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Dioni se lamenta tras fallar una ocasión.
El Racing falla el tiro
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El Racing falla el tiro

El equipo cántabro acaba empatando en Astorga tras desperdiciar numerosas ocasiones

Sergio Herrero

Sábado, 16 de enero 2016, 16:43

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El hotel propiedad de la familia de la presidenta del Astorga donde pernoctó el viernes el Racing en la ciudad maragata está maldito. O bendito, según se mire. Lo comentaba una de las empleadas mientras los futbolistas verdiblancos partían para La Eragudina. «Todos los equipos que se alojan aquí ganan». El conjunto cántabro se empeñó en romper el mal fario. No hay peros al partido montañés en tierras leonesas. Solo que sin gol es imposible sumar de tres en tres. El Racing perdonó todo lo perdonable y, de una victoria que podía haber sido solvente, pasó a un empate poco productivo.

Pedro Munitis sigue forjando su personalidad como entrenador. Y se empieza a vislumbrar una doble faceta en sus planteamientos. Por un lado, la versátil, la que usa para adaptar a su equipo a los diferentes rivales y enfrentamientos. Y la otra, la que sacó a relucir ayer, la más previsible y de continuidad. El técnico verdiblanco puso sobre el césped al mismo equipo que goleó al Celta B. Confianza. Mikel Santamaría, Dani Rodríguez y Fede San Emeterio llegaron en condiciones de disputar el encuentro. Fueron la cara. La cruz, otra vez, Borja Docal, que salió de la convocatoria en el último momento.

La expedición racinguista había leído las noticias climatológicas de la última semana en Astorga y había visto el camino blanco de nieve desde Santander hasta su destino. Y, por todo ello, saltó al campo con mucho temor. Demasiadas imprecisiones y pocos espacios. Solo el local David Bandera se atrevía a echar la pelota al suelo. Un lujo para un equipo tan modesto. El campo no estaba bien, pero el desenlace del encuentro no iba a ser tanto cuestión de oficio como de atrevimiento. Y, en los primeros compases, el Astorga fue más osado.

Los leoneses estuvieron a punto de sonreír en una jugada de chiste. César Caneda cometió dos errores consecutivos. Y, después, Jon García secundó a su compañero. Un jugador local se resbaló en la frontal del área y la pelota terminó en los pies de David Bandera, solo dentro del área pequeña. Inexplicablemente mandó la pelota por encima del larguero.

Álvaro Peña tuvo que poner la calidad que el Racing se había dejado en el vestuario. El vasco tuvo una doble ocasión. Primero, sacó un centro chut, con intención, hacia la escuadra, y el meta Javi se suspendió en el aire para repeler. En la segunda jugada salvó a un defensa con un control orientado dentro del área, pero, cuando fue a rematar, con un defensa encima, la mandó fuera.

La contienda se igualó y se iniciaron minutos de intercambio de golpes. El Astorga conectó primero. Sonó a hueso. Ivi Vales remató en las inmediaciones de Óscar Santiago y el balón movió las redes. Por suerte, las de detrás de la portería. La grada cantó gol.

Coulibaly puso la réplica. Jugada ensayada. Álvaro Peña la colgó al segundo palo, donde entraba Fede. El de Sierra de Ibio cabeceó atrás y el remate final del senegalés se topó en un defensa. El intento se marchó a córner. Poco despues, un remate de César Caneda en un lanzamiento de esquina pasó cerca del poste derecho de la meta local.

De ida y vuelta

El choque era intenso, de ida y vuelta, entretenido para el espectador, y de cierta angustia para la parroquia racinguista, que no concebía una derrota en el feudo de uno de los equipos en puestos de descenso. Cada vez hay menos lugar al error.

El enrachado Dioni desatascó el partido. El malagueño recibió dentro del área, con un fantástico control escondió la pelota a su marcador y le enseñó la pierna. Capote. El zaguero entró al trapo y derribó al delantero. La fortuna del andaluz se esfumó en el punto de los once metros. Pero no la del Racing. El disparo lo despejó el homenajeado meta Javi. La acción podía ser el broche perfecto para la carrera de un guardameta que ayer se retiraba del fútbol por lesión. Pero Coulibaly acostumbra a errar lo fácil y sacar petróleo de la nada. El rechace del arquero lo empujó a gol. Minuto 45. Golpe de efecto.

El Astorga salió del vestuario tras el descanso con garra y sin complejos. En busca del empate. Y el Racing sufrió en esos primeros minutos del segundo tiempo. Por eso, Pedro Munitis decidió hacer ajustes en el equipo, colocando cinco futbolistas en el centro del campo. Retiró a Coulibaly, metió a Francis en el lateral derecho y desplazó a Fede San Emeterio al centro del campo.

Antes de que el de Barbate entrase en calor, Óscar Santiago tuvo que intervenir para sofocar el incendio. El arquero, con una gran parada, evitó un tanto de Juanra. A partir de ahí, el cambio táctico racinguista surtió efecto. Al menos, aparentemente.

Los cántabros apagaron la rebelión maragata y dispusieron de varias ocasiones para haber matado definitivamente el partido. Siempre con la firma de un Dioni que, ayer, tenía la pólvora mojada. El 9 hilvanó una bonita pared con Álvaro Peña y se plantó en el área. No remató a la primera, recortó en una baldosa y su tiro posterior lo sacó Juanra sobre la línea. El pichichi racinguista volvió a desaprovechar una clara oportunidad. Le dejaron solo ante Javi, pero el portero aguantó bien y le ganó el mano a mano al atacante.

Durante el partido no hubo tiempo para el aburrimiento. No pasaba un minuto sin nuevos acontecimientos. Y entre los posibles sucesos cabía la posibilidad de que el Astorga marcase. El Racing había perdonado demasiado y se veía venir. Cómo no, el tanto fue de David Bandera. Un centro desde la derecha no lo acertó a despejar la zaga santanderina y el centrocampista anotó con un remate muy ajustado.

Incapaces

A partir de ahí, el Racing retozó en su desgracia en el área rival. Ni Dioni ni Óscar Fernández ni Fede ni Mikel Santamaría ni Álvaro Peña... Todos ellos fueron incapaces de ver puerta. Ni con media hora de tiempo añadido los cántabros hubiesen marcado, porque la portería la vieron tan negra como la esperada tercera camiseta que estrenaron ayer. El Astorga, serio, y el colegiado, que obvió un penalti clarísimo sobre Dioni, se encargaron de hacer todo lo demás.

El punto supo a poco a los más de 300 racinguistas desplazados hasta Astorga, que desafiaron al frío y esperaban hacer los deberes para dar un toque de atención a los dos primeros clasificados, que se verán las caras hoy. El asalto a las dos primeras posiciones tendrá que esperar. El caso es que al Racing los campos pequeños y tradicionales de la Segunda División B salvo el de Guijuelo se le siguen atragantando. Y en ellos es donde, en muchas ocasiones, se ganan los títulos. «No nos vamos a encontrar el Bernabéu», dijo Munitis en la rueda de prensa previa. Así, el Racing, que sigue teniendo el aura de equipo de Primera, se marchó con el saco a medio llenar.

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