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Una sede de la Agencia Mundial Antidopaje.
El Supremo esgrime la «intimidad» de los deportistas españoles frente a la AMA
Polideportivo

El Supremo esgrime la «intimidad» de los deportistas españoles frente a la AMA

«La normativa prevé que únicamente se informen las ausencias del domicilio habitual superiores a tres días», recuerda la sentencia

Javier Bragado

Viernes, 23 de septiembre 2016, 17:14

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«Me hacen sentir como a un criminal, ni siquiera mi madre sabe dónde estoy cada día», reclamó Rafael Nadal cuando en el tenis profesional comenzó a someterse al sistema de la Agencia Mundial Antidopaje (AMA) que obliga a los deportistas a estar localizables una hora al día para posibles controles sorpresa. Ahora, el Tribunal Supremo le ha dado la razón al balear en una sentencia porque asegura que el procedimiento «vulnera su derecho a la intimidad».

El alto tribunal destaca que no está en cuestión la represión del dopaje, sino el nivel de localización que se exige a los deportistas. «Se trata de una medida que somete al deportista a un control permanente durante todas las jornadas y horas del año, excediendo así de lo que pueda considerarse como habitual o frecuente, y debe calificarse de medida desproporcionada y contraria al derecho a la intimidad, equiparable () a medidas de carácter penal de localización permanente, sin que exista la comisión de un delito», refleja la sentencia.

El programa ADAMS que permite organizar los controles antidopaje establece que cada deportista debe estar localizable una hora al día (elegida por él mismo) cada día del año. En caso de cambiar el lugar inscrito en el que estará disponible puede enviar un correo electrónico para avisar a la AMA. Si no está presente en tres ocasiones habrá sanción. «La realización de los controles fuera de competición parece requerir contar con información sobre el paradero habitual de los deportistas; se impone por ello a estos últimos la obligación de declararlo», señalan los magistrados, que avisan a continuación: «Ahora bien, si no todo vale para competir y de eso no cabe duda- tampoco vale todo para controlar». «Se va más allá y se impone la obligación de presencia en un lugar y una hora durante los 365 días de un año por si el órgano de control decide someter a un control a un deportista», explica el Supremo sobre su decisión. «La normativa prevé que únicamente se informen las ausencias del domicilio habitual superiores a tres días», recordaron los magistrados.

No obstante, el conflicto se enmarca dentro de la tirantez entre la AMA y las instituciones españolas. La reglamentación local aceptada en 2009 es menos restrictiva que la global: no obliga a los deportistas a estar permanentemente localizables y prohíbe que se realicen controles entre las once de la noche y las ocho de la mañana. «Si celebras unos Juegos Olímpicos no puedes tener una ley que diga que no puedes hacer controles las 24 horas del día. Lo mismo vale para otros eventos internacionales. No conviertes algo así en ley», avisó David Howman en 2009 -entonces director de la AMA- sobre un asunto que perjudicó a la candidatura olímpica de Madrid. Además, antes de Río 2016, el Comité Olímpico Internacional convocó una cumbre olímpica para estudiar «la situación de los países en los que la agencia nacional antidopaje ha sido declarado incumplidora por la AMA». España está en la lista porque, con un Gobierno en funciones, no puede adaptar la Ley Antidopaje al Código hasta que no se resuelva la situación política y se forme un nuevo Gobierno.

La decisión del Supremo se enmarca en la particular lucha de los deportistas que claman por su intimidad. «Podrían darnos un poco más de privacidad. Jugamos diez meses y medio al año y podemos ser controlados hasta 25 veces por temporada», reclamó Andy Murray, uno de los tenistas habitualmente más beligerantes contra el dopaje con sus declaraciones. «Lo que me parece indignante es que tú, durante todos los años de tu carrera tengas que dejar una hora al día para que te puedan hacer un control cuando ellos quieran. Me parece increíble que en el tiempo que estamos, en el siglo veintiuno haya una gente que se permita esas libertades. Rafael (Nadal), por ejemplo, tiene que avisar en cualquier momento del año donde va a estar», protestó el entrenador de tenis Toni Nadal en 2009 en paralelo a su sobrino. Ahora su argumento cuenta con el respaldo del Tribunal Supremo.

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