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«Perder en Guijuelo fue  un regalo. Una señal a tiempo»

«Perder en Guijuelo fue un regalo. Una señal a tiempo»

El "bastón de Viadero", que asegura que "si el Racing no fuera muy fuerte mentalmente no tendría 80 puntos", advierte de que "el equipo está preparado para ascender"

MARCOS MENOCAL

Sábado, 6 de mayo 2017, 08:19

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"Perder en Guijuelo fue un regalo. Nos enseñará muchas cosas. Nos hará más fuertes". Algo así merece una explicación. Sin duda. A José Iván Gutiérrez Palacios (Suances, 1978) no le gusta que le llamen 'gurú' o chamán, pero algo de enigmático tiene. Es difícil de descifrar. No le importa definirse como "el bastón" de Viadero. Un apoyo. "Ayudo a los jugadores a salir de situaciones peligrosas; en eso tengo ventaja porque yo he vivido muchas", reconoce. Fue ciclista profesional y quizás por eso ve aquello que los demás ni tan siquiera intuyen y los jugadores lo saben; por eso y por muchas más cosas. Convivir día a día con el sufrimiento a uno le hace indestructible. Por esa razón le plantó cara a una depresión empeñada en robarle la sonrisa. "Ahora estoy mejor". En La Albericia le admiran. Ven en él un confesor de cabecera. Sus logros como ciclista -campeón del mundo sub 23 y subcampeón mundial en profesionales contrarreloj, además de sus seis títulos nacionales- le confieren un estatus de superhéroe en la plantilla. Para él, el Racing "ha surtido un efecto terapéutico" y por eso quiere devolverle el favor. Va, viene, observa, se acerca y ejerce. No es nada extraño verle sentado conversando con un futbolista alejado del grupo. Maneja el arte de dar un abrazo a tiempo como nadie, aunque para él no tenga. Un pilar más de este Racing.

«El equipo está tocado». «El vestuario está destrozado». Las palabras de Ángel Viadero el pasado domingo tras perder en Guijuelo retumbaron en el racinguismo, ¿qué necesita el equipo para levantarse de algo así?

No necesita una inyección de motivación extra. Lo que ocurrió no fue más que un mal resultado que ha afectado, es normal, pero no se sube a Segunda División un 30 de abril. Necesita tranquilidad y naturalidad.

Usted es el 'gurú' particular del entrenador; el 'chamán' de los jugadores ¿Cómo se transmite esa tranquilidad?

Llevo 42 semanas trabajando en el Racing. Lo que ha pasado es que se ha fallado un día, algo que puede pasar. Hay que pensar que no se puede fallar el próximo domingo ni el otro. Los jugadores están preparados para ascender, eso es lo verdaderamente importante; preparados para hacerlo en dos o en seis partidos. Desde que llegué no se piensa en otra cosa que en ascender.

¿Qué es lo que le pasó al Racing en Guijuelo?

No tengo una explicación convincente. No se gestionó bien lo que se ha entrenado. Fueron ocho minutos pero desbordaron a los jugadores. No fueron capaces de hacer lo que sabían, de los que se les había informado...

Usted es algo así como un confesor para los jugadores. Le cuentan sus interioridades; sus alegrías y sus tristezas ¿Tiene un mensaje de optimismo?

La derrota en Guijuelo es un regalo. Perder nunca es bueno, pero que alguien se imagine lo que hubiera sido hacerlo el domingo en Izarra o un día del play off. Ha sido un regalo hacerlo antes, porque estoy seguro de que les habrá enseñado muchas cosas. A todos. Fue una señal, algo que seguro que les ha llegado muy dentro y que les pondrá en guardia para lo que viene.

¿Es fuerte psicológicamente este equipo?

Sí, por supuesto. Si no fuera así no tendría ochenta puntos. Hay unos jugadores más fuertes que otros, pero Viadero es muy audaz, lo sabe ver. Eso se le da muy bien. El equipo está muy trabajado y también muy reforzado en ese aspecto. Creo que en eso le tiene ganada la partida al Celta B y a la Cultural Leonesa.

