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Invasión del terreno de juego para festejar el ascenso ante el Llagostera.
La historia ante el Llagostera, en la memoria

La historia ante el Llagostera, en la memoria

El feliz play off que el Racing jugó a doble partido con el conjunto catalán en mayo de 2014 es el camino a seguir

Marcos Menocal

Martes, 17 de mayo 2016, 13:09

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Si el fútbol se rigiera por los mismos parámetros que el derecho, la historia reciente apenas hace dos años vivida en la eliminatoria de ascenso con el Llagostera sentaría jurisprudencia.Es decir, a partir de ese momento, todo lo que ocurriese con esas mismas pautas debería de tener el mismo desenlace. Es obvio que no es así. Grandeza y miseria. El feliz play off que el Racing jugó a doble partido con el conjunto catalán en mayo de 2014 y que supone la mayor alegría en los últimos ocho años desde que el equipo se clasificó para la UEFA es el espejo.El camino a seguir.

Existen muchas similitudes entre lo que experimentó el equipo en aquel duelo entre campeones y el que se le avecina ante el Reus. El Racing de entonces acabó primero, con menos apuros que el de esta temporada, con tres puntos de ventaja, precisamente, ante el Racing de Ferrol, que este año ha vuelto a ser subcampeón.

Por su parte, el Llagostera logró el título a falta de dos jornadas para que concluyese la Liga, muy similar al Reus, rival este año, que se ha quedado con el puesto de líder después de ir a remolque todo el año y superar al Villarreal B en la última jornada.

Sin embargo, en el aspecto filosófico, los dos rivales en suerte, Llagostera y Reus, son totalmente opuestos. Del fútbol directo y sin brillantez a la ansiedad por tener el balón. Con esas modestas virtudes, los gerundénses lograron hace dos temporadas, pese a que cayeron en la eliminatoria con el Racing, ascender a Segunda en la repesca y mantenerse las dos siguientes temporadas. Su fortaleza defensiva y su superioridad en las jugadas estratégicas fue el auténtico quebradero de cabeza de los cántabros en la fase de ascenso hace dos años. Las reducidas dimensiones de su estadio obligaron al Racing a adaptarse, primero a su hierba artificial, y segundo, a jugar por arriba. Lograron empatar a cero y jugársela en el segundo envite, en El Sardinero. Un solitario gol de Sellarés en propia meta le dio el éxito. En esta ocasión, el rival es todo lo contrario. Toque y toque. La gran diferencia radica en que esta vez el partido de vuelta se jugará en el Camp Nou Municipal y la ida en Santander. La eliminatoria se resolverá en Tarragona por lo que no queda otra que tomar ventaja este próximo fin de semana.

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