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Soldados iraquíes lanzan un cohete contra posiciones del Daesh en el oeste de Mosul.
Las fuerzas iraquíes retoman la estación de trenes de Mosul

Las fuerzas iraquíes retoman la estación de trenes de Mosul

El Ejército de Irak también ha arrebatado a los yihadistas varios lugares simbólicos en el oeste de la ciudad, como la sede de la gobernación de la provincia de Nínive o el museo, arrasado por los yihadistas

colpisa / afp

Martes, 14 de marzo 2017, 22:51

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Las fuerzas iraquíes han anunciado este martes la toma de la estación de trenes de Mosul, hasta ahora en manos del Daesh e inutilizada desde que el grupo yihadista conquistó esta ciudad del norte de Irak.

La estación, construida en los años 1940, permitía el transporte de mercancías desde Turquía y Siria hasta Bagdad y Basora (sur) y ya había sufrido "numerosos ataques terroristas" antes de la llegada del Daesh en 2014, explicó Salam Jabr Saloom, director general de la compañía nacional de ferrocarriles.

El transporte de pasajeros fue abandonado después de la invasión estadounidense de Irak en 2003, añadió la compañía.

El teniente general de la Policía federal, Raed Shakir Jawdar, indicó en un comunicado que sus tropas retomaron la estación ferroviaria, así como una estación de carretera cercana, ambas situadas en el suroeste de la ciudad vieja.

Horas después, la 16º división del Ejército iraquí tomó dos pueblos del noroeste de Mosul, Sheij Mohamed y Al Jamaliya, según el Mando Conjunto de Operaciones, que coordina la lucha contra el Daesh en Irak.

Las fuerzas iraquíes, apoyadas por la coalición internacional liderada por Estados Unidos, lanzaron el mes pasado una ofensiva para tomar el oeste de Mosul tras conquistar el sector oriental en una operación finalizada en enero.

La reconquista de Mosul asestaría un duro revés al Daesh, que se adueñó de la ciudad tras una ofensiva relámpago en junio de 2014.

Mosul, donde el líder yihadista Abu Bakr al Bagdadi hizo su única aparición pública en julio de 2014, es el último gran bastión del grupo suní radical en Irak.

Además de la estación de trenes, las fuerzas iraquíes arrebataron a los yihadistas varios edificios importantes o simbólicos en el oeste de la ciudad, como la sede de la gobernación de la provincia de Nínive o el museo, arrasado por los yihadistas. El domingo anunciaron haber reconquistado cerca de un tercio de la parte occidental.

Pero, aunque los yihadistas ceden terreno, los responsables militares vaticinan combates feroces para derrotar al EI, sobre todo en el casco antiguo, una zona de calles estrechas y muy pobladas.

Los combates en el oeste han provocado la huida de 80.568 personas -13.428 familias-, indicó este martes la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).

Si se suman los desplazados del este, 238.000 personas han abandonado sus hogares, de las cuales decenas de miles tuvieron que buscar refugio en los campos instalados en los alrededores de la ciudad, según la misma fuente.

"Llegan muchas personas cada día, el gobierno debe llevar a cabo procedimientos de verificación y a veces la gente tiene que esperar uno o dos días" para ingresar en el campo, explicó Hala Jaber, portavoz de la OIM para la crisis de Mosul.

Ante esos desplazamientos, las fuerzas iraquíes intentan evitar que algunos yihadistas aprovechen la confusión para esconderse entre los civiles y huir así de los combates.

Entretanto, la oenegé Human Rights Watch (HRW) denunció la existencia de cárceles improvisadas en las que el Gobierno iraquí detendría, en condiciones "inhumanas" y sin haberlas inculpado formalmente, a más de 1.200 personas, entre ellas menores, sospechosas de tener vínculos con los yihadistas.

"Al menos cuatro prisioneros murieron" en circunstancias que parecen relacionadas con la falta de cuidados médicos y las pésimas condiciones de detención, añadió HRW, que describió unas prisiones tan atestadas que, en ocasiones, ningún "preso puede acostarse para dormir".

Dos de esas cárceles se encuentran en Qayyarah, y una tercera está en Hamam al Alil, a 60 y 30 kilómetros de Mosul, respectivamente, precisó la ONG. Contactado por la AFP, un portavoz del ministerio de Interior aseguró que no podía hacer ningún comentario antes de estudiar el informe de HRW.

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