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La nave de Forjas de Cantabria, en el centro de la foto, está unicada dentro en el recinto industrial de Gerdau en Reinosa.
Comforsa, dispuesta a vender por un euro la fábrica Forjas de Cantabria

Comforsa, dispuesta a vender por un euro la fábrica Forjas de Cantabria

Sodercán, que lidera la negociación para evitar el cierre de la empresa campurriana, quiere también un compromiso de carga de trabajo

María Ángeles Samperio Martín

Martes, 10 de mayo 2016, 11:23

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Forjas de Cantabria de Reinosa (la antigua Farga Casanova) está a punto de cambiar de manos. Su propietario, la compañía catalana Comforsa (participada en un 98% por Avançsa, el holding industrial de la Generalitat, y en un 2% por la empresa pública cántabra Sodercán) ha llegado a un acuerdo inicial con Sodercán para vender la empresa por un euro. De esta forma, la propiedad pasaría un grupo de técnicos y trabajadores cántabros (la plantilla está formada por 22 personas) que también contarían con uno o varios inversores.

Comforsa anunció en febrero su intención de desvincularse de Forjas de Cantabria a la vez que informaba de un pleito por el alquiler de su nave con Gerdau, la propietaria. Forjas de Cantabria ocupa desde 1966 un antiguo taller de Gerdau, de 21.000 metros cuadrados, y estampa en caliente cigüeñales y ejes delanteros para vehículos pesados en aceros al carbono.

Daniel San Miguel, responsable de Industria de CC OO y que ha participado en alguna fase de las negociaciones, confirmó ayer a este periódico que los técnicos catalanes y cántabros están permanentemente en contacto y que «las conversaciones van por buen camino».

La operación que se está ultimando supone que Sodercán dejaría también de participar en Comforsa (en la que tiene un 2%) aunque apoyaría desde fuera la operación y facilitaría créditos y ayudas a los inversores, técnicos y trabajadores que se hagan con la sociedad.

El verdadero eje de las negociaciones en este momento es el cerrar un acuerdo con la compañía catalana que asegure a la nueva Forjas una carga de trabajo estable durante un periodo de tiempo que podría llegar a los dos años. ¿Por qué si Comforsa vende debe asegurar esta carga de trabajo? El problema es que Forjas de Cantabria carece de departamento comercial e, incluso, de una dirección propiamente dicha, ya que hasta ahora se ha limitado a funcionar como un taller de Comforsa al que le llegaban pedidos que posteriormente cumplimentaba. «Era en la práctica una maquila que trabajaba para un tercero sin intervenir en ningún momento en los procesos ajenos a la fabricación», asegura un conocedor de las negociaciones. Contratos, clientes y mercados, en una empresa con una casi total proyección exterior (exporta un 90% de su producción) y en pleno despliegue en nuevos mercados como el japonés, están en manos de los directivos catalanes de Campdevanol. Todas las fuentes consultadas, y los propios directivos catalanes de Comforsa coinciden en que no hay ninguna duda sobre la calidad del producto que se fabrica.

El alquiler

Otra de las cuestiones que se tendrán que resolver es la del alquiler a Gerdau ya que Forjas se ubica en el recinto de esta empresa. Todo parece indicar que si el entendimiento entre Comforsa y Sodercán se concreta, el acuerdo sobre esta cuestión no se haría esperar. El alquiler es de 8.000 euros al mes, pero el contrato finalizó en diciembre de 2014 y hay un pleito sobre esta cuestión.

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