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ATLAS ESPAÑA
Viernes, 23 de marzo 2018, 18:55
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Con la mirada gacha Sergio Díaz escuchaba de boca de la fiscal el relato de su crimen. La víctima tenía múltiples heridas de arma blanca, pero también de toda clase de objetos con los que este joven se ensañó hasta causar la muerte de Salvador, de 66 años, abuelo de su exnovia. El jurado consideró que las más de 30 puñaladas y toda clase de golpes contra Salvador constituyen una prueba irrefutable de crueldad y ensañamiento. Contra una persona extremadamente vulnerable, incapaz de defenderse por la discapacidad que arrastraba tras haber sufrido un ictus. Por todo ello, la jueza ha sentenciado con la prisión permanente revisable, cuando en el Congreso continúa el proceso que podría terminar derogándola. -Redacción-
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