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El Laredo tumba a la Gimnástica
fútbol- tercera división

El Laredo tumba a la Gimnástica

El cuadro pejino, que sigue a seis puntos de la promoción, se impuso al líder en un partido en el que mostró su mejor versión

josé compostizo

Domingo, 4 de diciembre 2016, 16:43

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El líder de Tercera, la Gimnástica, se dejó los tres puntos en San Lorenzo ante un Laredo que lo dio todo en el campo y, pese a las importantes bajas de Bubu, Vinatea y Luis Gómez, encontró el premio a su esfuerzo. Es cierto que durante doce minutos jugó con un hombre más por la expulsión de Camus, pero también hay que tener en cuenta que delante estaba el mejor equipo de la categoría. Le faltó matar al rival en alguna contra. Arriba estuvo muy indeciso y eso provocó que los fantasmas aparecieran en el coliseo pejino a medida que el reloj se acercaba al final y no era capaz de sentenciar. Con esta victoria el Laredo suma siete puntos de los últimos nueve posibles y deja claro que es capaz de ganar a cualquier equipo.

«Sangre, esfuerzo, lágrimas y sudor». Es una famosa expresión utilizada en un histórico discurso del primer ministro británico Winston Churchill, en plena Segunda Guerra Mundial, que hizo suya la escuadra pejina ayer ante la Gimnástica de Chiri. La sangre la puso Pablo, que tuvo que abandonar el terreno de juego por un golpe en el tobillo. El esfuerzo y el sudor, todo el equipo laredano, consciente de que el mejor regalo en vísperas de la Navidad era conseguir el triunfo ante el líder. Ahí está para saborearlo. Al final, las lágrimas fueron para los torrelaveguenses, pero, en el camino, tocó sufrir mucho para sumar los tres puntos. No era fácil sacar el partido adelante y se logró. El conjunto de José Gómez, además, contó con una ventaja con respecto al rival. Porque jugó con doce jugadores, ya que la afición rojilla animó como nunca cuando el equipo más lo necesitaba. El Charles supo disputar un partido serio y apasionante, con fútbol de verdad. De ese que engancha a la Tercera División.

Fue una lucha de gigantes tras la cual los locales encadenan tres encuentros sin conocer la derrota y se colocan a seis puntos de los puestos de la fase de ascenso, pero a trece del conjunto torrelaveguenses, que todavía es líder del grupo cántabro. Los dos equipos se emplearon con mucha intensidad y la entrega se convirtió en protagonista en ambos bandos.

Desde los primeros minutos, el Charles trató de armarse bien defensivamente en busca de aprovechar los robos de balón para salir al contragolpe frente a una Gimnástica que alternaba jugadas de toque con algún balón largo a la espalda de la defensa rival. Los dos equipos se contagiaron del festivo ambiente que se vivía en las gradas y desde el principio jugaron con ambición y ganas de agradar, combatiendo de poder a poder con sus respectivas armas y repartiéndose el control del esférico.

Frente a la velocidad de la Gimnástica, el Laredo se apoyó en Roberto Cano para construir su juego ofensivo. El mediapunta estuvo participativo y eso fue una grandísima noticia para el conjunto pejino, que encontraba huecos por la banda izquierda de su ataque, sin duda su perfil más peligroso. Lástima que todos los intentos rojillos de hacer daño morían sin peligro en las inmediaciones del área en el primer tiempo: de nuevo faltaba remate e instinto asesino.

No había goles pero sí fútbol. Los primeros acercamientos peligrosos fueron para los locales. En el minuto 4, la defensa blanquiazul apareció in extremis para mandar a córner un centro de Dani, que finalmente no encontró rematador. Dos minutos después respondieron los visitantes con un lanzamiento de falta desde el vértice del área a cargo de Camus que se marchó rozando el larguero. Pasados los primeros diez minutos de encuentro de nuevo Dani puso un centro que no acertó a atrapar el meta Puras, pero atento a la jugada no llegó por escasos centímetros.

Ajuste del ataque visitante

El Laredo salió mejor de los vestuarios tras la reanudación y comenzó mandando en el juego en los últimos 45 minutos. En el descanso, José Gómez había ajustado el ataque blanquiazul. Primo, que estuvo muy solo durante la primera mitad, estuvo acompañado por Briz, que sustituyó a Fermín, para instalarse como segundo punta. En estos primeros compases del segundo acto, la Gimnástica dispuso de una de sus más claras ocasiones de todo el encuentro al rematar Vitienes desde fuera del área, marchándose el balón desviado. Corría el minuto 60 cuando los aficionados locales se levantaron de sus asientos para celebrar un gol de Manu, pero el colegiado, a instancias de su juez de línea, lo anuló por fuera de juego.

El Laredo estuvo a la altura del partido. Y su gen competitivo le llevó a poner ya contra las cuerdas a la Gimnástica en el primer cuarto de hora de juego de la segunda mitad, con una salida en tromba donde los locales jugaron los mejores minutos de lo que va de campeonato. Y nuevamente Manu se encargó de liderar el aluvión ofensivo. Si en el minuto 72 ya puso a prueba a Puras, el espectáculo comenzó dos minutos después, con una buena pared entre Manu y el extremo Dani, que el centrocampista pejino alojó en el fondo de las mallas del meta visitante. Era el 1-0.

Los laredanos, en un abrir y cerrar de ojos, se vieron con un gol en su portería que suponía el empate. Un lanzamiento de falta desde el vértice del área a cargo de Montiel que Camino, en su intentó de despejar el balón, lo introdujo en su propia meta. Un minuto después se volvieron a adelantar los locales. Un zigzag de Pala dentro del área visitante acabó en pena máxima tras un claro derribo. Y Roberto Cano no desaprovechó para poner el 2-1 a falta de trece minutos para la finalización del encuentro.

Tras ese trepidante momento, el Laredo reguló fuerzas. Esperó su momento para volver a la carga, pero lo cierto es que con la superioridad numérica en los últimos minutos en el terreno de juego siempre tuvo bajo control la situación. A nivel defensivo, Gonzalo, ajustó la marca sobre el pichichi visitante para evitar nuevos sustos. Mientras que en la medular, aprovechó el trabajo de Óscar, Manu y Roberto Cano. La Gimnástica no tiró la toalla y buscó el empate con continuas llegadas por las bandas. Montiel metió infinidad de balones a los dominios de David, que no tuvo excesivos problemas para evitar que acabaran en su puerta. Los minutos fueron pasando y pese al empeño de los visitantes estuvo más cerca el tercero de los locales que el empate.

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