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Su sombra. Junto a su segundo, Raúl García, forma una pareja indivisible.

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Su sombra. Junto a su segundo, Raúl García, forma una pareja indivisible.

«Sáquense las manos del bolsillo»

Carlos Pouso deja las primeras pinceladas de su marcada personalidad en su estreno como entrenador del Racing | El nuevo técnico verdiblanco lideró una intensa sesión de trabajo en la que los futbolistas trataron de agradar al nuevo jefe del vestuario

Sergio Herrero

Santander

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Jueves, 8 de febrero 2018, 07:20

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En las Instalaciones Nando Yosu de La Albericia, en invierno, siempre hace incluso más frío que en el resto del mundo. Microclima propio. Cada miércoles es el primer entrenamiento con el ojo puesto en el próximo rival. Pero en el racinguismo la Peña Sport ha quedado eclipsada a lo largo de la semana. Quizá a partir de hoy ya se empiece a hablar del equipo navarro. El despido de Ángel Viadero y la rápida llegada de Carlos Pouso han opacado todo lo demás. El técnico vasco fue puntual en su primer día de trabajo. Apenas alargó las presentaciones en el vestuario. Ya habrá tiempo para conocerse. Y dejó las primeras pinceladas de su estilo sobre el césped. Aún es pronto para tácticas. Lo primero que el entrenador quiere inculcar en su plantilla es la intensidad que caracteriza a sus equipos. La que tuvo el Racing de Viadero antes de perder la chispa. Y con el efecto del jefe nuevo en la oficina, donde todo el personal pina las orejas, el nuevo míster logró renovar la sana tensión en el trabajo.

Pasadas las 10.30 horas, la plantilla saltó al césped del campo número 1. Carlos Pouso fue el último en salir del vestuario. Dejó los ejercicios iniciales de entrada en calor a su segundo, Raúl García, y al preparador físico, Adolfo Mayordomo. El vasco, con el guión en la mano, se marchó al terreno de juego número 2 para preparar la parte principal de la sesión. Quiere tomar parte de todas las situaciones. No se le caen los anillos por colocar conos, picas o monigotes. Oriol fue su asistente en esta ocasión. Junto al catalán, se acercó a coger una de las porterías auxiliares. El exjugador verdiblanco pidió ayuda a los fisioterapeutas. «Sáquense las manos del bolsillo», espetó Pouso cuando les vio venir. Serio. Los sanitarios obedecieron. Cuestión de imagen. Todo suma. Nada escapa a su control.

Vídeo.

Intentó mantenerse al margen de la expectación creada alrededor de su llegada al banquillo racinguista. La de ayer pudo ser una mañana cualquiera de miércoles. Pero no todos los miércoles se aposta junto a las vallas que limitan el campo más de medio centenar de personas para pasar frío y ver el entrenamiento del primer equipo verdiblanco. Pouso ha renovado la intensidad y también la atención. «Este les va a poner firmes», comentaba un veterano aficionado nada más llegar a las Instalaciones. «Creo que es un estilo a Manolo 'Preciados'», contestó su interlocutor con esa 's' final que le colocan tantas veces en Cantabria al querido entrenador astillerense. Quizá porque su figura era tan amplia que contaba como varios técnicos a la vez. En plural.

Raúl García, su segundo, realiza una labor más oscura y estratégica durante la sesión

Los futbolistas se trasladaron al campo número 2. El míster se puso al frente. Ejercicios y partidillo en espacios reducidos. Muchas voces y muchos gestos. Aunque el estilo sea similar, en eso se parece bien poco a Ángel Viadero. El de Canalejas era mucho más comedido en sus actitudes. Ni mejor ni peor. Diferente. Pouso es más visceral. Siempre encima de la acción y exigiendo intensidad sin descanso a sus futbolistas. El estado en el que quedó el césped al final del entrenamiento dio fe de ello. Hay que agradar al nuevo 'sheriff'.

Un taco de vez en cuando

Los jugadores hilvanaron una buena jugada en uno de los ejercicios. Carlos Pouso, que minutos antes se había llevado las manos a la cabeza, tiró de ese humor socarrón de las afueras de Bilbao. «¡Esto es jugar al fútbol! ¡Joder, me estábais asustando!», grito el míster. Con taco incluido, porque es de los que piensa que no hay palabras malsonantes sino malas interpretaciones.

