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El candidato de En Comú Podem, Xavier Doménech, y los dirigentes de la formación.
En Comú Podem vuelve a derrotar a los independentistas

En Comú Podem vuelve a derrotar a los independentistas

Ni CDC ni Esquerra rentabilizan el escándalo de Fernández Díaz que, de forma sorprendente, beneficia al PP que gana un diputado

cristian reino

Domingo, 26 de junio 2016, 23:02

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 Parecía que había llovido mucho en Cataluña desde el pasado 20-D: el proceso no acaba de arrancar, los independentistas se pelearon y rompieron la alianza para caminar juntos hacia la secesión y, sobre todo, se ha destapado el 'Fernándezgate'. A pesar de todo ello, los resultados en Cataluña fueron este domingo casi calcados a los de hace seis meses. Salvo el PP, que le arrebató un escaño al PSC, todos los demás repitieron guarismos. Por lo que respecta a Cataluña, el 26-J no ha servido de nada. Si acaso, para confirmar que por segunda cita consecutiva, ninguna de las fuerzas del independentismo fue capaz de ganar los comicios, y para constatar que el secesionismo no avanza: entre ERC y CDC suman 17 escaños y el resto de las formaciones catalanas se apuntan 30, igual que hace seis meses.

Como en el 20-D, En Comú Podem, la marca catalana de Podemos, fue la primera fuerza en la comunidad catalana, con doce escaños, el mismo resultado que en los comicios de diciembre. La formación de la izquierda alternativa capitaliza el voto anti PP que otrora iba para el PSC. Las encuestas daban unas expectativas muy altas a los comunes, que aspiran a ser la fuerza de referencia de la izquierda catalana, como lo fue el PSC, pero en estas elecciones se ha frenado su ascenso y de momento se ralentizan sus pretensiones de ser una formación con opciones de ganar unas elecciones autonómicas en Cataluña.

Segunda fue Esquerra, igual que en la votación anterior, con nueve diputados, por delante de Convergència, con ocho, el mismo resultado del 20-D. La noche apuntaba a que el perdedor de la jornada podía ser Convergència, que en el 26-J vivió las últimas elecciones de su historia, tras 40 años. La formación nacionalista salvó los muebles y en dos semanas dejará de existir y podrá acometer el congreso de la refundación del partido que sustituya a CDC con más tranquilidad que la que hacían presagiar las encuestas. El PSC obtuvo siete escaños, uno menos; el PP, seis, uno más; y Ciudadanos repitió los cincos.

Una de las lecturas en clave catalana es que el soberanismo no ha sido capaz de aprovechar el 'Fernándezgate' para reforzar el proceso. En escaños, el independentismo mantiene posiciones y solo gana un punto en porcentaje de votos. Sin embargo, nunca antes se le habían puesto las cosas tan fáciles en campaña al independentismo para sacar un resultado más que notable en unas generales. El escándalo de las conversaciones filtradas entre el ministro del Interior y el director de la Oficina Antifraude era un regalo para el secesionismo, pero la suma en escaños de los partidos que apuestan por un Estado catalán independiente es el mismo que el 20-D. En votos, entre ERC y CDC avanzaron un punto, pero el independentismo sigue sin poder girar la tendencia de que en Cataluña se vota de manera dual: una cosa son los comicios autonómicos y otra bien distinta, las generales. Cada votante tiene dos almas y ese también es un elemento que tendrían que considerar los independentistas.

Oriol Junqueras calificó los resultados de su partido de «extraordinarios». La lectura que hacen los republicanos del resultado a nivel nacional es que «España no quiere cambiar, no tiene voluntad de cambio», lo cual les reafirma en su intención de «avanzar hacia la república catalana». Desde Convergència, insistieron en que el soberanismo sigue siendo «decisivo» en la política española. El presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, insistió en la vía secesionista, tras el fracaso de Podemos: «Si el 20-D supuso la defunción de la tercera vía, ahora el referéndum no disfruta de buena salud».

Lo que para tampoco han servido las elecciones del 20-D es para clarificar la pugna que mantienen ERC y CDC por la hegemonía del soberanismo. Esquerra ha vuelto a derrotar a Convergència, pero las fuerzas siguen muy igualadas. Aun así, las urnas han determinado que el electorado catalán es de izquierdas.

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