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belén de benito
Martes, 29 de noviembre 2016, 14:38
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Tenía unos 5 años. Me fijé en él mientras esperaba en la consulta del médico. Llevaba 20 minutos sin moverse. Imposible no fijarme. Eso no era un niño. Era un maestro budista. Con sus pequeños pies colgando de la silla, balanceándolos con un ritmo hipnótico. Lentamente paró. Hizo una pequeña mueca de queja, se inclinó sobre su madre, y dijo de forma casi inaudible, anodina, temerosa: "Me aburro". Para seguir leyendo, pinche aquí.
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