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Granero, un icono con piel de líder
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Granero, un icono con piel de líder

El capitán, que cuenta los días para su regreso, lleva tatuado medio cuerpo con dibujos y mensajes y motivantes

Marcos Menocal

Viernes, 21 de abril 2017, 08:27

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Tatuarse el cuerpo es ante todo un signo de identidad. También de personalidad, pero por encima de todo diferenciador. Distingue del resto y es para siempre. Borja Granero lleva medio cuerpo tatuado. Es pura identidad; distinto. El valenciano no pasa desapercibido, quizás por eso es el capitán. Su brazalete también le convierte en especial en el campo. Le gusta como a tantos decorarse el cuerpo y en su caso, por demás.

Piernas, brazos, espalda y pecho; no le queda mucho espacio para seguir pintándose. Pero a Granero no sólo le apasiona el color y la estética. No es únicamente una cuestión de narcisismo o coquetería sino que en muchos de sus trazos el dibujo tiene un trasfondo más allá.

«A mi madre, en lo bueno y en lo malo»

  • Para mi madre por lo bueno, por lo malo, / Por demostrarme que el amor es un regalo, / Por la palabra y el orgullo de la sangre, / Por el simple milagro del beso que mata el hambre, / Ella me enseñó a andar de frente, / A no fingir y sentir si el alma siente, / A no mentir cuando todo el mundo miente, / A mirar siempre a los ojos cuando hablo con la gente, / Me dijo «hijo se valiente, valiente que aquí la vida es cruel», / «Que no te engañe una fachada reluciente, / Que lo único que importa está debajo de la piel» y, / Y si la vida viene y no hace confesiones, / Mamá me dijo «hijo has de estar dispuesto, / A echarle más cojones que el resto, / A poner el corazón en cada palabra de tu texto», / Y tu palabra fue mi escuela, / Mi centinela, el viento de mi vela, / De ahí aprendí a defender a mi familia y a mi nombre, / Y a siempre comportarme como un hombre, / Yo soy la fruta del manzano, tú el artesano de la noche y de la calma, / Forma del alma de mis hermanos, / Tú eres la alfarera, yo tan solo barro entre tus manos.

Es el caso de su muslo izquierdo. Un texto escrito con letra de la que utilizaban los antiguos castellanos para narrar las proezas y aventuras de la España de otros tiempos abarca desde la ingle hasta la parte superior de la rodilla, esa articulación que siempre le ha tenido en guardia. Cinco párrafos adornan la estilizada y espigada pierna del futbolista y en cada una de ellas un mensaje sentimental y agradecido. Granero se dejó llevar por su apego al rapero Rayden y se tatuó la letra de la canción Mi primera palabra, concretamente su segunda estrofa. En ella, el cantante agradece a a su madre el haber sido la mejor profesora y la profeta más aventajada en su vida. Agradecimientos varios. «Lo único importante está debajo de la piel», advierte uno de los tramos de la canción que a punta de aguja se pueden ver en Granero. El futbolista para que no se le olvide, decidió escribírselo pinchazo a pinchazo.

Distinto

«A echarle más cojones que el resto...», prosigue el texto de Rayden. Granero predica con el ejemplo; su fuerza de voluntad y su innegable positivismo le han convertido en un referente. Un líder en cuya piel puede leerse parte de su filosofía de vida. Le queda desnuda la otra pierna, la derecha, de la que lleva pendiente los últimos seis meses ya que su rodilla se rompió cuando mejor le iban las cosas. Es probable que no la deje así por mucho tiempo; no adelanta nada, pero ya se encargará próximamente de vestirla con tinta. De esa manera tan peculiar, irá poco a poco dejando cada vez menos al descubierto la piel, esa que se encarga de esconder lo verdaderamente bueno. No finge ni miente cuando el alma siente, como también recuerda la canción, y por cosas como esas la lesión de este valenciano afincado en Santander le dolió al racinguismo. Ahora tampoco dice mentiras;va con todo y el domingo volverá a enseñar la pierna tatuada en El Sardinero. Genio y figura.

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