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Nico Rosberg vence el Gp de Italia.
La carcajada sardónica de Alonso
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La carcajada sardónica de Alonso

El español se lleva la estéril vuelta rápida como botín de un GP de Italia que vence Rosberg sobre un Hamilton que volvió a salir mal

David Sánchez de Castro

Domingo, 4 de septiembre 2016, 00:07

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Cuando, a falta de diez vueltas y sumidos en un sopor típico de las carreras en Monza (histórico circuito, gran ambiente y carreras anodinas), por radio avisaron a Fernando Alonso de que intentara apretar para cazar a Romain Grosjean, se escuchó de vuelta una sonora carcajada. El piloto español sólo podía reírse al recibir esa orden, ya que poco más que parecía una broma después de que, en una carrera muy compleja, apenas iba a poder luchar por una inútil 12ª posición en lugar de la 13ª en la que estaba ese momento. Así que, puestos a divertirse, en McLaren le hicieron entrar unos cuantos giros después: no iba a poder ganar, ni siquiera a puntuar, pero al menos se iban a llevar lo suyo: una vuelta rápida.

Dicho y hecho: Fernando Alonso entró en el penúltimo giro, montó neumáticos superblandos nuevos y se llevaba su primera vuelta rápida en tres temporadas, con un 1:25.340 que no sirve de mucho más allá de poder ver su nombre en una estadística que no sea la de abandonos. El 14º puesto final del asturiano no es mucho más de lo que hubiera logrado sin ese error en boxes (fallaron las luces de aviso que le ordenaban salir) que le hizo perder demasiados segundos. La imagen de Sergio Pérez con su Force India arrancándole las pegatinas al McLaren de Alonso en la recta es un ejemplo perfecto del sufrimiento que han padecido los equipos con serias carencias de potencia, como es el caso de McLaren.

Los pilotos de Woking se pudieron divertir, sin presión, e incluso lucharon uno contra el otro al final de la prueba, no sin cierta ventaja para el vencedor. Jenson Button le ganó la partido a Alonso, en parte, porque con el español apostaron por el plan B de la estrategia (colocarle neumáticos blandos nuevos para el final de la prueba) mientras que con el británico siguieron con el plan previsto: superblandos al final. Eso hizo que Button, no sin cierto regodeo por su parte, le pegase una soberana pasada a su compañero en una de sus últimas carreras como piloto oficial de McLaren, aunque tampoco le valiese para entrar en los puntos.

Regalo de Hamilton que aprieta el Mundial

La vuelta rápida de Alonso fue uno de los highlights de una carrera que se decidió en la salida. Lewis Hamilton, que partía como el grandísimo favorito (más aún que en otras carreras), volvió a demostrar que padece el mismo problema que el atleta Usain Bolt: no sabe salir. Como en tantas otras carreras este año, el británico se quedó clavado en la línea de meta y perdió seis posiciones. En un circuito como Monza, donde adelantar sólo se puede hacer en unos determinados puntos, prácticamente dijo adiós a poder separarse de Rosberg.

El alemán no desaprovechó el presente, ni mucho menos. Pese a la remontada de Hamilton, que se vio beneficiado por haber salido con neumáticos blandos (como Rosberg) frente a los Ferrari, no vio peligrar su séptima victoria del año, que le coloca a sólo dos puntos del liderato. Aunque para Rosberg fue una de las mejores pruebas posibles, casi soñada, para el resto de corredores no se puede decir lo mismo. Sebastian Vettel admitía después de la carrera que había corrido prácticamente solo, y que apenas había tenido tensión en esta prueba, porque por detrás no le inquietaron y por delante no tuvo opciones de poner su pica más arriba.

Quien dio espectáculo, aunque el resultado no estuvo a la altura de lo visto en carreras anteriores fue Daniel Ricciardo. El australiano dejó una estampa para la posteridad, con un adelantamiento brillante a Valtteri Bottas en la primera chicane del circuito italiano, que hizo que todos los tifosi se levantasen enfervorecidos para celebrar la imagen. No fue el día de Red Bull: Ricciardo acabó 5º y el bad boy Verstappen, 7º.

Para Carlos Sainz tampoco fue su día, ni mucho menos. Se vio envuelto en la tumultuosa salida, y desde entonces fue incapaz de pasar de la 13ª posición. Al final, un pobre 15º que le sirve de muy poco. Lo mejor para el español: que en Singapur aspira a un resultado mucho más positivo. Allí, si se cumplen los rumores del paddock, le acompañará otro piloto (sería su tercer compañero este año): Daniil Kvyat, que abandonó en Monza, será despedido para subir al líder y gran favorito para el título de GP2 Pierre Gasly. Si no es en Singapur, al francés le darán el asiento de Toro Rosso antes de que acabe el Mundial con total probabilidad, para desgracia de un ruso que no levanta cabeza desde que le degradaran en Red Bull.

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