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Trabajos de mantenimiento sobre el césped del estadio.

Los Campos de Sport, un peligro público

Más de un año después de un informe de los bomberos y otro del Ayuntamiento, ni el Racing, concesionario del estadio, ni el propio Consistorio, titular del edificio, han llevado a cabo todas las actuaciones necesarias

Aser Falagán

Jueves, 1 de septiembre 2016, 07:38

Los Campos de Sport necesitan una reforma urgente. O una restauración. Así lo reconocen tanto su propietario, el Ayuntamiento de Santander, como el propio Racing. Y, sobre todo, así lo indica un informe de los bomberos municipales de marzo de 2015 que sin embargo no ha servido para que se actúe íntegramente sobre una estructura muy deteriorada que puede suponer incluso un peligro. Según aclara el propio Ayuntamiento, ya se han efectuado algunas intervenciones entre ellas las de los propios bomberos, pero admite que otras siguen sin llevarse a cabo, y recuerda la obligación de mantener el campo que tiene el Racing.

El club, por su parte, considera que los mayores desperfectos otros se deben al desgaste propio del uso y a la bancarrota en la que llegó a quedar el equipo se deben a causas estructurales y defectos de fabricación de la obra, con lo que está convencido de que debe ser el Consistorio quien los repare. Algo así como la lavadora que tiene que reparar el casero, en una interpretación muy diferente del contrato de cesión del estadio según la haga una u otra parte.

El Ayuntamiento ya asumió las obras de reparación del grupo electrógeno, una de las mayores deficiencias que presentaba el estadio junto al desprendimiento del algunas chapas de la cubierta y fachada. Pero este problema sigue latente. Algunas ya se retiraron después de que a principio del año pasado cayeran algunos restos a la calle, con el consiguiente peligro, pero aún no se ha restaurado del todo la zona, según ambas partes.

Informe

El informe emitido por el propio Ayuntamiento de Santander "ordena a la propiedad del campo el propio Consistorio de fútbol" a "retirar los restos de material con riesgo de desprendimiento y revisión completa de aleros, fachada y cubierta". El concejal de Urbanismo, César Díaz, explica que algunos de los problemas "ya están solucionados", pero reconoce que quedan tareas pendientes que "se han remitido al Racing para que actúe".

El aparente contrasentido de un Ayuntamiento que incumple su propia orden para remitírsela a un tercero se explica, en palabras de Díaz, porque "Patrimonio entendió que no fueran cuestiones achacables a la propiedad y entendía que el Racing era quien debía llevar a cabo las reparaciones en virtud del convenio". Un convenio que incluye, según la limitada documentación disponible, el mantenimiento del estadio. Pero mientras permanece la divergencia en la interpretación, las instalaciones, de titularidad municipal, siguen presentando un deficiente estado de conservación sin que el Racing tenga disponibilidad económica para actuar. Ni, a su juicio, obligación.

Las lagunas en la documentación se hicieron evidentes con la grave crisis económica del Racing, que unida al proceso concursal solicitado aún con Pernía como presidente oficial, y a las deudas contraídas durante de la Era Harry desembocó en la imposibilidad del club para efectuar el adecuado mantenimiento del estadio. Desde entonces el deterioro del estadio se ha hecho evidente. Tanto de los videomarcadores, asientos y otros elementos internos como de la propia infraestructura. Y mientras, casero e inquilino se miraban el uno al otro, el propietario se instó a sí mismo a reparar la cubierta.

Se temen desprendimientos

En los Campos de Sport se teme incluso que algunas de esas chapas metálicas que no fueron retiradas en su día puedan desprenderse con el paso de los meses por el efecto del viento, con el consiguiente peligro para los viandantes. Pero la postura municipal es clara, en contraste con lo ocurrido con el grupo electrógeno, sobre el que sí actuó: debe repararlo el club.

También los tornos plantearon problemas, al taponar en parte las salidas de emergencia del estadio, que no son otras que las propias puertas de acceso. Es otra de las deficiencias que señala el informe municipal de principios de 2015, que en este caso ya ha sido subsanada. Lo mismo ocurre la intervención de los bomberos sobre una de las estructuras de hormigón, que el propio César Díaz recuerda que se llevó a cabo pese a no figurar en el informe. Así, mientras ambas partes esperan el estadio sigue sin unas imprescindibles reparaciones que van más allá del mantenimiento habitual de cualquier edificio, y que evidencian abandono y hasta casi la ruina.

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