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Una atleta supera con esfuerzo una de las pendientes de la pasada edición de la prueba Kilómetro Vertical, que transcurre por los Picos de Europa.
Las carreras de montaña en los Picos de Europa, en peligro
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Las carreras de montaña en los Picos de Europa, en peligro

Los afectados de las tres autonomías se han reunido en Cangas de Onís para acordar medidas de presión y solicitar que los cambios no sean unilaterales

Daniel Martínez

Jueves, 18 de febrero 2016, 07:49

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El pasado 22 de diciembre saltaron todas las alarmas en las sedes de los organizadores de las carreras por montaña que se desarrollan en el entorno de los Picos de Europa. Los gestores del Parque Nacional, sin previo aviso y de forma unilateral, decidieron cambiar la normativa que regula -hasta la aprobación definitiva del Plan de Gestión y Uso del Parque- los 'trails' que realizan a lo largo de todo el año instituciones deportivas de Cantabria, León y Asturias, las tres comunidades incluidas dentro de este espacio natural protegido.

La liebre saltó definitivamente cuando, días después, Picos recomendó a la popular prueba asturiana Travesera que dejara de recibir inscripciones porque su celebración no estaba asegurada. En ese momento fue empezaron los sudores fríos en el Kilómetro Vertical o el Ultra Trail Picos de Europa, los principales eventos afectados de la región. Otro más, el Desafío Cantabria, que va de San Vicente de la Barquera hasta la comarca lebaniega y que en 2015 ya no se celebró por otros motivos -aquí pesó más la falta de respaldo económico y de patrocinadores-, todavía está en veremos.

Los nuevos criterios incluyen, entre otras cosas, prohibir el paso de las carreras por la senda del Cares para no interferir con los visitantes, no correr por encima de la cota de 1.900 metros de altura «por motivos de seguridad», exigir un estudio de evaluación ambiental, limitar el número de participantes a 300 deportistas, impedir que se lleven a cabo pruebas durante la Semana Santa, los puentes, días festivos o en verano -precisamente cuando son más habituales-, o suprimir las etapas nocturnas por su impacto en el entorno. Estas normas han generado sorpresa y malestar entre los deportistas y organizadores por las formas del Parque, pero también por las consecuencias.

Según explican, estos cambios supondrían, en la práctica, la desaparición de las pruebas. En algunos casos, como la propia Travesera, que dura 21 horas y en parte es nocturna, quedaría desnaturalizada, pero también porque la limitación en el número de participantes las haría muy difícilmente viable. «Hace falta una gran infraestructura y muchos preparativos. Nosotros nos tiramos cinco días trabajando sobre el terreno para que esté todo listo y con solo 300 corredores no podríamos cubrir los costes», explica Luis García, encargado de coordinar el Ultra Rail Picos de Europa, que en ediciones anteriores puso el límite en 900 deportistas pero que acumulaba una lista de espera aún mayor.

Opinión similar tiene Javier Tezanos, presidente de la Federación Cántabra de Deportes de Montaña, que se muestra «en desacuerdo» con la forma en que se ha tomado esta decisión. «Desde un asiento no se pueden poner normas sin saber de qué se habla. No dejan correr en agosto, ni en Semana Santa, ni en la ruta del Cares porque te puedes llevar por delante a turistas...», afirma Tezanos, que ve considera que los montañeros y los deportistas que acuden a estos eventos son los primeros interesados en cuidar el entorno. Eso sí, también advierte de que solo en aquellas pruebas -no son la mayoría- que cuentan con el visto bueno de la Federación Española está garantizado que se cumpla con la normativa medioambiental.

«En vez de controlar y multar a aquellos que no cumplen con la ley, prefieren tirar por la calle del medio y prohibir todo», lamenta García, que critica que los gestores de Picos de Europa no sean igual de escrupulosos con todos los deportes. Y pone el ejemplo de la Vuelta a España, que desplaza camiones que destrozan los caminos, helicópteros que sobrevuelan un espacio que legalmente no podrían sobrevolar y aglomeraciones de gente mucho mayores que cualquier prueba de rail.

Impacto en el entorno

Pero no solo han protestado los deportistas y organizadores de pruebas, también los alcaldes y hosteleros de los municipios de Picos. La supresión de estos eventos, de seguir adelante, tendría un impacto económico muy negativo en casas y hoteles rurales, restaurantes y tiendas, que ven como estas carreras atraen a un gran número de personas que gastan y consumen en el lugar.

