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Primo (segundo por la derecha) espera el balón en el partido entre la Gimnástica y el Vimenor
Dos grandes reyes para un solo trono

Dos grandes reyes para un solo trono

Laredo y Gimnástica se enfrentan hoy y buscan un triunfo que les haga creer en la victoria final en el campeonato

adela sanz

Domingo, 4 de diciembre 2016, 10:35

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Dos grandes reyes se disputan el dominio de las tierras de Cantabria. El primero de ellos hace tiempo que perdió la corona y ansía recuperar el trono que nunca debió abandonar. Dos años lleva vagando en el exilio tratando de reunir las fuerzas suficientes para lograr una reconquista que aún se le resiste. El segundo, tiempo atrás uno más entre quienes aspiraban al poder solo en el territorio de los sueños, ahora es el más fuerte. Pero se acercan vientos de cambio. Este monarca parece estar cansado, se siente algo débil, y su enemigo, que ya se encuentra a las puertas de su casa, lo sabe y parece que, esta vez, no va a ceder.

Laredo y Gimnástica, que esta tarde (17.00 horas) miden sus fuerzas en el campo de San Lorenzo, dominan el fútbol de Tercera durante las últimas temporadas, en las que ambos se han disputado el título. El actual campeón de liga llamó a las puertas del título por primera vez hace tres campañas, cuando logró meterse entre los cuatro primeros, consiguiendo el subcampeonato, aunque sin disputarle a los de Torrelavega, por entonces entrenados por Ezequiel Loza, el primer puesto. El Laredo estaba creciendo, eso era algo que todos veían venir, pero no lo suficiente como para arrebatarle a la Gimnástica el lugar de honor.

Pero al año siguiente cambió todo. El club costero, hasta entonces entrenado por Santi Cobo, contrató a Chiri y tras un inicio titubeante, el equipo fue adquiriendo consistencia con el paso de las jornadas y terminó completando una segunda vuelta casi impecable, hasta alzarse con el título con 89 puntos, cuatro por encima de la Gimnástica de Raúl Pérez, siendo además el equipo más goleador y menos goleado.

Nueva hazaña

El año pasado, ya sin Chiri pero con José Gómez, volvió a repetir hazaña y eso que lo tenía casi todo perdido. Los blanquiazules, que llegaron a cobrar una ventaja de doce puntos, dilapidaron su renta y terminaron cediendo el campeonato, que se dejaron en El Castañal en una tarde aciaga. El título de nuevo volvió a manos del Laredo, que supo mantener sus opciones intactas, sin ceder al desaliento.

Esta temporada todo hacía indicar que el choque de reyes volvería a producirse. El Laredo, con un gran plantel y de nuevo con Gómez en el banquillo, parecía lo suficientemente fuerte como para volver a pelear por el trono de las tierras de Cantabria. La Gimnástica, por su parte, tras dos campañas en blanco, apostó por otorgarle el mando al extécnico del club costero, Chiri, con el objetivo de recuperar el lugar que por historia y estadística le corresponde.

«La Gimnástica, si está en Tercera, debe ser campeón», es un enunciado que los aficionados blanquiazules repiten mentalmente como un mantra, una especie de verdad no escrita que todos asumen y que, si no se cumple, es que algo no ha ido como debiera. Por eso era necesario un cambio de rumbo.

El tiempo, de momento, le está dando la razón a quienes apostaron por el nuevo entrenador y el equipo avanza a ritmo marcial por el campeonato, derribando oponentes y cobrando desde el principio una ventaja que, con altibajos, está logrando mantener. Por contra, el Laredo no parece a la altura de sus propias expectativas y vaga por la mitad de la tabla enfrascado en combates menores, como si de repente hubiera retornado al pasado.

Las lesiones lo han lastrado desde el principio, así como su irregularidad e, incluso, la mala fortuna. Aún viste capa de color púrpura, pero ya no intimida tanto. ¿Qué le sucede?, se preguntan algunos. ¿Por qué no parece el mismo? ¿Acaso ya está cansado?

A pesar de todo, el Laredo sigue ahí. Desde la distancia, muy lejos del objetivo, no parece rival para lo que se le viene encima esta tarde. Pero es el campeón y ya consiguió rehacerse otras veces. «Que nadie me dé por caído», se dice, «no mientras me mantenga en pie». Con su rendimiento poco fiable en casa, sin varios de sus mejores hombres y con las dudas que este año despierta su juego, carente de la resolución de otras veces, no parece lo suficientemente fuerte como para frenar el avance de una Gimnástica a la que nadie se ha resistido lejos del estadio del Malecón.

Sin ausencias en le vestuario

Solo dos rivales han estado a punto de lograrlo, pero ninguno ha podido arrebatarle los tres puntos. Ahora viene con todo lo disponible, sin ausencias por vez primera en semanas, y tras haber superado al Siete Villas, que en la distancia parecía el ejercito de los Inmaculados, jugando con él como si fuera un ratón.

Sobre el césped se miden dos estilos, dos grandes planteles, dos entrenadores que conocen el sabor del éxito, dos equipos que decidirán a quien le corresponde el trono.

El Laredo quiere defender lo que tanto esfuerzo le ha costado lograr. La Gimnástica viene a por lo que considera que es suyo, a recuperar aquello que su rival le arrebató en su día. San Lorenzo está preparado para el juicio por combate.

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