-Habla usted de jugadores con más personalidad y otros con menos. Lo que se le viene al Racing encima no es apto para gente débil de 'coco', ¿hay alguno que ejerza de líder sin importarle el cargo?

Hay varios futbolistas con experiencia y fuertes, pero se necesita alguien que sea capaz de hacer su trabajo en el campo y que además se preocupe de qué pasa en otros lugares; fuera, en el banquillo... Hay personas a las que les pagan para ello, pero también hay deportistas que lo hacen. Yo creo que Jagoba puede hacerlo. No es un líder, pero sí un director de orquesta. Él puede seleccionar momentos y decisiones. Se le necesita. El otro día en Guijuelo faltó esa faceta; no se supieron seleccionar esos momentos en los que hay que decidir bien y no fallar. Esta semana nos hemos dedicado a analizarlo y a que no se repita algo así.

Cuando un jugador ficha por el Racing en Segunda B sabe a qué viene a Santander. Nadie se queja de presión, pero la hay. Este equipo tiene que ganar siempre, ¿con qué carga de presión llegan los futbolistas a la fase decisiva de la temporada?

Hay que pensar que este equipo lleva ochenta puntos y que sólo ha perdido cuatro partidos. Apenas ha fallado. Eso es algo que hay que valorar y que refleja que todos los que están saben lo que hay que hacer: ganar. Repito que no se asciende el 30 de abril, por eso la labor de todos es estar trabajados mental, física y tácticamente mejor que nadie. Dudo que haya alguno mejor que el Racing en estos aspectos. Viadero lo tiene claro. A todo lo que tiene este grupo hay que añadir que el Racing tiene un templo, El Sardinero. Esto sí que nadie lo tiene. Los jugadores lo saben y lo que quieren es que ese templo esté lleno cada domingo; se han hecho méritos para que la afición confíe en este equipo y desde aquí hago un llamamiento a todos. El Racing lo tiene todo para no fallar.

¿Se le puede poner nombre al trabajo que usted desempeña dentro del vestuario?

A mi me trajo Viadero y me ayudó personalmente mucho. Ahora mi deber es preocuparme por él. Me he dado cuenta de la cantidad de cosas en las que se tiene que preocupar y yo soy como una muleta en la que se apoya. Un bastón. Yo debo quitarle carga para que esté fresco porque el estado del entrenador es vital para los jugadores. Se trasmite todo lo que le pasa.

¿Qué ven en usted los jugadores para que le quieran tanto?

No sé realmente lo que ven. Ellos sí es cierto que sienten una inquietud por cómo fue mi vida de deportista. Les gusta comparar las sensaciones que tienen ellos en un campo con la que tenía yo. Para ellos es imposible sufrir tanto tiempo. Me gustaría enseñarles cómo es el ciclismo por dentro. Estoy seguro que les haría crecer y mejorar mentalmente.

Usted está acostumbrado a vivir situaciones límite. En su vida las ha vivido, encima de la bicicleta las tuvo cada día y ahora... En el Racing tiene otra. Fútbol y ciclismo, ¿qué le sugiere este binomio?

Tengo ventaja porque yo ya he vivido muchas situaciones difíciles. Ahora disfruto mucho; es una pena, pero he empezado a disfrutar de mayor. En el fútbol los vínculos afectivos son mayores que en el ciclismo. Aquí cuando se lesionaron Granero o César Díaz la gente estaba conmocionada. En el ciclismo todo es más efímero. Si alguien se cae, no pasa nada porque como es algo tan normal no te paras a pensar mucho. Corres con unos y mañana con otros, sin embargo en un vestuario de fútbol somos todos los días los mismos. Pierdes en Guijuelo y te llevas el problema a casa; ves a uno triste y te afecta como si fueras tú.

Se le ve muy bien. Esa fuerza sólo la transmite alguien muy fuerte. El Racing tiene un buen druida con usted.

Este vestuario es también muy fuerte y ya digo que no necesita una inyección extra. Tan solo requiere que salga lo que ha preparado. El resto llegará.

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