«Si cambian los criterios para hacer las pruebas va a tener consecuencias en el tejido económico y social. Creemos que es compatible el uso y disfrute del entorno durante las carreras de montaña con la conservación de la zona. De hecho, nosotros somos los primeros interesados», explica a este periódico Javier Gómez, alcalde de Potes, que desde hace días viene siguiendo el desarrollo de los acontecimientos.

De hecho, el pasado 4 de febrero, mandó una nota de apoyo a los ayuntamientos de Cangas de Onís, Cabrales y Valdeón, los tres municipios en los que tiene que celebrarse -o no- la Travesera asturiana.

En ese escrito coincidía con los organizadores de pruebas en que «las decisiones que afectan al territorio y población del Parque Nacional Picos de Europa deben de ser tomadas por el Patronato del mismo, dando voz y voto a los ayuntamientos, que son los representantes de los vecinos, y con los demás sectores de la población». Por ese motivo, Gómez pedía que se abrieran puertas al diálogo para que todos pudieran disfrutar del Parque, «siempre bajo la premisa de protección del mismo».

Reunión de afectados

Los que ya han empezado a hablar son los afectados. El pasado 6 de febrero, algunos alcaldes asturianos y promotores de este tipo de eventos se reunieron en Cangas de Onís para debatir sobre este problema y coordinar los siguientes pasos y las medidas de presión contra el Parque Natural. Todos coincidieron en calificar como «despropósito» los nuevos criterios, pero sobre todo echaban en cara a los gestores de Picos que se impusieran con la temporada ya iniciada y con muchas inscripciones ya pagas.

Además de manifestar al Patronato por escrito su disconformidad con estas medidas, acordaron solicitar un reunión urgente y abierta a todas las partes (alcaldes, organizadores de carreras y representantes de la hostelería) para intentar alcanzar un acuerdo. También hubo una buena noticia. Los promotores de la Travesera dieron una noticia esperanzadora. Explicaron que, tras ponerse en contacto con el Parque, han conseguido un permiso especial para realizar la prueba. De momento solo para ellos y solo para la presente edición. En 2017 les tocará volver a hablar. El reto está a la espera.

El mayor temor de todos los organizadores era que, después de realizar el gran esfuerzo de poner en marcha sus respectivas carreras, todo el trabajo fuera inútil. Pero no solo eso. La mayoría de las pruebas ya han comenzado a publicitarse a través de sus redes sociales y de las páginas especializadas que consultan cientos de deportistas, así que las inscripciones ya han empezado a llegar. Es el caso del Ultra Trail Picos de Europa -aunque este año su recorrido se concentra en tierras asturianas, tiene ADN cántabro-, que consta de 55 kilómetros con un desnivel de 4.500 metros. Una auténtica proeza digna de muy pocos mortales que ya está en la agenda de los aficionados a las carreras por montaña. Si el Parque lo permite, allí estarán cerca de un millar de atletas.

Dudas legales

En el encuentro celebrado hace diez días en la localidad asturiana de Cangas de Onís, varios de los regidores presentes pusieron sobre la mesa la posibilidad de que el acuerdo al que llegó la dirección del Parque Nacional de Picos de Europa sobre la celebración de pruebas deportivas por montaña no se ajustara a la ley.

El motivo: las nuevas medidas salieron adelante durante una reunión de una Comisión Mixta y no del máximo órgano que se encarga de la gestión del espacio, el Patronato, que incluye, además de a los representantes del Ministerio de Medio Ambiente, a las tres comunidades autónomas en las que se asienta el Parque (Asturias, Cantabria y Castilla y León), a las universidades públicas de estas regiones y a los representantes de los municipios.

Los alcaldes que allí tomaron la palabra, en la línea de lo que decía el regidor de Potes, piensan que decisiones de este calibre deben de tomarse «con el conocimiento de todos». No solo por cortesía y buena vecindad, sino porque así lo exige la normativa en vigor.

Por ese motivo, los cambios que afectan a las carreras por montaña podrían impugnarse, pero los alcaldes y los organizadores de las pruebas esperan no tener que llegar a ese extremo.

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