueno es que hay un partido, después tenemos Champions el martes y otro partido el próximo fin de semana. Podemos cambiar rápidamente eso», apuntó antes de negar que esto vaya a modificar su política de rotaciones. «Mi trabajo lo voy a hacer de la misma manera. Creo mucho en lo que hago, lo hago con conciencia y pensamiento. Las rotaciones es una cosa que no va a cambiar. Ni un jugador de 20 años, es que no hay un jugador que pueda hacer 7o partidos en una temporada. No es sólo el cansancio físico, es también mental. Nuestros jugadores, que son todos internacionales no descansan nunca, sólo algunos días en Navidad. Necesitamos el sistema de rotación, las críticas no me van a cambiar lo que voy a hacer». Así, podría dar descanso a Carvajal tras 810 minutos oficiales y que entrase Achraf, objeto de deseo del Alavés este verano. Ceballos podría fortalecer el centro del campo si bien todo apunta a que será titular Asensio junto a Cristiano, que aún no ha anotado esta Liga pero hace un año hizo un ‘hat-trick’ al Alavés.

Enzo contra Zizou

Será importante la actitud del cuadro local, que tiene el dudoso honor de haber logrado el peor inicio liguero de la historia con cinco derrotas consecutivas y ningún gol a favor. «Esto se soluciona ganando el próximo partido», exige el capitán albiazul Manu García, que podría ser ayudado en el centro por Medrán. Aunque espera incorporar a otro entrenador en las próximas horas (el italiano Di Biasi fue anunciado este viernes de manera oficial) repetirá el interino Javier Cabello en el banquillo, que se estrenó con derrota (1-0) en Riazor. Mejoró algo respecto a la era de Luis Zubeldía, pero mostró aún cierta fragilidad defensiva y sobre todo poco acierto ofensivo, donde los tocados Munir y Bojan deberían ser la referencia. Tomás Pina también es duda por problemas físicos y ello podría abrir la puerta de la titularidad a Enzo Zidane, de 22 años y el mayor de cuatro hermanos futbolistas (Luca de 19 años y tercer portero del primer equipo, Theo de 15 y Elyaz de 11). «Recuerdo siempre de pequeño tener un balón en casa y jugar sin parar», explicó el internacional sub-19 francés a los medios del Alavés.

La presencia en el once local de Enzo, que dejó este verano un Real Madrid en el que ha estado desde los ocho años para recalar en el Alavés los tres próximos años, aportaría una motivación extra al medirse a su exequipo entrenado por su padre tras sumar por ahora sólo 71 minutos en dos partidos. «No pienso mucho en eso, no es que vaya a jugar contra mi hijo porque soy entrenador. Esto es un Alavés-Real Madrid. Estoy atento a su evolución como jugador pero yo hablo como padre. Ahora no soy su entrenador y es una relación padre-hijo, cuando hablamos es sólo de esa manera. No le doy consejos», explicó el técnico de un centrocampista al que dirigió en el filial (de 2014 a 2016) y que cuando era adolescente se hacía llamar Enzo Fernández, usando el apellido de su madre, para evitar la presión. «Es un partido muy especial, es jugar contra el equipo de mi vida desde pequeño, va a ser un poco raro. Quiero ser el mejor futbolista posible y es lo que intento ser cada día», confesó Enzo, que debutó con gol en el primer equipo durante un partido de Copa del Rey jugado en noviembre de 2016 frente a la Cultural Leonesa en el Santiago Bernabéu. «Ojalá que Enzo no marque, somos competitivos. Nos enfrentamos, él del lado del Alavés y yo del Madrid. Nada más», explicó ‘Zizou’, que pese a que no quería hablar mucho del asunto tuvo tres preguntas sobre una situación especialmente seguida en Francia.

Ni la visita al norte, donde ha vivido su únicos días alegres en este comienzo de curso ni la presencia de un adversario que venía de firmar el peor comienzo de la historia de la Liga española sirvió al Real Madrid para rehabilitarse tras tres tropiezos consecutivos en el Santiago Bernabéu que le han puesto contra las cuerdas cuando apenas unas semanas atrás caminaba imperial con la conquista de las dos Supercopas. Al contrario, la escuadra de Zidane, pese a conseguir la victoria con más sufrimiento del esperado, ahondó en las miserias que le han aquejado en las últimas jornadas –insólita falta de puntería de sus habitualmente certeros futbolistas- y exhibió otras que no se le conocían, con un juego abúlico por momentos, nuevamente precipitado en otros, sobre todo en el segundo periodo, que permitió al Alavés soñar hasta el último instante con arañar sus primeros puntos de la temporada. No lo hizo gracias a los postes, que por dos veces negaron el empate al cuadro babazorro, merecedor de más dada la anemia que padece, y al primer doblete en Primera de Ceballos, ejecutor en su estreno como titular blanco de un triunfo que sabe a muy poco en el peor partido del vigente campeón de Liga y Champions.

Alavés

Pacheco, Vigaray (Alexis, min. 46), Ely, Maripán, Rubén Duarte, Daniel Torres, Manu García, Burgui (Pedraza, min. 66), Medrán, Ibai Gómez (Sobrino, min. 81) y Munir.

1

-

2

Real Madrid

Keylor Navas, Carvajal, Varane, Sergio Ramos, Nacho, Casemiro, Ceballos (Marcos Llorente, min. 72), Isco (Borja Mayoral, min. 90), Lucas Vázquez, Marco Asensio y Cristiano Ronaldo.

