A un punto del alirón

Como era de esperar, el líder sacó adelante su partido en Castillo, donde se presentó con su once de gala, una alineación que los aficionados blanquiazules ya se saben de memoria. La primera mitad fue de la Gimnástica, que salió decidida a llevarse el partido. Bien posicionado sobre el campo, el líder buscó desde los primeros lances del juego la portería rival. Nada de especular ni de tantear las fuerzas de su oponente, sino al ataque, como corresponde a un equipo pleno de confianza y que sabe que no hay más opción que la victoria. Así, con esa intensidad, no tardó en llegar la primera del puñado de ocasiones claras que los blanquiazules tuvieron antes del descanso. La protagonizó Nacho Rodríguez con un remate desde la frontal del área pequeña a pase de Fermín desde la línea de fondo. Iker respondió poco después con un lanzamiento que se marchó fuera por poco, ajustado a la base del poste. Parecía reaccionar el Siete Villas, pero no fue más que un amago, ya que enseguida la Gimnástica volvió a protagonizar las acciones ofensivas del partido, como la que tuvieron primero Palazuelos, que casi marca de cabeza tras otro buen pase desde la banda de Fermín, y después Vitienes, que chutó desde fuera del área y el balón rozó el poste.

El equipo que dirige Pablo Lago iba lanzado a por el primer gol, pero le faltó precisión en el momento de terminar las jugadas unas veces, mientras que en otras Joel se encargó de evitar goles casi cantados, como en el balón que le sacó de la misma escuadra a Luis Alberto, que había aprovechado un rechace de puños del guardameta a una falta botada por Camus. Por ocasiones y por juego los torrelaveguenses merecían el gol, pero por unas u otras causas éste no terminaba de llegar. Hasta que apareció, cerca del descanso, Carlos Cagigas, que recibió un pase de Nacho Rodríguez dentro del área y remató con potencia, poniendo el balón fuera del alcance de Joel. Al filo del descanso, después de varias oportunidades desaprovechadas, el líder dio el primer paso hacia la victoria.

El segundo no tardó en darlo, ya que apenas reanudado el juego, el propio Cagigas volvió a marcar. El delantero robó un balón, dejó atrás a dos defensores y envió un balón cruzado al que no pudo llegar el portero local. Apenas había pisado de nuevo el césped de San Pedro, y la Gimnástica ya tenía más de medio partido en el bolsillo.

Los dos goles le dieron tranquilidad a los blanquiazules, pero al mismo tiempo adormecieron el partido, que desde entonces perdió la intensidad y la chispa de la primera parte. Con el Siete Villas batido y sin capacidad de respuesta, el encuentro era ya cosa de lo que la Gimnástica quisiera hacer con él. Y, en lugar de buscar el ataque y ampliar la diferencia, optó por levantar el pie del pedal del acelerador y dejar que pasasen los minutos. Lago, de paso, sacó del campo a sus delanteros para concederles un merecido descanso. Era el momento de reservar fuerzas de cara a lo que le espera al equipo en próximas fechas, en la fase de ascenso, donde el acierto de sus atacantes va a ser determinante.