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Christian Felber antes de su conferencia en la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales de la Universidad de Cantabria. María Gil Lastra
«Somos una fuerza transformadora hacia la sostenibilidad y el bien común»

«Somos una fuerza transformadora hacia la sostenibilidad y el bien común»

Christian Felber, iniciador de la Economía del Bien Común y del Banco por el Bien Común, es uno de los referentes de este movimiento económico | Antepone el bienestar social a los índices financieros

Amaya Capracci

Santander

Viernes, 9 de febrero 2018, 19:00

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Christian Felber se ha propuesto poner la economía patas arriba. Este profesor de la Universidad de Economía y Negocios de Viena, filólogo y bailarín, saltó a la fama en 2012 tras la publicación de su libro 'La Economía del Bien Común'. Ayer visitó la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales de la Universidad de Cantabria para explicar a los alumnos de económicas que «gracias a Aristóteles hoy podemos definir 'capitalismo' y 'economía' como términos opuestos, y eso para mí es una revelación».

-¿Qué es la Economía del Bien Común?

EN CIFRAS

  • 1.400. empresas en 12 países están aplicando el modelo de la EBC.

  • 2015. la Unión Europea reconoce el modelo económico como 'sostenible'.

-Es una teoría económica que no mide los parámetros monetarios o financieros tradicionales, sino que entiende que el dinero solo es un medio para obtener el bien común. Tiene sus orígenes en los principios de Aristóteles, que definía la economía como las reglas éticas gracias a las cuales aspiramos al bienestar de todas las personas que están en una casa (entendiendo el término 'casa' como una economía doméstica o una economía nacional). Cuando el dinero se convierte en el fin, ya no es 'economía', es 'capitalismo'. Nosotros proponemos analizar otros parámetros como el bienestar de las personas, el respeto a la dignidad, las relaciones laborales justas, la distribución de la riqueza, la prevención de la superconcentración del poder, la conservación del medio ambiente...

«Gracias a Aristóteles distinguimos entre capitalismo y economía, y eso para mí es una revelación»

-¿Cómo surge este concepto?

-Aparentemente los problemas de las sociedades modernas no tienen nada que ver entre sí, pero analizándolos desde una perspectiva holística, hasta las raíces, creo haber detectado un denominador común, la inversión de los términos 'fin' y 'medio'. La sociedad hoy no aspira al bien común, ha convertido el dinero, el capital, en el fin.

-Al principio imagino que le tacharían de idealista...

-Había cierta polarización, pero el bien común es algo universal, aunque la resonancia inicial en algunos países ha sido más fuerte que en otros. En España, por ejemplo, la crisis ha ayudado a que estos nuevos planteamientos suenen más alto. Además, es un país con profundas raíces en economías alternativas.

-¿La Economía del Bien Común incluye también variables económicas tradicionales?

-No excluye nada, pero da prioridad a lo más relevante. Si entre los indicadores económicos clásicos hubiese algo relevante, se incluiría, pero parece que no es el caso, no son indicadores económicos reales, aunque los quieran denominar así.

-¿Cómo se elabora entonces el Balance del Bien Común?

-Empleamos métodos y herramientas desarrollados por las ciencias naturales y sociales, no nos las hemos inventado. Hay preguntas objetivas y precisas que se pueden medir con una calculadora, como cuántas veces gana más un hombre que una mujer en una empresa por el mismo trabajo.

-¿Es viable a gran escala este nuevo modelo económico?

-Los valores fundamentales son los mismos en todo el mundo y las cuestiones que se contestan en el balance del bien común son exactamente las mismas para la empresa pequeña que para una multinacional. Tenemos un balance compacto para las pequeñas empresas y un balance completo para las mayores, adaptado al tamaño, pero su naturaleza es igual.

-¿Juegan con desventaja los pioneros en adoptar esta filosofía mientras las instituciones públicas no apoyen este nuevo sistema?

-La empresa 'ética' parte con desventajas competitivas estructurales y sus costes son más altos. Esto es un error de diseño de los mercados antiéticos. Adam Smith, que soñaba con que el mercado alcanzase el bien común, dijo que para que eso ocurriera hacía falta una mano invisible. Como nunca describió esa mano invisible, nosotros la convertimos y la llamamos 'Balance del Bien Común'.

-¿Tiene futuro este nuevo modelo de economía cooperativa?

-Está presente en muchos países y está creciendo lentamente, pero de forma imparable. Igual que se superó el patriarcado, el colonialismo, el racismo... se va a superar el capitalismo. Es un movimiento imparable, es una economía de verdad, no es nada extraño o exótico. Somos una fuerza transformadora hacia la sostenibilidad y la ética y el bien común.

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