Secciones
Servicios
Destacamos
Comillas
Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.
Lunes, 19 de febrero 2018, 07:27
Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.
Compartir
Como si sufriera una operación a corazón abierto, el patio del Espolón, centro cultural de Comillas, está lleno de máquinas que analizan las arterias de este noble edificio. Algunas de las losas del corredor del patio central, que soportan el peso del tiempo, están siendo sustituidas de forma que el suelo resulte regular y no suponga un problema en sí mismo para las personas con movilidad reducida. El proyecto en el que se enmarca esta actuación tiene como objetivo mejorar la accesibilidad del edificio, construido a finales del siglo XVIII por el Arzobispo González de la Reguera, que ha sido escuela de Comillas y ahora sede cultural. La obra se lleva a cabo gracias a una subvención de Obras Públicas de casi 60.000 euros y ha sido diseñada por el estudio de arquitectura, AEIOU Arquitectos, con sede en Comillas, con José Antonio Lozano y Rosa Andrés al frente.
Lozano visita la obra dos veces al día. Entusiasmado, como si fuera una parte de sí mismo el edificio. «El Espolón no disponía de un acceso para personas con movilidad reducida, en su momento construyeron una rampa en el acceso de la parte de atrás del edificio, pero estaba demasiado inclinada, de forma que estas personas no podían acceder por si mismas (tal y como indica la ley) y además la estructura resultaba un poco grosera», señala. El arquitecto empezó a examinar el suelo del claustro del Espolón y detectó algunos síntomas de la enfermedad que terminaría por diagnosticar. Y es que algunas partes del suelo del corredor habían sido cubiertas con hormigón, en vez de utilizar la misma piedra que cubre el resto del patio central. Algunas zonas se encontraban muy erosionadas con motivo de las humedades (hay partes del patio que están por debajo del nivel del suelo). Otras estaban en tan mal estado «que no sería descabellado afirmar que sobre ellas se habían posado máquinas de gran peso», razona el experto. Los arquitectos empezaron por la colocación de piedras y tubos drenantes para filtrar el agua al exterior.
«Hemos tratado de colocar las baldosas, hechas con piedra nueva y piedra de la época, con mucho mimo y cuidado para que el conjunto resulte lo más plano posible y no dé problemas de acceso». Al cambiar el hormigón por la piedra y tratar de que quede lo más acorde posible, la vista entre los dos tramos de escaleras, situados a la derecha y a la izquierda del interior del edificio para acceder a la parte de arriba, resulta limpia.
Lo que no se esperaban los arquitectos era que al estudiar las baldosas del edificio y conocer su fisonomía, estaban a la vez descubriendo parte de su historia. «Vimos que se había colocado una línea de piedras de lado a lado del patio por ambos costados, que son las que marcan la altura del resto de las baldosas, y que a partir de ahí, se fueron colocando piedras en líneas perpendiculares hacia el muro». En este proceso de estudio, los expertos se dieron cuenta de que había tan solo dos medidas en estas piedras del perímetro del claustro, 55 o 42 centímetros de ancho. «Los dos son múltiplos de siete y de tres y se utilizan mucho en arquitectura. Es una concepción clásica», justifica el arquitecto. Lo que hacían «era mezclar las piedras de medidas diferentes para que cuadrasen perfectamente en la modulación del edificio». La restauración de piedra realizada por estos arquitectos hace que el suelo del edificio resulte más uniforme que nunca.
En cuanto al exterior, el estudio de arquitectos ha diseñado unas escaleras en la parte de atrás «y luego un plano horizontal que se unirá a la altura a la que está la calle», de forma que todo esté al mismo nivel. «Y para darle un poco de vida al conjunto, se proyecta también construir una jardinera y un banco de madera». Aunque disponen de poco dinero, «hemos diseñado también una serie de mejoras para la fachada principal». En las escaleras de acceso, construirán una estructura muy sencilla de acero inoxidable con unos bastidores, donde se colocará la cartelería. Entre otras cosas.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
¿Cómo llegó una valla de obra a lo alto del Acueducto?
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.