El consumo sigue siendo el principal motor de la economía cántabra

Además del consumo privado y la buena evolución de los servicios, el estudio anota también durante el tercer trimestre del año un mayor dinamismo de las exportaciones, con una ampliación del superávit comercial, la mejora del empleo y "la persistencia de las dudas" en la industria y la construcción. Con esos mimbres, entre los meses de julio y septiembre el crecimiento del PIB será del 0,8%, lo que implicaría un avance interanual del 2,6% y una estimación de cerrar el ejercicio con una tasa igualmente del 2,6%.

Servicios, al alza

De acuerdo al periodo del año, plena temporada turística, el sector servicios se mantuvo muy dinámico, con un balance turístico y comercial destacable. La estadística recoge que la cifra de negocios recuperó en agosto lo perdido en julio y aumentó un 5,7%, fundamentada en las actividades comerciales.

El aeropuerto, pese a esto, renquea por la disminución de escalas. El tráfico de pasajeros en el Seve Ballesteros disminuyó un -12,8% anual. El Indicador recuerda que a partir de abril de 2017 habrá una nueva conexión con Varsovia, incrementándose a seis el número de compañías que operan en el aeródromo, lo que subsana en parte una de las carencias del aeródromo cántabro, muy dependiente para sus cifras de la actividad de Ryanair.

El turismo se presentó especialmente favorable y el empleo terciario mostró una dinámica acelerada con el impulso reciente de los servicios de no mercado.

Banco Santander resalta que "los datos hoteleros de agosto marcaron un máximo histórico", con casi 200.000 visitantes y más de 550.000 pernoctaciones, y un grado de ocupación (81,4%) superior al nacional. La estancia media se mantuvo en el tercer trimestre en niveles de hace un año, con una inercia de recuperación de los precios hoteleros y de los indicadores de rentabilidad.

Los indicadores de actividad no arrojan signos de recuperación en la industria, en contraste con España. La producción industrial retornó en agosto a cifras positivas (4,7%), si bien en el promedio de los ocho primeros meses decreció dos puntos internaules, al revés de España (2,2%). En la misma línea, Cantabria lideró en agosto la caída anual de la cifra de negocios de la industria (-5,8%) y lo que va de año el balance se situó en el -7,3% (-0,5% en España).

Respecto a los indicadores adelantados, el índice de entrada de pedidos era negativo hasta agosto con un -9% interanual (-0,9% en España), lo que no augura un cambio de inercia en el corto plazo. Asimismo, el clima industrial atenuó su corrección en el tercer trimestre con datos positivos en julio y agosto y una severa corrección en septiembre, que se repitió en octubre.

Las restricciones presupuestarias continúan haciendo mella en la obra pública. Así, la licitación oficial de las administraciones públicas (58,8 millones, el menor dato desde 2012) decreció hasta agosto un 24,4% anual. La evolución favorable del mercado de trabajo y las mejores condiciones de financiación propician la trayectoria de recuperación de la inversión residencial, cuya demanda repunta. La compraventa de viviendas aumentó hasta agosto un 14,8% y las hipotecas inscritas sobre viviendas crecieron hasta agosto un 12,8% anual.

Sin consenso

La estimación de Banco Santander es más pesimista que la recientemente publicada por BBVA Research, el servicio de estudios de la entidad financiera, que elevó en cuatro décimas sus anteriores previsiones sobre Cantabria desde el 2,5% al 2,9%. Para el conjunto de España la previsión también era mayor, un 3,3%. La última de las previsiones presentadas recientemente, la de la Fundación de Cajas de Ahorro (Funcas), mantiene a Cantabria en la cola del crecimiento en España con una previsión de cierre para este año de un 2,4%.