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Empresarios asistentes al quinto debate en la sede de la CEOE.
Empresarios cántabros piden un marco regulatorio estable en el sector energético

Empresarios cántabros piden un marco regulatorio estable en el sector energético

La complejidad de la factura de la luz y el escaso apoyo para mejorar la eficiencia, principales problemas de las pymes

Isabel Arozamena

Domingo, 26 de febrero 2017, 07:58

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Presionar un botón y conseguir de forma inmediata energía parece algo simple, pero detrás de este gesto se esconde un proceso y una regulación muy compleja. Así se desprende de lo analizado en el quinto debate sobre la actualidad económica de Cantabria, organizado por El Diario Montañés y CEOE-Cepyme, con la colaboración de Bankia, en el que participó una veintena de empresarios y representantes de pymes. En esta ocasión, el tema a tratar fue la energía, un asunto de gran actualidad debido a los picos que se han producido en el precio de la luz en los últimos meses.

La complejidad de la factura de la luz, la falta de ayudas para mejorar la eficiencia y la necesidad de un marco regulatorio estable a medio y largo plazo, alejado de las decisiones políticas, fueron algunas de las ideas que los empresarios desgranaron en el coloquio en el que actuaron como ponentes el director de Negocio Retail de Viesgo, Douglas Medrisch; el director general de Aldro, José Francisco González y el director de Saltos del Nansa, Ignacio Peña. Junto al presidente de CEOE, Lorenzo Vidal de la Peña, y el redactor jefe de Economía de El Diario, Miguel Ángel Pérez Jorrín, que ejerció de moderador, analizaron las cuestiones que más preocupan relacionadas con el sector.

Vidal de la Peña lo tiene muy claro. Tras reconocer sus dificultades a la hora de interpretar la factura de la luz por su complejidad, calificó de «absurda» la «inseguridad jurídica» que viven actualmente las empresas españolas, y concretamente las cántabras, a la hora de enfrentarse a los costes energéticos que «varían dependiendo de las medidas políticas que se vayan tomando». Por ello, reclamó a los Gobiernos central y regional «un marco regulatorio estable que sea igual en todo el país».

Santiago Cifrián, de Bankia, indicó que esa inseguridad jurídica se vivió en Cantabria con el plan eólico «en el que ha habido cambios en las reglas del juego». Lo mismo opinó Santiago Barquero, de Airconfort, para quién esa seguridad jurídica es necesaria a la hora de «hacer inversiones a diez años». El mismo empresario defendió las energías renovables que, a su juicio, liderarán el sector «en un plazo de 10-15 años».

Algunos de los presentes, como Braulio Vallejo, de la empresa Energía Cantabria, expresaron que muchos de los conceptos que se incluyen en la factura de la luz «tendrían que estar» en los Presupuestos Generales del Estado con lo que se abarataría el recibo. Lo mismo ocurre, dijo, con el canon de interrumpibilidad que se abona a las grandes compañías para que, de ser necesario, interrumpan el consumo «algo que hace más de diez años que no se usa».

¿Por qué es tan cara la energía en España? En primer lugar por la dependencia que se tiene de otros países. Según los datos facilitados por Ignacio Peña, Cantabria es deficitaria ya que únicamente produce el 42% de la energía que consume. A esta cuestión, que se puede hacer extensiva al resto del país, hay que sumar las infraestructuras necesarias para posibilitar el suministro de energía.

Los ponentes admitieron las dificultades que algunos clientes a la hora de conocer los productos que hay en el mercado para elegir el más adecuado a sus necesidades. El representante de Viesgo puso en valor las medidas adoptadas por su compañía para ofrecer unas facturas «transparentes» en las que, a través de aplicaciones informáticas, «se puede conocer a tiempo real cuánto se está consumiendo cada hora». Además de este aspecto «los precios de la factura tienen que ser competitivos» algo que se consigue con una comparativa entre las comercializadoras, «con ahorros importantes en torno al 5,6%».

José Francisco González, de la comercializadora de electricidad y gas Aldro, que nacida en Torrelavega se extiende ya a diversos puntos de la península Ibérica, defendió que «lo principal para bajar los precios en la factura es que haya alternativas». Es por lo que abogó por «la competencia y la liberalización del mercado» y se centró en un trato personalizado a las pymes ofreciendo «productos a los que habitualmente sólo pueden acceder las grandes compañías».

«Tenemos que informar, poner encima de la mesa todas las alternativas que hay en el mercado» para «lograr una mayor eficiencia energética».

En Cantabria Saltos del Nansa tiene cuatro centros de energía hidroeléctrica en la zona del río Nansa, explicó Ignacio Peña. Uno de los problemas que encarece el sector es que la energía «no se puede almacenar en grandes cantidades» por lo que «tenemos que ajustarnos a la demanda y producimos en función de las necesidades». Debido a los efectos de la ley de 2012 «que cambió todo el sistema de producción, pasará como con la gasolina que pagamos tres veces más» de lo que cuesta en origen.

Peña defendió sobre todo las energías renovables, como la que produce Saltos del Nansa, del grupo Acciona, «que cada vez serán más competitivas». «Parece razonable que cada país trate de aprovechar los recursos naturales de los que dispone», dijo.

A la hora de entender el recibo de la luz, que todos consideraron que incluye términos «muy complejos», hay que diferenciar entre «los diferentes componentes» que la integran. «El producto no es complejo, lo que lo hace complejo es la facturación», opinó Lorenzo Vidal de la Peña.

César Peláez, de la empresa Enertec, se quejó de lo que considera «una formación escasa» de los comerciales «que llegan a tu puerta» para ofrecer el producto, lo que provoca «una confusión en el cliente». «Deberían ser verdaderos asesores energéticos», recalcó. Sobre la facturación, asumió que se ha simplificado «y ha mejorado algo, pero no es suficiente».

Los responsables de las comercializadoras replicaron que «nosotros somos responsables del 40%» de los conceptos que se incluyen en el recibo, que es la parte variable. El resto corresponde a otras cuestiones como los costes de las infraestructuras. El directivo de Viesgo precisó que hay que tener en cuenta los costes de la generación de la energía, el transporte y, finalmente, el derivado de comercializar el producto.

Respecto a las ayudas a la eficiencia energética, algunos de los asistentes censuraron que, si las hay, no se difunden lo suficiente y no llegan a las empresas. «En España la eficiencia energética no se ha potenciado, no hay políticas», resolvió Enrique Conde, de Soningeo, para quien en muchas ocasiones «vamos por delante los que nos de

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