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Ruth Beitia durante la preliminar de salto en altura de los Juegos Olímpicos Rio 2016 de este jueves.
La segunda oportunidad de Ruth

La segunda oportunidad de Ruth

La santanderina se clasifica con solvencia para la final de saltoy buscará la medallapara desquitarse de la decepción de Londres

Marco García Vidart

Jueves, 18 de agosto 2016, 16:21

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ante todo, había que meterse en la final. Se pedía volar por encima de 1,94 o quedar entre las doce mejores. Una altura que se presumía asequible para muchas. Pero también era el día para probarse. Para ver en qué estado de forma y de confianza se llega a Río de Janeiro. Y las rivales de Ruth Beitia harán muy bien en temer a la santanderina. Mucho. La reina europea del salto de altura se clasificó para la final olímpica que se celebrará la madrugada del sábado al domingo (a partir de las 1.30 horas, hora española) de una forma soberbia. Sin un solo fallo y transmitiendo una solvencia apabullante. Sobre ese 1,94 que daba el billete directo a la final, la discípula de Ramón Torralbo pasó más que sobrada. Mensaje al resto. Esta vez, la santanderina va a pelear con muchas garantías por cualquier plaza del podio.

Un total de 33 atletas se daban cita sobre el tartán azul del estadio Joao Havelange de la ciudad carioca. Debían ser 34, pero la belga Nafissatou Thiam, oro olímpico en estos Juegos en el heptatlón, decidió que ya estaba bien de competir. Así, el grupo B, en el que saltaba la cántabra, se quedó con una participante menos. A las diez de la mañana comenzaba la competición sobre una altura que para muchas, no sirve ni para calentar, 1,80. Pero por aquello de ir soltando las piernas, gran parte de las saltadoras se decidió a emprender el camino a la final en esa altura. Sólo siete de ellas renunciaban. Entre ellas, Beitia. No era cosa de gastar un gramo más de fuerza de lo estrictamente necesario.

"Ahora queda lo más importante"

  • «Ahora queda lo más importante. Hay que seguir soñando despierta. Es mi última oportunidad olímpica, tengo que descansar y estar al máximo para la final», explicó Beitia, siempre sonriente, tras cumplir el primer objetivo sin excesivas complicaciones. «Me he visto fenomenal. La pista es increíble. Es una pista muy rápida, de las que me gustan. La calificación ha sido fantástica», admitió Beitia, que no quiso valorar lo que vio de sus rivales. «Están todas muy bien. Esto era una calificación, en la final puede pasar cualquier cosa», afirmó. «Es mi último momento olímpico, con 41 años no me veo en los próximos Juegos Olímpicos. La vida ha sido generosa conmigo al 100%, me ha dado una segunda oportunidad que es un regalazo, pero tengo la sensación de que tengo que aprovechar para irme del atletismo en una situación plena», explicó tras lograr su billete para la gran final.

Al igual que hace en muchas de las competiciones del más alto nivel en el que participa, la santanderina se estrenó en su altura fetiche para debutar. Sobre 1,85 llegó el primer brinco de la cántabra. Los comentaristas de Televisión Española eran los encargados de radiar la calificación femenina de altura, porque el realizador se emperró con la calificación de peso y pasó olímpicamente de las saltadoras. «Un salto muy alto de Ruth Beitia», decían. La mañana en Río no podía empezar mejor.

En 1,85 comenzó una mini criba en la calificación de altura. Hasta cuatro saltadoras decían adiós al torneo olímpico y otras dos sudaban tinta para pasar a la tercera. Las favoritas no daban ninguna muestra de debilidad. Y Beitia, de nuevo, pasó sin mácula sobre el listón.

La siguiente tentativa, el 1,89, iba a provocar algún pequeño quebradero de cabeza entre varias saltadoras de renombre, además de provocar también más despedidas. La italiana Alessia Trost, una de las grandes amigas de Beitia, se dejaba un intento en esa tentativa. Lo mismo que la polaca Kamila Licwinko o la jovencísima estadounidense Vashti Cunningham 18 años, la saltadora que ganó a Beitia en la final del último Mundial en Pista Cubierta. Más problemas tenía la italiana Desirée Rossit, que necesitaba los tres saltos. Junto a otro puñado de atletas, la capitana de la selección española volvía a volar sin ningún problema sobre el listón.

El guión se repitió sobre la siguiente altura, 1,92. Más atletas eliminadas hasta siete y problemas para saltadoras de postín. La búlgara Demireva pasaba a la tercera, lo mismo que la alemana Marie-Laurence Jungfleisch. Por entonces, un grupo de atletas formado por la croata Blanka Vlasic, la estadounidenses Chaunté Low, la saltadora de Santa Lucía Levern Spencer o la uzbeka Svetlana Radzivil daban las mejores sensaciones en el concurso. Y junto a ellas, Beitia. De nuevo, a la primera.

Vuelo espectacular

Faltaba rematar la mañana. Pasar por la altura que clasificaba directamente para la final de la madrugada del sábado al domingo. Y, aunque grabado y entre los tiros del disco en el decathlon, sí se pudo ver el brinco de la santanderina. Un salto que llenó de alegría al atletismo español, porque la tricampeona de Europa pasó muy sobrada. Tras el concurso había muchos empates al frente de esa clasificación. Pero la atleta que la encabazaba era Ruth Beitia. Quizá un presagio de lo que está por venir. La gran tarde madrugada ya en España en la que Beitia puede adornar un palmarés inigualable con la única gran medalla que le falta.

CLASIFICACIÓN

Ruth Beitia (ESP) 1,94 m

Chaunté Lowe (EUA)1,94 m

InikaMcpherson (EUA)1,94 m

Svetlana Radzivil (UZB)1,94 m

Levern Spencer (LCA)1,94 m

Blanka Vla¨ic (CRO)1,94 m

Sofie Skoog (SUE)1,94 m

Alessia Trost (ITA)1,94 m

Mirela Demireva (BUL)1,94 m

Kamila Licwinko (POL)1,94 m

AirinéPal¨yté (LTU)1,94 m

Marie-L. Jungfleisch (ALE)1,94 m

Iryna Gerashchenko (UCR)1,94 m

Alyxandria Treasure (CAN)1,94 m

Vashti Cunningham (EUA)1,94 m

MorganLake (GBR)1,94 m

Desiree Rossit (ITA)1,94 m

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