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Paco Fernández, a la derecha, acompañó a los jugadores en la vuelta al campo que realizaron el día del plante.
Dos años de dignidad
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Dos años de dignidad

El 30 de enero de 2014, la plantilla escenificó el hartazgo de todo el racinguismo

DANIEL MARTÍNEZ

Domingo, 31 de enero 2016, 08:07

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En un momento en el que la situación financiera del Racing y su futuro deportivo parece que, poco a poco, empieza a clarificarse -la reunión de la entidad con el Gobierno de Cantabria va precisamente en ese sentido-, el calendario recuerda que se cumplen dos años desde que la plantilla decidiera enarbolar el hartazgo de la afición y decir 'hasta aquí hemos llegado' a los directivos de aquel equipo. Justo ayer, 30 de enero, se conmemoró el aniversario del plantón de la plantilla en los cuartos de final del torneo de la Copa del Rey.

Entonces, como ahora, un Racing de Segunda División B logró meterse por méritos propios entre los ochos mejores clubes de la competición tras derrotar sucesivamente a Hospitalet, Leganés (en los penaltis), Sevilla y Almería, entonces en la máxima categoría del fútbol español, antes de abandonar la competición por dignidad. El plante ante la Real Sociedad -con ellos no iba la polémica aunque se vieron beneficiados de rebote- sirvió para que todo el mundo supiera lo que en Cantabria ya era vox pópuli. Que aquella directiva presidida por Ángel Lavín 'Harry' no estaba a la altura del honor y la historia del equipo. Toda España y medio mundo se enteró de que la dignidad del Racing solo podía recuperarse si dimitían los que estaban manejando el timón de un barco que iba a la deriva. No fue esa misma noche. Tardaron un poco más, pero al final se fueron. O mejor dicho, se les echó.

Solo tres jugadores permanecen en la entidad verdiblanca

  • desde aquel día...

  • Solo tres de la veintena de jugadores que aquel 30 de junio de 2014 se plantó en el campo en los cuartos de la Copa del Rey permanecen en estos momentos a las órdenes de Pedro Munitis en el Racing. Dos de ellos estuvieron plantados en el medio del campo delante de la Real Sociedad. Se trata del valenciano Borja Granero, que llegó precisamente esa temporada a Santander procedente del Huelva, y el gaditano Francis, que está vinculado al club desde hace cinco temporadas. El tercero es Fede San Emeterio, que entonces compatibilizaba el filial con el primer equipo y que hasta los últimos partidos no se hizo un hueco definitivo. Borja San Emeterio lo hizo más adelante.

La 'jugada ensayada' de los chicos de Paco Fernández salió a la perfección, tal y como estaba ideada. El equipo guipuzcoano puso en juego la pelota por medio de Seferovic, Zurutuza la recogió y pocos pases más tarde la pelota salió mansa por la banda mientras que el once titular del Racing se agrupaba en torno al círculo central del campo. Unidos, con las manos sobre los hombros del compañero, quietos, callados y casi inmóviles. Todo ello mientras cuatro mil gargantas enfervorizadas gritaban contra el consejo de administración que había aterrizado en el año del centenario. Sabían que no iba a haber fútbol, pero ticaron la entrada de todas formas.

La fotografía se repitió en la prensa como pocas del equipo santanderino y los informativos deportivos, abonados a abrir con las noticias de los dos grandes, se cansaron de repetir las imágenes de El Sardinero. En menos de un minuto, en tan solo 57 segundos, el árbitro Gil Manzano pitó el final del partido. Cómo sería, que la épica y las lágrimas de Miguélez o de los dos únicos cántabros de aquel equipo (Mario y Saúl) llegaron incluso a convertirse en 'trending topic' en las redes sociales bajo el 'hastag': SOS Racing.

Mientras las redes sociales ardían, los jugadores daban la vuelta al campo, algo que no ocurría desde que en 2008 marcaron un gol a Osasuna que servía para certificar una participación histórica en competiciones europeas. Además de los rivales en aquel partido, que agradecieron el pase a toda una semifinal de Copa del Rey tras 26 años con efusivos abrazos por incomparecencia del contrincante, todo el fútbol se solidarizó con la afición verdiblanca, desde el portero de la selección española Pepe Reina hasta el entrenador del Barcelona, en ese momento el argentino 'Tata' Martino.

Los jugadores se juntaron con el cuerpo técnico, los trabajadores de la entidad o los chavales del filial, como el guardameta que dormía en un colchón tirado en el suelo de las instalaciones de La Albericia -uno de los ejemplos que mejor personificaba el abandono de la directiva hacia el equipo- para rechazar a una junta que no acudió al palco de El Sardinero. Así se ahorraron tener que escuchar a la afición cantar «ahora más que nunca, Racing Santander».

Solo dos años después de todo aquello, esa etapa, una de las más oscuras del racinguismo, parece ya olvidada. Ahora se vuelve a hablar, sobre todo, de lo deportivo. De si juega un futbolista o no, de si las lesiones hacen estragos en la segunda vuelta de la temporada, de si llega el 'transfer' para que el último fichaje pueda salir al terreno de juego para debutar... De vez en cuando también de si hay dinero suficiente para hacer frente a las deudas del pasado o a qué puertas llamar para conseguirlo. En cambio, si no es por una obligación del calendario o por eventos como el estreno del documental 'Racing, fuerza y honor', que firman los hermanos Montero y que recoge los testimonios de algunos de los protagonistas de este hito de la intrahistoria del fútbol, los asuntos turbios ya están fuera de las páginas que la prensa deportiva dedica al club. Por lo menos de momento. La afición toca madera.

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