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Mirador de Santa Luzia.
Lisboa, capital del fado y la luz

Lisboa, capital del fado y la luz

La capital portuguesa es una ciudad con muchas caras que enamora y no deja indiferente a nadie. Se recorre en tranvía, una de las estampas incónicas de la ciudad. A un paso, Sintra o Estoril

álvaro romero

Jueves, 11 de agosto 2016, 12:57

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Lisboa atrae miles de turistas españoles al año, seducidos por su cercanía y belleza. La posibilidad de viajar en coche a la capital portuguesa es uno de los factores clave, y si viajas desde la península es la mejor manera de desplazarse. La libertad que te aportará moverte con tu propio vehículo será fundamental para ver bien la ciudad y hacer alguna excursión si tienes tiempo.

Ficha

  • ¿Dónde alojarse? Hotel Embaixador

  • ¿Dónde Comer? Restaurante Tía Natércia

  • ¿Qué Comer? Bacalao en todas sus formas, especialmente a bras

  • Un rincón especial Mirador Santa Luzia

Antes de viajar es recomendable reservar el alojamiento, te proponemos un hotel céntrico que facilite el movimiento por la ciudad sin necesidad de perder tiempo en desplazamientos relativamente largos. Un buen lugar para alojarse es el hotel Embaixador, situado en la avenida Duque de Loulé, que cuenta además con unas vistas maravillosas de la ciudad desde su zona alta.

La ciudad lisboeta puede verse en tres o cuatro días pero si se dispone de más tiempo se puede realizar alguna visita a zonas periféricas, por ejemplo Sintra y el Palacio da Pena, un castillo espectacular por sus formas y colores, junto a él también de una belleza única Castelo dos Mouros. La zona de Sintra concentra varios de los lugares más turísticos del país vecino. Otras opciones atractivas son Cascais o Estoril.

Lisboa se divide en varios barrios, entre ellos la Baixa, el barrio más céntrico y comercial de la ciudad; Chiado y Barrio Alto, lugar bohemio de importante actividad nocturna; la Alfama, la zona de pescadores; Belem, donde se concentran algunos de los monumentos más famosos; y por último el Parque de las Naciones, la zona más moderna .

El centro histórico es una visita obligada para introducirse en el corazón de Lisboa y conocer la cultura y costumbres de los lisboetas. Lo mejor es recorrer esta zona a pie, si no es posible podrás moverte en transporte público. Los tranvías son imagen de la ciudad, podrás encontrarlos en forma de figuritas, imanes y demás souvenires en cualquier tienda del centro.

En caso de desplazarte en tranvía, el número 28 recorre el centro. De color amarillo, aspecto antiguo y alguno de ellos bastante desaliñado, los tranvías se integran a la perfección en el estilo y las formas de la ciudad. También puedes realizar la visita al centro histórico a través de rutas guiadas que se ofrecen en varios idiomas.

La Plaza del Comercio es una de las estampas más representativas, allí se juntan miles de vecinos para conmemorar actos importantes o eventos puntuales, sin ir más lejos la celebración de la pasada Eurocopa de fútbol que conquistaron en Francia. Uno de sus laterales se abre al río Tajo ofreciendo una imagen espectacular. Como su propio nombre indica, antaño fue la puerta de entrada del comercio marítimo en Portugal.

Las otras plazas importantes de la ciudad que merecen la pena ser visitadas son la plaza de Marqués de Pombal situada en la avenida de la Libertad y la plaza de Rossio, localizada en una de las zonas con más ambiente, repleta de bares y restaurantes, y rodeada de animación.

En el barrio de la Alfama, que se levanta en forma de colina yace, vigilante, el Castillo de San Jorge, desde allí se puede disfrutar de unas vistas espectaculares y un precioso atardecer, de camino al castillo al cual se puede subir en tranvía, se pasa por la puerta de la Catedral de Lisboa, también denominada Sé de Lisboa. De fachada románica muestra un frontal de bonita estética.

Cuando subas a la Alfama recréate en alguno de sus miradores, destacan el de Portas do Sol y el de Santa Luzia, imágenes que te llevarás para el recuerdo por su belleza. Al lado opuesto de la Alfama se ubica el barrio Chiado de tradición cultural, bohemia e intelectual, allí se pueden encontrar librerías de gran solera y cafés donde los intelectuales se juntan para leer, conversar y debatir.

El de Chiado es otro de los barrios situados en altura, varias callejuelas con cuestas empinadas van a dar a él, pero te recomendamos subir por el tradicional elevador de Santa Justa, una experiencia más que debes realizar en Lisboa.

El Barrio Alto se extiende por las callejuelas situadas junto al Chiado, un lugar repleto de pubs y bares de multitud de estilos, famoso por su vida nocturna, donde todas las noches de la semana hay personas que disfrutan del buen ambiente que se respira entre sus callejuelas. Si buscas discotecas aquí no las encontrarás, solo hay bares donde corre la cerveza y las conversaciones, un lugar para divertirse y socializar cuando cae la noche.

A orillas de río Tajo se sitúa otro de los monumentos más característicos de la capital portuguesa, la conocida como Torre de Belem, que antaño desarrolló una labor defensiva en caso de ataque enemigo. Junto a ella, el monumento de los descubrimientos, y el monasterio de los Jerónimos.

Lisboa también cuenta con dos pasos elevados espectaculares. El primero de ellos, el Puente 25 de Abril, el puente colgante más largo de Europa con más de dos kilómetros. El segundo es el puente más largo de Europa, denominado Puente Vasco de Gama que, con 17 kilómetros une el norte y el sur de Portugal.

Fado, el canto portugués

Lisboa es la ciudad fadista por excelencia. El fado es el canto folclórico portugués, conocido a nivel mundial. Con tradición desde el siglo XIX, la voz se mezcla con la guitarra portuguesa para dar vida a letras que hablan de los malos momentos de la vida. En el año 2011 la UNESCO incluyó el fado como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.

Los barrios de Alfama, Chiado y el Barrio Alto concentran los lugares más importantes y tradicionales donde se han formado los mejores fadistas y donde se sigue cantando y reproduciendo este arte. Los que lo llevan en la sangre dicen que es un canto misterioso, quizá de antiguos pescadores, hay que sentirlo y desgarrarse con él.

Existen casas fado, restaurantes que al caer la madrugada dejan lugar al silencio y la luz tenue para que comience a sonar la música en directo, una experiencia única que enamora a cualquier turista igual que conquista a sus gentes.

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