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Aaron salvó a cinco familiares tirándoles por la ventana

Aaron salvó a cinco familiares tirándoles por la ventana

A sus 15 años, se convirtió en el héroe de la tragedia que ayer dejó Zorroza conmocionado por la muerte de un joven matrimonio y sus dos hijos, de 2 y 3 años. Lanzó un colchón a la calle y seguido arrojó a su madre, dos hermanos y dos primos

SILVIA OSORIO

Domingo, 28 de mayo 2017, 16:00

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«Llego a estar dormido y no sé qué hubiera pasado...», afirmaba ayer con la voz entrecortada y todavía visiblemente conmocionado Aarón Sánchez. A sus 15 años, se convirtió en un héroe en medio de la tragedia que sacudió ayer el barrio bilbaíno de Zorroza. Residía en uno de los pisos de la primera planta del inmueble devorado por las llamas y consiguió salvar a su madre, a sus dos hermanos pequeños y a dos primos los cuatro con edades comprendidas entre los 5 y los 10 años de morir asfixiados por la avalancha de humo que en un abrir y cerrar de ojos inundó el hogar familiar.

El joven se encontraba despierto en los momentos previos a que se desencadenara el infierno; no podía conciliar el sueño por el calor. Se levantó a encender un cigarrillo y regresó al rato a la cama. Poco después, se irguió sobresaltado. «Oíamos como si los cristales se estuvieran rompiendo. Un ruido horrible», según relató a este periódico al abandonar el área de Urgencias del hospital de Cruces en una silla de ruedas tras ser asistido de sus lesiones en las piernas.

Un pequeño, operado

Reaccionó «rápido». Fue «listo». Hecho un manojo de nervios, Aarón arrojó un colchón por una de las ventanas y no lo dudó: con el convencimiento de que amortiguaría así su caída, lanzó a la calle a los miembros de su familia, uno por uno, sacándoles del infierno. «Nunca sabes cómo vas a reaccionar en algo así confesaba horas después. Sólo pensaba en salvarles a todos».

Y lo hizo. La madre salió ilesa y los cuatro críos y él sufrieron roturas y luxaciones en las extremidades inferiores, sin mayor gravedad, de las que fueron tratados en Cruces y Basurto. Uno de los pequeños tuvo que pasar por el quirófano, pero, al cierre de esta edición, se encontraba «estable», informaron fuentes del hospital baracaldés. «Menos mal que no les ha pasado nada grave», apostillaba al revivir la dura experiencia, momentos dramáticos que «jamás se me borrarán de la memoria».

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