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Protesta en una refinería en Douchy les Mines, al norte de Francia.
El pulso de las protestas en Francia se centra ahora en los transportes

El pulso de las protestas en Francia se centra ahora en los transportes

Aunque esta semana no hay manifestaciones, el martes comienza la huelga de los ferrocarriles, el jueves se sumarán puertos y transporte metropolitano y el viernes arranca el paro de los controladores aéreos

efe

Lunes, 30 de mayo 2016, 19:01

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El pulso entre el Gobierno francés y los sindicatos que se oponen a su reforma laboral vivió hoy una distensión temporal en el aprovisionamiento de carburantes, en espera de la cascada de huelgas en el transporte público que están convocadas durante toda la semana.

Las posiciones de una y otra parte se mantuvieron oficialmente congeladas, es decir en conflicto frontal a menos de dos semanas del inicio de la Eurocopa de fútbol, el 10 de junio, aunque diversas fuentes confirmaron contactos el fin de semana para intentar conseguir el desbloqueo.

El primer ministro, Manuel Valls, hizo una ronda de llamadas el sábado a todos los líderes sindicales, incluido el secretario general de la Confederación General del Trabajo (CGT), Philippe Martínez, líder de las protestas.

Martínez consideró la simple existencia de ese contacto -el primero en dos meses- un avance, pero se negó a desvelar nada sobre el intercambio y, en cualquier caso, se reafirmó en su exigencia de no empezar a negociar sin la retirada del proyecto de ley de la ministra de Trabajo, Myriam El Khomri.

La presión se ha relajado en el aprovisionamiento de carburante, con muchas menos gasolineras hoy con tanques vacíos -la semana pasada llegaron a ser más de un tercio de las del país-, pero eso se debe al desbloqueo por las fuerzas del orden de los accesos a centros petroleros que habían ocupado algunos piquetes.

Sin embargo, en el sector petrolero las huelgas siguieron, con cuatro de las ocho refinerías francesas completamente paradas y dos más funcionando a medio gas, y una prolongación del paro en la terminal petrolera del puerto de Le Havre, a la que el Ejecutivo ha impuesto unos servicios mínimos.

Esa terminal gestionada por la Compañía Industrial y Marítima es una infraestructura clave por la que entra el 40 % del petróleo bruto a Francia y desde la que se suministran tres refinerías y se distribuye por oleoducto el queroseno para los dos aeropuertos de París, Charles de Gaulle y Orly.

Un nuevo frente se abrió hoy cuando un centenar de trabajadores municipales organizaron un piquete que impide el funcionamiento de la gran planta de tratamiento de residuos urbanos de la región de París -la mayor de Europa-, en Ivry sur Seine.

Baptiste Talbot, responsable en la CGT para servicios públicos, indicó que nada entraba ni salía del complejo de Ivry sur Seine, al tiempo que su sindicato lanzaba un llamamiento para paralizar la recogida y el tratamiento de basuras.

La actitud de esta central exaspera a la patronal Medef, que por boca de su presidente, Pierre Gattaz, denunció en una entrevista publicada hoy por "Le Monde" que sus bloqueos no son sólo "la mayor parte del tiempo ilegales", sino que además "van a crear paro".

Gattaz insistió en que el Gobierno no puede ceder con su proyecto de ley y, sobre todo, que no debe retocar el artículo más polémico, el que invierte la jerarquía de las normas sociales, al dar primacía a los acuerdos de empresa en detrimento de los convenios colectivos.

Aunque esta semana no hay manifestaciones, que se reservan para el 14 de junio una vez que el proyecto de ley llegue al Senado para su tramitación, desde mañana por la tarde la huelga llegará a los ferrocarriles, con una convocatoria prorrogable día a día.

Desde el jueves se sumarán los puertos y los transportes metropolitanos de París con un paro indefinido en el que, como en los trenes, las reivindicaciones específicas a la empresa se suman a las de la reforma laboral.

La situación corre el riesgo de empeorar el viernes, con la primera de tres jornadas consecutivas de paro convocado por todos los sindicatos de los controladores aéreos, que pretenden así aprovechar la coyuntura general para presionar en la negociación del convenio colectivo.

La Dirección General de la Aviación Civil (DGAC) ha organizado una reunión de conciliación mañana con los controladores -que piden que se rectifique la política de recortes de puestos emprendida desde hace años- pero en caso de que no se consiga, la consecuencia debería ser la supresión de varios cientos de vuelos el fin de semana.

A largo plazo, los pilotos de Air France se pronunciaron hoy muy mayoritariamente en favor de activar huelgas de larga duración para corregir la política de ajustes de la dirección de la aerolínea para hacer frente a la competencia de las compañías de bajo coste, algo que debería concretarse antes del final de junio. EFE

ac/er/emm

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