  • Goles: 0-1: min. 10, Ceballos. 1-1: min. 39, Manu García. 1-2: min. 42, Ceballos.

  • Árbitro: Undiano Mallenco (C. (Navarro). Mostró amarilla a Vigaray, Ely, Medrán, Manu García y Daniel Torres por parte del Alavés, y a Carvajal y Nacho por la del Real Madrid.

  • Incidencias: Partido correspondiente a la sexta jornada de Liga disputado en el estadio de Mendizorroza ante 19.159 espectadores.

Acuciado por su situación en la tabla y el impecable arranque del Barça, cabía esperar un Real Madrid mandón desde el inicio. Sorprendió por ello que fuese el Alavés el que comenzase amenazando la meta de Keylor Navas, con un par de balones en largo para Munir y un córner que obligó sacar el guante al tico. Volcado el Real Madrid al ataque, exigía el delantero de origen marroquí al eje de la zaga blanca, forzando a Sergio Ramos a multiplicarse en el corte. No pudo aprovechar con todo el ex del Barça ninguna de esas oportunidades. Sí lo hizo Ceballos al recoger en el vértice del área un pase de Marco Asensio desde la izquierda que el utrerano, en su estreno como titular, embocó a la red con un disparo raso y ajustado al palo. No hay, sobre el papel, mejor forma de espantar fantasmas que un gol tempranero, pero el discurrir del duelo había de volver a hacerlos presentes en la mente de los visitantes.

Aguardando en cuidados intensivos a que su nuevo técnico, el italiano De Biasi, trate de revertir el nefasto comienzo de campaña del que fuera el cuadro revelación del pasado curso, se afanaba el Glorioso en ofrecer una buena imagen que al menos sirviese para como punto de partida de un renacer ante adversarios de menor abolengo.

Dueño absoluto del cuero frente a un rival en estado comatoso y con una pléyade de futbolistas de trazo fino como Ceballos, Asensio e Isco, gozaba el equipo de Zidane de una excelente oportunidad de revitalizar su alicaído ánimo. Los goles son el mejor bálsamo contra la depresión y a su caza fue una escuadra que vivía de continuo de las inmediaciones del área de Pacheco. Entrañan sin embargo este tipo de partidos el riesgo de que el pequeño se crezca a medida que el abrumador dominio no se traduce en tantos, a la vez que el grande se adormila y se entrega a la autocomplacencia. Sucedió cuando Burgui metió un balón al espacio que Munir recogió en el costado derecho y metió un preciso centro que aprovechó Manu García para inaugurar de cabeza la cuenta de goles del Alavés en esta campaña. Un zarpazo que pudo dejar herido al equipo de Zidane de no haber pescado Ceballos un rechace de Pacheco tras centro de Carvajal que no pudo alcanzar Cristiano Ronaldo para volver a poner por delante a los blancos justo antes de encarar el camino de los vestuarios. Era el primer doblete como profesional del talentoso centrocampista sevillano, que hasta este sábado sólo había anotado cuatro dianas en Primera: frente a Las Palmas y Barcelona hace dos campañas y ante Eibar y Atlético de Madrid en la recta final del pasado curso.

El cuadro visitante, que había dispuesto de posesión y ocasiones suficientes para encarar tranquilo la segunda mitad, avivó nuevamente las dudas sobre su consistencia. Vista la sideral distancia que le separa del Alavés, el susto debió servirle de acicate para matar el choque, pero el comienzo del segundo periodo reveló un panorama muy diferente del que cabía esperar. Niveló el encuentro el Alavés, que buscó con valentía al Real Madrid en pos de arañar sus primeros puntos. Mostraba la escuadra de Zidane su peor rostro, pacato en ataque a excepción de un mano a mano de Isco con Pacheco que el malagueño estrelló contra el muñeco mientras Cristiano Ronaldo le reprendía por no haberle dado el pase de la muerte y un tiro cruzado del luso que impactó contra el palo tras superar al cancerbero pacense.

Nuevamente sobrexcitados, como evidenció Lucas Vázquez en un enfrentamiento con Manu García tras recibir una patada del capitán del Alavés, se perdían los futbolistas del Real Madrid en una guerra de guerrillas en la que no tenían nada que ganar y sí mucho que perder. Pudo ocurrir cuando minutos después de ese lance Pedraza estrelló contra el larguero un zambombazo que tocó ligeramente en Varane, desviando su trayectoria.

Consciente de que la victoria peligraba, Zidane optó por retirar al bigoleador Ceballos para aplicar más músculo al mediocampo con la irrupción del exalavesista Marcos Llorente. La necesidad de proteger a su equipo con un doble pivote de las embestidas del flojo Alavés no era sino la asunción de la propia flojera, impropia de quien viene de encadenar cuatro títulos. Y ni con tantas salvaguardas pudo respirar el doce veces campeón de Europa, que contuvo el aliento mientras un disparo de Pedraza besaba, otra vez, el palo. De haber hallado el esférico el destino que ambicionaba el extremo cedido por el Villarreal, se habría acordado el Real Madrid del balón que poco antes había enviado a las nubes Sergio Ramos con todo de cara para sentenciar el choque. Respiró al final el Real Madrid con los tres puntos, que le permiten igualar el récord de triunfos consecutivos a domicilio en Liga que tenía el Barça con doce; no tanto su afición con el decepcionante desempeño de su equipo.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios