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Aquino celebra uno de los goles marcados de falta directa.
Sufrir, un modo de vida
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Sufrir, un modo de vida

El Racing, con Dani Aquino como artillero, remonta ante un Caudal que vendió cara la derrota

Sergio Herrero

Domingo, 27 de noviembre 2016, 17:27

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Las portadas de la prensa escrita, ayer, mostraban la dicotomía asentada en la sociedad alrededor de una figura que ha sobrevivido a muchas generaciones. «Icono» o «dictador». Fidel Castro terminaba sus kilométricos y anestesiantes discursos con una frase modificada en parte de la acuñada originalmente por Ernesto Che Guevara que lo mismo cuadra en la política, la guerra o el fútbol. Batallas con un balón de por medio. «Hasta la victoria, siempre». Aunque sea sufriendo. Al modo minero. En Mieres, ante un correoso Caudal, no podía ser de otra manera. Con el buzo puesto y a base de pico y pala. El jugo del triunfo, si cuesta conseguirlo, sabe mucho mejor.

El Racing no se encontró cómodo en casi ningún momento dentro de una guerra de guerrillas. Diez minutos de brillantez fueron suficientes para agarrar los tres puntos. Las tropas de Viadero se perdieron sobre la peculiaridad del césped artificial ante un enemigo perfecto conocedor del terreno. La diferente intensidad con la que saltaron ambos equipos al césped, con evidente superioridad asturiana, hizo el resto. Y eso que el equipo cántabro estuvo a punto hacer blanco en el primer minuto de encuentro. Una falta colgada por Héber cayó al borde del área, donde Alberto, solo, casi para empujar, cabeceó alto.

Conquistar el Hermanos Antuña fue casi tan costoso como bajar de la Sierra Maestra y derrocar a Fulgencio Batista. Un partido feo, con mucha dificultad para hilvanar tres pases seguidos y con las faltas cercenando cualquier asomo de acción combinativa. Hasta un balón parado en el centro del campo era bombardeado al área. Por lo que pudiera pasar. Y así se iba a resolver la contienda tiempo después.

Pero antes, el mejor arranque del Caudal vio sus frutos con un tanto que dio ventaja a quien más ganas le estaba poniendo. Una buena combinación de Javi Sánchez y Quero por la banda derecha la culminó este con un remate cruzado que batió a Iván Crespo. Los fantasmas, dudas con sábana blanca, se aparecieron también en tierras asturianas.

Cuando pasó el aturdimiento del Racing, el equipo cántabro decidió bajar al cuerpo a cuerpo. Y ahí, por fin, fue mejor. Igualó la agresividad de su rival y sacó la artillería. O por lo menos, a su cañonero. El de siempre. El exracinguista Óscar Pérez derribó a Samuel Llorca al borde del área. Una falta de esas perfectas para un futbolista diestro. Álvaro Peña estaba por allí, por lo que pudiera pasar. Pero como Dani Aquino es uno de esos tipos a los que los retos le ponen, no hubo discusión a la hora de seleccionar lanzador. Golazo por la escuadra. A pierna cambiada.

Como en Tajonar, el Racing inició así sus diez minutos de oro. Apenas cuatro después del empate, una buena maniobra de Caye Quintana dejó solo a Heber, que superó a Chechu en el mano a mano. La revolución racinguista estaba en camino. Pero Aquino, no contento con eso, estaba dispuesto a iniciar la crisis de los misiles. Sin amenazas. Fuego abierto. Otro lanzamiento de libre directo del murciano fusiló a un Chechu que no estuvo especialmente acertado. Era el minuto 42 y el Racing tenía preparada la vacuna contra todos sus males.

Pero no iba a ser tan sencillo como podía hacer pensar el marcador. El equipo cántabro pudo sentenciar la batalla en una contra de tres para dos que Coulibaly agotó él solo y estrelló contra el portero. El Caudal, de tierra minera y luchadora, no se iba a dar por muerto. Ni mucho menos. Y los asturianos acortaron distancias gracias a un penalti señalado por el colegiado en una acción de Bontempo con Javi Sánchez. El silbato sonó a compensación por una acción anterior en la que un futbolista verdiblanco tocó la pelota con el brazo en el área. Óscar Pérez transformó la pena máxima y convirtió a su equipo en el primero que marca más de un gol esta temporada a los montañeses.

El Racing volvió a encontrarse incómodo. Se obcecó con balones directos que la zaga atacó de frente y con garantías y, en ocasiones, las tropas se fracturaron en el medio campo. El comandante en jefe, Viadero, sabedor de los problemas por los que estaba pasando su equipo, intentó reajustar algunas piezas. Retiró a un Bontempo superado por la izquierda de la zaga, donde colocó a Córcoles, y sacó a Gándara en el lateral derecho.

Al Racing le tocó sufrir. El tradicional modo de vida verdiblanco. El entrenador de Canalejas dio entrada a Javi Cobo y retiró a Caye Quintana para fortalecer el centro del campo. Entre calambres, pérdidas de tiempo, faltas y discusiones varias fue pasando el tiempo. Y los cántabros estuvieron a punto de finiquitar el partido a falta de diez minutos, pero Chechu, con sendos paradones, evitó los tantos de Javi Cobo y Dani Aquino en dos remates consecutivos. Fue un respiro en el agobio racinguista.

Una angustia que sólo se apaciguó con la expulsión por roja directa de Noel. El futbolista asturiano propinó una fuerte patada en la cabeza a Mikel Santamaría a la salida de un córner y el colegiado le enseñó la roja. El técnico mierense, Iván Ania, quemó todas sus naves empujado por una grada caliente en la fría tarde instaurada. Con todo, como en el asalto al Cuartel Moncada que logró derrotar a la guerrilla de Fidel Castro, allá por 1953. Dio entrada a su central más alto, Saavedra, en la punta de ataque Israel Puerto debutó como racinguista como plan antiaéreo, y el Caudal terminó jugando con un desesperado 3-1-5 hasta que se quedó con nueve por las dos amarillas seguidas de Cristian. El Racing logró soportar la última ofensiva.

Dicen que en Cuba perdieron y volvieron cantando. El Racing ganó y su afición estalló de alegría cuando el encuentro llegó a su fin, entre el malestar de la parroquia local. Las caras de la gloria y el fracaso. Un triunfo con el que el equipo cántabro mantiene el tipo frente a la tiránica dictadura de la Cultural Leonesa como líder del campeonato. Los de Rubén de la Barrera no ceden ni un ápice y siguen ocho puntos por delante de los cántabros.

La semana será dura. El exigente choque de ayer dará paso el jueves a una ilusionante cita copera frente al Athletic y a otro examen liguero, el domingo, ante el Guijuelo. La hora de confirmar que el Racing ha recuperado las buenas sensaciones. El problema es que las piernas, con tantas ausencias, parecen no estar para muchos excesos.

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