Conos, picas, papeles, silbato... Al preparador verdiblanco le gusta tenerlo todo controlado

Mientras tanto, en medio de todo y sin hacer mucho ruido, su sombra. Raúl García. El estratega escondido. Entre los gritos de su pareja indivisible, el exjugador del Mirandés se acercaba a alguno de sus nuevos pupilos para hacer correcciones. Especialmente con los pesos pesados del vestuario. Primero, con Dani Aquino. Gestos de «por aquí» y «por allá». Después, con Borja Granero.

El entrenador principal hizo especial hincapié en Antonio Tomás y Quique Rivero. Futbolistas a recuperar. Es gestor de grupos y llega con todo estudiado. Matizaciones al de Cartes. Una colleja cariñosa al cabezonense. También le toca hacer trabajo psicológico con un vestuario en una situación complicada de la que el principal damnificado ha sido el anterior inquilino del banquillo. Y Pouso sacó el silbato del bolsillo, para hacerse notar un poco más, por si alguien no se había enterado a esas alturas de que había llegado.

En lo táctico, el nuevo entrenador dejó escasos anuncios de lo que puede ser su Racing. Pocos detalles que rascar. Aunque sí puso a entrever algunas intenciones referentes a varios futbolistas. Por ejemplo, en el caso de Borja Granero, al que ubicó durante el partidillo como defensa central. O en los casos de Sergio Ruiz y Álex García. Ambos actuaron como laterales. El astillerense por la derecha y el de Beranga por el flanco zurdo.

Pouso ubicó a Borja Granero en el centro de la zaga; a Sergio Ruiz y Álex García, en los laterales

La sesión terminó sin mayores novedades. Pasado el mediodía. Carlos Pouso se quedó en medio del terreno de juego charlando con el capitán, Borja Granero. Le puso la mano en el hombro. 'Colegueo'. Y bailaron un pasodoble entre corrección y corrección. Un míster con cintura. Mientras, las Instalaciones Nando Yosu se iban vaciando de público en una mañana movidita por el estreno.

Terminada la conversación, el preparador vasco enfiló el camino de los vestuarios. Con parada incluida para firmar sus primeros autógrafos como verdiblanco y tomarse algunas fotos con aficionados. Hasta Juan 'Bandera' se acercó ayer a ver qué se cocía por La Albericia. Y Tuto Sañudo, Víctor Diego y Pachín. No era una mañana cualquiera en la embajada verdiblanca del barrio santanderino.

Más de medio centenar de personas se acercó a ver el primer entrenamiento del técnico vasco

Carlos Pouso se marchó al vestuario, aunque aún le restaba un último acto protocolario antes de continuar con su primer día completo en Santander. Ducha y ropa de calle. Los medios esperan. Con la sala de prensa casi llena. Hacía tiempo que no había 'overbooking' de micrófonos. El técnico vasco deja detalles a cada paso. En el último pasillo antes de comparecer frente a los medios, un obstáculo. Hizo todo lo posible por no pasar por debajo de una escalera que da a una claraboya en el edificio multiusos. Otro rasgo de su marcada personalidad: superstición. No quiere empezar su estancia en el Racing con mal pie y maldiciones innecesarias.

Nuevo entrenamiento este jueves a las 10.30 horas

Carlos Pouso no quiere perder tiempo. Pese a que el partido de esta semana es el sábado (17.00 horas frente a la Peña Sport) y en esas circunstancias lo habitual es que la sesión del jueves sea de esas denominadas de 'baño y masaje', el nuevo entrenador racinguista intentará aprovechar la mañana de este jueves para ir implantando sus conceptos tácticos en la plantilla sin cargar demasiado el físico de sus futbolistas. Ligerita, pero menos. Por el momento, el recién llegado técnico vasco no optará por llevar la sesión a los Campos de Sport de El Sardinero y la jornada matinal de este jueves se llevará a cabo de nuevo en las Instalaciones Nando Yosu de La Albericia, en el horario habitual de las 10.30 horas.

Fue presentado en rueda de prensa, dejó una ristra de titulares y se marchó. Acompañado por el enjambre de periodistas y miembros de medios de comunicación por el mismo camino por el que abandonó el pasado lunes las Instalaciones su predecesor. Aunque a Ángel Viadero le tocó hacerlo en solitario. Son las cosas del fútbol. Un deporte que vive del presente. De lo actual. Y en ocasiones, muchas, es cruel con el pasado. La llegada de Carlos Pouso ha abierto una etapa en el Racing. Por La Albericia ya se habla de una nueva corriente: el 'Pousismo' es tendencia.

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