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Un rebelde y su hija pasan ante un cartel de reconciliación.
«La paz es real e irreversible» tras el desarme de las FARC

«La paz es real e irreversible» tras el desarme de las FARC

La ONU ya tiene en su poder las 7.132 armas de las guerrillas colombianas, cuya renuncia a la violencia ha congratulado al presidente Juan Manuel Santos

colpisa / afp

Martes, 27 de junio 2017, 02:21

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El presidente del Gobierno colombiano, Juan Manuel Santos, declaró este martes que la paz en su país es "irreversible", durante un acto en el que se dio por terminado el desarme de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), la guerrilla más antigua de América.

"Al depositar las armas que tenían con ustedes en los contenedores de las Naciones Unidas, los colombianos y el mundo entero saben que nuestra paz es real y es irreversible", dijo Santos durante ese acto de cierre del desarme en Mesetas, en el centro del país.

Las FARC proclamaron así su "adiós a las armas" tras más de medio siglo de lucha armada en Colombia. "Adiós a la guerra, adiós a las armas. Bienvenida la paz", exclamó el líder de las FARC, Rodrigo Londoño. "No le fallamos a Colombia, hoy dejamos las armas", agregó Londoño, conocido como 'Timochenko'.

Santos, por su parte, celebró una declaración que ocurrió en el mismo lugar donde esta guerrilla marxista, creada en 1964 tras una sublevación campesina, se había consolidado y había instalado su centro de operaciones.

En el acto de este martes participaron el jefe de la misión de Naciones Unidas, Jean Arnault, a cargo del proceso de desarme; representantes de los países garantes del acuerdo de paz, Noruega y Cuba; la cúpula de la guerrilla y representantes del Congreso y la Unión Europea, entre otros.

"Consideramos que el compromiso con la dejación de armas individuales adquirido por las FARC ha sido honrado", expresó Arnault, tras recordar que el lunes la ONU certificó la entrega de 7.132 armas individuales en las 26 zonas donde están concentrados los ahora excombatientes.

El conflicto armado colombiano, en el que también han participado otras guerrillas, paramilitares y agentes estatales, ha dejado 260.000 muertos, 60.000 desaparecidos y 7,1 millones de desplazados. Tanto el presidente como expertos ven al desarme como "un hito" del proceso de paz, porque representa el epílogo de las FARC.

"Significa el fin de la principal guerrilla armada en el hemisferio occidental. Significa el inicio de un postconflicto (...) y de un proceso difícil de reconciliación en el país", fuertemente dividido ante el acuerdo de paz, dijo a la AFP el analista Jorge Restrepo.

Hasta el 1 de agosto quedarán en manos de algunos guerrilleros unas 700 armas para asegurar las zonas de concentración, dijo Arnault. En esa fecha, la misión "habrá almacenado todo el armamento" y "extraído sus contenedores" de esos campamentos.

En paralelo, la ONU continuará ubicando más de 900 "caletas" o escondites de armas de las FARC, una tarea que deberán terminar para el 1 de septiembre. A la fecha ha verificado 77, "de las cuales ha sido extraído el armamento y destruido municiones, explosivos y armamento inestable".

Las armas de las FARC serán fundidas para elaborar tres monumentos que serán colocados en la sede de la ONU en Nueva York, en Colombia y en Cuba, sede de las negociaciones de paz. Tras su desarme, las FARC tienen al menos dos desafíos a la vista: la justicia transicional y su futuro político. El primer punto preocupa a las FARC debido a la demora en las amnistías e indultos a unos 3.400 guerrilleros presos, según la guerrilla, así como en la aplicación de un sistema de justicia especial.

Pero este punto genera malestar en varios sectores, como en el partido derechista Centro Democrático, cuyo líder, el senador y expresidente Àlvaro Uribe, es un áspero opositor al pacto de paz por considerar que da demasiadas concesiones a los guerrilleros.

"Uno de los temas críticos es que varios miembros de las FARC hacen política sin que hayan ido a la cárcel", dijo el analista de International Crisis Group en Colombia, Kyle Johnson. Con respecto a su futuro político, los excombatientes lo definirán en un congreso previsto para inicios de agosto.

"¿Cuáles serán sus banderas políticas, en qué ideología se va a fundar? (Es) una pregunta que va a definir su éxito político", agregó Restrepo, director del centro de análisis del conflicto Cerac.

Según Johnson, el postconflicto también tiene varias aristas: "la protección a los excombatientes, la sustitución de cultivos de coca (base de la cocaína) que promueven grupos armados, el narcotráfico y la corrupción" y "que el Estado llene los espacios dejados por las FARC para que otros grupos armados" no los ocupen.

La ONU sostiene que 127 activistas fueron asesinados el año pasado, la mayoría en territorios donde las FARC había tenido presencia histórica. La organización también apuntó que estos homicidios serían responsabilidad de distintos actores como grupos paramilitares, criminales comunes, guerrillas como el ELN -en diálogo de paz con el gobierno desde febrero- y disidentes de las FARC.

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