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De izquierda a derecha, Almudena Ruiz, Ana Lilia Saro, Mónica Gutiérrez, Alfredo Balbás, Pilar González y Leticia Fernández.
La unión entre bibliotecas hace la fuerza

La unión entre bibliotecas hace la fuerza

Cinco bibliotecas de la comarca occidental, junto con otras tres de otros puntos de Cantabria, forman 'Ocho bibliotecas y un bizcocho', un sistema de colaboración para mejorar sus servicios

Sara Torre

Viernes, 5 de mayo 2017, 09:19

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Pili (bibliotecaria de Mazcuerras) y yo éramos amigas y compañeras de profesión y empezamos a intercambiar cosas", recuerda Mónica Gutiérrez, responsable de la biblioteca de Val de San Vicente desde hace 27 años. Poco a poco, se fueron uniendo más bibliotecarios a esta colaboración, en parte influidos por "la insistencia de Pili para hacer cosas en común, que ha estado siempre", como apunta Almudena Ruiz, bibliotecaria de Comillas. De esa colaboración nace el proyecto Ocho bibliotecas y un bizcocho que integran cinco bibliotecas de la comarca (Mazcuerras, Val de San Vicente, Comillas, Cabezón de la Sal y Valdáliga) y otras tres de otros puntos de Cantabria (Polanco, Bárcena de Cicero y Sarón). Sirve para otpimizar recursos, como explica Mónica:"Lo que haces tú no lo repito yo y lo que hago yo te lo llevas tú; compartir experiencias, los problemas, las alegrías...".

El mecanismo es, a ojos de uno de los bibliotecarios de Cabezón de la Sal, Alfredo Balbás, "fundamental", habida cuenta de que echa en falta un organismo como tal que coordine las bibliotecas. "En Torrelavega o Santander cuentan con más recursos, por lo que igual para ellas no es tan importante, pero para las bibliotecas pequeñas cualquier tipo de colaboración es básica". Y se hace tan necesaria como explica la bibliotecaria de Mazcuerras, Pilar González, porque "es un trabajo en el que se necesita mucha creatividad y que las ideas nuevas vayan fluyendo". "Dado el mundo tan cambiante, el avance de las nuevas tecnologías, si queremos que la gente sigan leyendo tenemos que ofrecer cosas que sean atractivas a nuestros lectores y es ahí donde la cooperación bibliotecaria se hace indispensable", opina.

La manera en que las distintas bibliotecas reparten el trabajo en un proyecto concreto la explica Mónica:"En verano, cada una coge una parte y luego, tanto los materiales como las ideas se van rotando; así tenemos ocho meses cubiertos con iniciativas para los niños. Imagínate el ahorro de trabajo que supone".

Y todo este sistema de colaboración viene dado porque, como explica Mónica, "aunque la gente parece satisfecha, cuando llegan las estadísticas, te das cuenta de que los niños y los padres se han dispersado: antes iban sólo a la biblioteca, ahora hay muchas más cosas".

Ana Lilia Saro, bibliotecaria de Cabezón de la Sal, junto con Alfredo, considera que hay grupos de edad en el que es más difícil mantener el interés por la lectura: "Llega un momento, a los ocho o nueve años en que la cosa se va diluyendo y el principal problema son los jóvenes, es uno de los sectores más importantes a la hora de buscar iniciativas atractivas".

Para buscar ese interés que se requiere, el concepto de biblioteca ha cambiado, como detalla Leticia Fernández, bibliotecaria de Valdáliga, que compara esta época con la de cuando ella empezó en este trabajo, hace quince años: "Antes, se tenía la concepción de que la biblioteca era un sitio oscuro, donde se almacenaban libros, donde ibas a estudiar; ahora, está llena de luz, la intentamos adornar para que sea atractiva, se hacen muchas actividades. Mi biblioteca, por ejemplo, no es un espacio para estudiar, sino un espacio lúdico, casi es como un centro social donde los vecinos se pueden reunir".

En este mes, por encima de los demás, los bibliotecarios se han esforzado en proponer actividades diversas relacionadas con el fomento de la lectura para celebrar el Día del Libro, que tuvo lugar el pasado día 23 de abril. En Mazcuerras se ha celebrado La Noche de las Bibliotecas'; en Comillas, también, y ha colaborado La Casa de la Música con un concierto; la Escuela Municipal de Danza y el Ampa del colegio con una obra de teatro que ha servido como homenaje a Gloria Fuertes. En Cabezón de la Sal se ha aprovechado, por ejemplo, para entregar los premios de varios concursos y para realizar una serie de lecturas dramatizadas por parte del Club de Lectura Infantil y también el de adultos. En Treceño, dentro de unos días, los niños del Colegio Valdáliga visitarán la biblioteca y realizarán una actividad de manualidades. Y en Unquera ha habido una amplia oferta de actividades muy diversas destinadas a público infantil y familiar durante todo el mes.

Este año, todas las bibliotecas citadas han recibido el premio María Moliner, que reconoce la labor en las que operan en municipios de menos de 50.000 habitantes.

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