Borrar

Pablo Iglesias, a lo Sansón

El líder de Podemos se 'desmelena' en su entrevista más atrevida y desenfadada

María Eugenia Alonso

Martes, 19 de abril 2016, 13:23

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Lleva el pelo largo y atado en la nuca desde la adolescencia. Un look que Pablo Iglesias no piensa cambiar bajo ningún concepto. Ni aunque llegue a presidente del Gobierno porque para él el pelo "es como lo de Sansón". Ya se lo dijo a Ana Rosa en su primer 'desmelene' público el pasado septiembre, cuando por unos instantes pudimos verle sin su tradicional coleta.

Este fin de semana Iglesias repetía desgreñe pero esta vez ante el objetivo de Manuel Outumuro, uno de los fotógrafos de moda más prestigiosos de nuestro país. Como si de un modelo masculino de champús se tratase, el líder de Podemos deshacía su coleta y a golpe de rizo posaba para la cámara del orensano, que inmortalizaba al politólogo para un reportaje del magazine de La Vanguardia.

via GIPHY

Una entrevista de lo más atrevida y desenfadada en la que el de Podemos habla de sus mitos eróticos -confiesa que le ponen las actrices Maribel Verdú y Cecilia Roth-, de sus "guapos" adversarios e incluso se atreve con el dress code de la clase política. "La izquierda ha impuesto más códigos estéticos que la derecha" y lo demuestra barriendo para casa con "los uniformes verde oliva de Fidel Castro y el Che Guevara", "el pantalón de campana en el 68" o "la chaqueta de pana de Felipe González".

La coleta, su seña de identidad

Desde que dio el salto a la arena política Pablo Iglesias ha convertido su aspecto físico en una imagen de marca. De su peinado y "su gusto por la ropa de descuento" ha llegado a hablar hasta el mismísimo New York Times. Su coleta incluso ha protagonizado alguno de sus discursos, como aquel: "Coleta morada no entender pequeño Pujol fumar puro con gran jefe plasma" que le dedicó a Artur Mas. Pero aunque este politólogo presume de no haber cambiado nada su estilo, en el camino hacia el poder ya se ha deshecho del piercing, los polos, el ceño fruncido y ha acabado enfundándose unos chinos beige (con camisa blanca o azul, uniforme casual de la casta).

Una imagen medida al milímetro. Prueba de ello el informe interno que Podemos elaboró en abril del año pasado con la estrategia que debía convertir a Iglesias en un candidato "presidenciable". Un documento donde los asesores de la formación morada fueron contundentes con su jefe: debía cuidar hasta el más mínimo detalle, dejar de parecer "huraño" y "sonreír más". Y donde se le aconsejaba "usar raya al medio que ofrece un mejor aspecto y evita la impresión de casco de pelo" o "cuidar el color de la goma del pelo. Preferible del color del pelo o, si no es posible, negra".

Reacio a los sobrios trajes a medida -que a más de uno le han dado un disgusto-, en los últimos meses el secretario general de Podemos ha llegado a incorporar la corbata a su vestimenta e incluso a enfundarse un esmoquin. "Yo nunca he pretendido ser rebelde en mi forma de vestir, sino ser sencillo. Cuando uno ocupa un cargo público lo importante es que haga bien su trabajo y que trabaje duro y no tanto si lleva corbata o no", dijo Iglesias engalanado la noche de los Goya.

'Ministras Vogue'

No es la primera vez que se ve al líder de Podemos fuera de la sección de política. En febrero de 2015 se enfundó unas guantes de boxeo para Vanity Fair donde, entre otras cosas, habló de la monarquía, de la religión e incluso reconoció algunos de sus puntos débiles. "Peco de arrogancia y soberbia, como me recuerdan mis propios compañeros", explicaba entonces.

Meses después, en plena vorágine electoral, Iglesias hacía campaña en Vogue. Ante la conocida como 'Biblia de la moda' el político madrileño asentía que el estilo es algo realmente importante y que sin duda es una manera clara de comunicar: "Cualquiera que niegue la importancia de la imagen en política o te está mintiendo o es enormemente torpe. (...) Respeto mucho a quien es capaz de contarte cosas con la ropa, no me parece frívolo en ningún caso".

Pese a su afán diferenciador, el político ha sucumbido al poder mediático de las revistas y magazines de moda y ya hay quienes apuestan sobre cuánto tardará el de Vallecas en protagonizar un portada al más estilo 'ministras Vogue'. La revista femenina consiguió que las entonces ministras del Gobierno Zapatero dejaran por unas horas sus carteras para reunirlas en una sesión de fotos en La Moncloa en plan 'top model'. También lo logró El Mundo con Soraya Saénz de Santamaría que, muy lejos de su habitual imagen, se presentaba con maneras de modelo y en una sugerente actitud. Sendos reportajes que desataron un auténtico vendaval dentro y fueras de nuestras fronteras. ¿Para cuándo el huracán Iglesias?

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios