Borrar
La remontada sólo fue un sueño
Fútbol-Fase de ascenso a Segunda

La remontada sólo fue un sueño

El Racing no fue capaz de acercarse a la consecución del milagro y certifica otro año más en Segunda B

Sergio Herrero

Domingo, 25 de junio 2017, 19:40

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

La remontada no fue más que un sueño. El producto de un sentimiento racinguista obcecado en no darse nunca por vencido. Más allá de las ganas, el Racing nunca dio la sensación de poder dar la vuelta a la eliminatoria. Cuando quiso mostrar superioridad ante el Barcelona B, ya era demasiado tarde. Al final, una temporada con cifras espectaculares termina en fracaso. Porque para el Racing, que no estuvo fino en el examen final, pasar otro año en Segunda B no es más que eso. Un fracaso. Y quién sabe si también un peligro de muerte. La estancia en el infierno será mucho más larga de lo esperado. «Volveremos». El problema es cuándo.

Finalmente, Ángel Viadero se decantó por hacer algo distinto para buscar algo nunca visto a lo largo de la temporada. Una remontada de brutales dimensiones. Y cambió su sistema de cabecera el 4-4-2, por una especie de 4-2-3-1, con Beobide y Borja Granero en el doble pivote, una línea de tres con Álvaro Peña, Santi Jara y Héber; y Dani Aquino en punta. Un planteamiento para intentar ahogar la salida del balón azulgrana y robar lo más cerca posible del área, que no tuvo mayor éxito.

Uno de los primeros requisitos para cimentar la remontada era que al Barcelona B le pesase un hipotético exceso de confianza. Que en algún momento le temblasen las piernas. Sin embargo, el filial culé salió al campo serio, con las cosas claras y sin apenas recovecos por los que hacerle daño. Mientras tanto, el Racing, presa de la ansiedad, tuvo algunos problemas de inicio. Especialmente en tareas defensivas.

Durante la primera mitad, el equipo cántabro nunca mostró una superioridad imperiosamente necesaria para conseguir el milagro. En igualdad de condiciones, la jugosa ventaja de los catalanes era absolutamente insalvable.

Otro ingrediente debía ser los goles, o al menos las ocasiones de marcar. Sensación de peligro. El Racing llegó a cuentagotas. Si hubiese sido un combate de boxeo, el primer periodo habría terminado con empate. El conjunto verdiblanco pidió, sin mucho ímpetu, un posible penalti sobre Héber. Y una buena combinación de Dani Aquino, Gándara y Santi Jara propició un córner que Borja Granero remató alto.

El Barcelona B no se limitó a defender la renta. El conjunto catalán sacó provecho de un rival muy tocado física y mentalmente después del tortazo de siete días antes. Los jugadores cántabros llegaban muchas veces tarde a las marcas. Así, los de Gerard López crearon inquietud en los balones a la espalda de la zaga y las entradas por banda, con superioridades continuas. Una volea de Aleñá desde la frontal no encontró portería. Posteriormente, un centro de Cucurella desde la izquierda lo prolongó el propio Aleñá en el segundo palo, y Samuel Llorca tuvo que enviar a córner.

Las ocasiones azulgranas se fueron sucediendo entre la desesperación de los futbolistas del Racing, que no eran capaces de hacerse con el control del juego. Dani Romera se sacó un latigazo que se marchó rozando el poste de la meta de Iván Crespo. Y, poco después, un tiro de Gumbau lo atrapó Iván Crespo.

Por fin, en los últimos minutos, el Racing, con un Álvaro Peña más participativo, supo combinar en campo rival. Borja Granero tuvo una ocasión clara para haber abierto el marcador y revivido las esperanzas verdiblancas de acometer el gran milagro. El valenciano realizó un genial control orientado dentro del área, pero su remate final se marchó demasiado cruzado. Poco después, un tiro de Santi Jara desde fuera del área no llegó a turbar al meta Suárez.

De perdidos al río, debió de pensar Ángel Viadero, que en el descanso sacó a calentar la artillería que le quedaba en el banquillo. Óscar Fernández el de Piélagos finalmente no participó, César Díaz y Carlos Álvarez. Un último intento a la desesperada. Antes del inicio de la segunda parte, el manchego y el asturiano ya estaban sobre el césped, en sustitución de Mikel Santamaría y Santi Jara. La formación no cambió, ya que Borja Granero cayó al centro de la defensa y Álvaro Peña al doble pivote. El resultado fue similar.

Más presencia en ataque

Los montañeses intentaron tener algo más de presencia en ataque, aunque eso también supuso dejar más huecos atrás. La teoría esa de la manta que tapa la cabeza y destapa los pies. Un balón perdido por Jagoba Beobide en la medular terminó con una ocasión clarísima para Álvaro. El remate del azulgrana se marchó alto.

El Racing, por no tener, no tuvo ni suerte. En el minuto 13 de la segunda parte, el balón quedó muerto en el área a la salida de un córner. Gándara la enganchó y la envió hacia la portería, pero Suárez, con una espectacular parada con el pie, evitó el tanto racinguista. En esos momentos, el conjunto de Ángel Viadero sí era mejor que su rival, pero el cronómetro hacía ya totalmente inviable el dar la vuelta a la eliminatoria.

Iván Crespo evitó que el Barcelona B, que despertó de nuevo, se adelantase en el marcador. Un tiro de Alfaro lo tocó lo justo el guardameta para enviarlo fuera. Posteriormente, tapó magistralmente un intento casi sin ángulo de Aleñá. Eran las opciones barcelonistas entre los huecos que iba dejando el Racing a su paso. Porque los de Ángel Viadero, con el Miniestadi coreando el Campeones, campeones, gastaron sus últimas fuerzas del curso en intentar dignificar el fracaso.

Fue inútil. No sirvió de nada. Porque el balón no entró ni de rebote, cuando Dani Aquino lo intentó en una de las últimas jugadas del partido. Suárez aún no sabe ni cómo sacó aquel balón que se colaba dentro. Ya daba igual. Al final, el Racing estaba invitado a la fiesta de otro. El equipo y su afición tuvieron que ver cómo eran los locales los que celebraban un logro que el racinguismo ha agurdado durante toda la temporada. El Racing dio un auténtico recital durante el campeonato liguero, pero no ha estado a la altura en el momento clave. Y eso lo acabó pagando con un altísimo precio, que le deja otra vez en la tercera categoría del fútbol español. Esa que se le queda tan pequeña pero de la que es tan difícil salir. Una auténtica lotería. Y el equipo cántabro, afortunado en amores, por el cariño de su afición, lo de los juegos de azar no lo lleva demasiado bien. Habrá que coger fuerzas de nuevo para otro larguísimo año.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios