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Manolo Higuera (izquierda), junto a Víctor Diego, vicepresidente del Racing, en una junta de accionistas del club
La deuda llama a la puerta

La deuda llama a la puerta

El Racing tiene que desembolsar casi 300.000 euros antes de fin de año

Aser Falagán

Lunes, 14 de noviembre 2016, 15:59

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El Racing debe pagar en pocas semanas el primer plazo de su deuda concursal; un primer desembolso de cerca de 300.000 de euros que se corresponde con el 2,5% de su deuda ordinaria una vez aplicada la quita, que en su momento se estableció en el 50%.

El convenio preveía que este primer pago fuese del 5%, pero establece también que al estar el equipo en Segunda B, será de la mitad. Según anunció su presidente, Manolo Higuera, cuando se dio a conocer la entrada del Grupo Pitma -ITM- en el Consejo y pocas semanas antes de que compre en una ampliación de capital el 30% de las acciones de la sociedad, el pago está garantizado; si bien no especificó si existía ya una cantidad consignada o saldrá de los 1,2 millones que invertirá Pitma en diciembre.

Este pasivo se corresponde con la deuda ordinaria, y no tiene por lo tanto nada que ver con las cantidades pendientes con la Seguridad Social y la Agencia Tributaria, esta última en torno a los nueve millones (llegó a ascender a casi diez), que no estaban sujetas a quita y que incluso se incrementó tras salir del proceso concursal tanto por nuevos impagos como, sobre todo, por intereses.

Durante la era Harry los sistemáticos incumplimientos, que ahora impiden de paso negociar de nuevo con Hacienda, elevaron la deuda hasta rondar los doce millones, y pese a que desde enero de 2014 se ha intentado ponerse al día, los escasos ingresos del Racing han provocado constantes vaivenes en su pasivo con Hacienda.

En julio de 2015 eran 8,9 millones de euros. En diciembre de ese mismo año, aproximadamente 9,8 por intereses y recargos a embargos, por citar un ejemplo. El pasado verano el traspaso de los hermanos San Emeterio contribuyó a enjugar la deuda hasta la cantidad actual.

El Racing entró en proceso concursal en el mes de julio de 2011 aún con Pernía como presidente. La deuda se estimaba entonces en unos 37 millones de euros, y se correspondía a los impagos a proveedores, plantilla (deportiva y no deportiva), Agencia Tributaria, Seguridad Social y entidades financieras. Entre los acreedores figuraba Inmoarrabi, la sociedad que tras conceder un crédito al Racing cuando ya no lo hacían los bancos se opuso en primera instancia a la modificación del convenio de acreedores, según fuentes de la directiva verdiblanca por aquel entonces «por un simple formalismo», para posteriormente dar el visto bueno al nuevo plan de pagos y convertirse en accionista y también en uno de los grandes aliados del actual Consejo.

El primer convenio de acreedores contemplaba que se comenzara a pagar en diciembre de 2015, pero la mala situación económica del Racing impedía atender las obligaciones y se solicitó una modificación del convenio. El juez Carlos Martínez de Marigorta aceptó en segunda instancia el nuevo calendario, en el que el Racing propuso realizar un primer pago del 5% de la deuda, y no el 4%, como estaba previsto inicialmente para 2015. De ahí que el club deba pagar ahora 289.000 euros, la parte proporcional de los 11.562.317,46 euros en que quedó cifrada la deuda ordinaria tras la quita. Y todo con sus cuentas embargadas por la Agencia Tributaria, lo que dificulta enormemente el funcionamiento cotidiano de la sociedad y, especialmente, generar partidas y consignar cantidades para otros pagos. Así, en las oficinas de los Campos de Sport se han debido encomendar a la ingeniería financiera para mantener en funcionamiento la sociedad.

El calendario prevé que tras este primer abono se sufrague otro 35% de la deuda en 2017 y un 20% en cada uno de los tres siguientes ejercicios.

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