La Guerra de Cuba: los orígenes de La Naval

En 1908 el Gobierno adjudicó a la Sociedad Española de Construcción Naval el concurso para realizar el Plan de Escuadra Ferrándiz, que suponía la construcción de nuevas unidades navales y la modernización de los arsenales en ocho años con un presupuesto de 200 millones de pesetas.

En 1915, al detectarse que los astilleros y arsenales de El Ferrol y Cartagena eran limitados, se promulgó la Ley Miranda con el proyecto de construcción de nuevas unidades navales. La medida ratificó la necesidad de crear una nueva planta siderúrgica.

Un informe determinó que la comarca de Campoo, concretamente la Villa de Reinosa, era el lugar idóneo. Una serie de circunstancias favorables apoyaban su recomendación como la climatología de bajas temperaturas, la abundancia de aguas adecuadas para los tratamientos de los aceros y la importancia de Reinosa como nudo de comunicaciones. Las obras comenzaron en 1918 y al año siguiente se finalizó el puente de entrada a la factoría desde Reinosa sobre el río Híjar.

La producción en el taller de fundición de acero se inició en 1920. Se entregaron las primeras piezas fundidas y forjadas con destino a buques en construcción en El Ferrol y Cartagena. El balance al final de la década de los años 20 da como resultado que la factoría estuvo saturada de trabajo, que la población de Reinosa experimentó un fuerte crecimiento (8.686 habitantes en 1930) y que la plantilla superó la cifra de dos mil trabajadores (2.008).

La factoría continuó su expansión y, tras un bache en 1987, en 1993 se creó el Grupo Sidenor. En 2018 se constituyó Sidenor Forging & Casting, participada en un 75,1% por Sidenor y en un 24,9% por Sodercán.