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Ángel Viadero chuta un balón en una sesión de entrenamiento del Racing, en La Albericia.
La reinvención fallida de Viadero
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La reinvención fallida de Viadero

El técnico no da con el diagnóstico de lo que le pasa a su equipo, después de varios cambios de sistema

Sergio Herrero

Martes, 13 de diciembre 2016, 07:15

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Desde que el Racing perdió a Borja Granero, el equipo cántabro suma 19 puntos de los últimos 30 posibles. Los datos no serían preocupantes si no fuese porque el liderato incuestionable de la Cultural Leonesa obliga prácticamente a la absoluta perfección. Hasta ahí, correcto. El problema es que desde que la rodilla del capitán crujió, el equipo ha ido cayendo en barrena en una profunda depresión de resultados pero, sobre todo, de imagen. Crisis de personalidad. Un bache agravado por las posteriores ausencias de larga duración de Óscar Fernández y César Díaz, y la anterior de Julen Castañeda. Ángel Viadero ha intentado «reinventar» a su Racing con los futbolistas que le han quedado y, de momento, no lo ha conseguido. Las diferentes pruebas realizadas en este periodo no han surtido el efecto necesario, generando una frustración extra en el vestuario verdiblanco.

El 4-4-2 que tantos éxitos trajo al conjunto racinguista en el primer tramo de la temporada comenzó a agrietarse. Por eso, el míster de Canalejas, poco amigo de los cambios, empezó a repintar su pizarra en busca de nuevas alternativas. Así, el Racing estrenó un nuevo dibujo en Boiro. Un 4-3-3 más parecido a un 4-5-1 que salvó el pellejo en tierras gallegas pero sucumbió en casa frente a la Arandina. En Barraña, el equipo llegó con empate a cero a los últimos minutos, cuando el técnico santanderino decidió recuperar el 4-4-2. Ahí, una oportuna aparición de Dani Aquino permitió empaquetar los tres puntos para el viaje de vuelta a tierras cántabras. Sin embargo, contra el conjunto burgalés fue imposible. El esquema creó un puesto idóneo para el canterano Alberto, que entró en el equipo; incluso dio libertad a Álvaro Peña en el centro del campo; pero el Racing perdió mordiente en las bandas y dejó a su futbolista más decisivo, amante del libre albedrío en la zona de ataque, como único habitante de una isla desierta.

Frente al Caudal, en Mieres, Viadero volvió momentáneamente al 4-4-2, con Alberto y Álvaro Peña en el doble pivote y Caye Quintana acompañando a Dani Aquino en ataque. Fue un partido extraño, en el que diez minutos brillantes sirvieron para cimentar la victoria, en un incómodo césped de hierba artificial y un rival con cierta querencia al juego directo. El Racing ganó sufriendo, algo que pareció suponer un aporte moral a un equipo mermado. Aunque no fue así.

Ante el Athletic, en Copa, Viadero implementó una nueva estrategia: 4-4-1-1, con Álvaro Peña como mediapunta. La intención era dar libertad y dejar cerca de la portería rival a los dos futbolistas con más talento del equipo. Frente al conjunto vasco, de Primera División, la propuesta dejó buenas sensaciones. Sin embargo, unos días después, en la vuelta a la rutina liguera contra el Guijuelo, cuando el Racing estaba obligado a llevar el mando del encuentro, el invento tampoco surtió efecto. Salvo el último cuarto de hora de la primera mitad, en que los de Viadero fueron muy superiores, el resto del choque el conjunto cántabro sufrió y dio lugar a varias ocasiones peligrosas de los salmantinos. Sólo una embestida del Torito Aquino en los últimos minutos permitió salvar los muebles. El sistema quedó otra vez marcado, con un Álvaro Peña desesperado en la posición de segundo punta, al jugar prácticamente siempre de espaldas a portería. De hecho, en la segunda mitad, el técnico le devolvió a su posición natural en el doble pivote.

La última tecla

La última tecla pulsada por Ángel Viadero se produjo el pasado sábado en Mutilva. El entrenador racinguista optó por una variante peculiar del 4-4-2. Un sistema similar al que utilizó Pedro Munitis la pasada campaña. Con un trivote en el centro del campo Javi Cobo, Alberto y Álvaro Peña y sólo un extremo, por la banda izquierda Héber. Así, dejó despoblada la banda diestra, quizá con la intención de que David Córcoles se incorporase más al ataque desde el lateral, pero la propuesta no funcionó. El Racing sucumbió ante una Mutilvera que fue muy superior y los cántabros pudieron dar gracias por el empate final.

A los distintos dibujos hay que añadirles otras variantes que tampoco han tenido éxito, como la prueba de Mikel Santamaría como lateral izquierdo. El central, fuera de su ubicación habitual, no se ha encontrado cómodo en ningún momento pegado en la banda.

Más allá de la táctica, está claro que el bache racinguista tiene un fuerte componente emocional. Así que Ángel Viadero tiene trabajo en diversos frentes. De momento, para recibir el domingo al Izarra 17.00 horas, el entrenador santanderino tendrá que reestructurar su once con la ausencia de dos de sus futbolistas más importantes: Dani Aquino y Héber. Al menos, podrá contar ya en plenitud de garantías con Julen Castañeda para el lateral izquierdo. Esa, la recuperación paulatina de jugadores; y la incorporación en el mercado de fichajes invernal, son las principales esperanzas de Viadero para tratar de solventar la complicada papeleta. El resto lo pondrán las victorias. El mejor de los bálsamos.

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