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Vecinos y visitantes colaboran con la causa cada año.

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Vecinos y visitantes colaboran con la causa cada año. Javier Rosendo

Novales le saca el jugo solidario a sus limones

Alfoz de Lloredo celebra la sexta edición de esta fiesta, que tiene como fin la contratación de desempleados

Lucía Alcolea

Novales

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Domingo, 6 de agosto 2017, 08:51

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Este año, el dinero recaudado con la fiesta de los Limones Solidarios de Alfoz de Lloredo, que se celebró ayer por sexto año consecutivo en el parque de la Ceña de Novales, no solo irá destinado a contratar a personas desempleadas, sino que parte de los fondos irán a parar a la Asociación Sandra Ibarra para la lucha contra el cáncer.

Los embajadores de esta edición, el periodista Juan Ramón Lucas y su pareja, Sandra Ibarra, recordaron ayer en el evento ante cientos de personas que muchos pocos hacen mucho. Sonaba ‘It’s the final countdow’ cuando se tiraron dos cohetes y la presencia de los embajadores se hizo visible. Mientras, Merche Arnaiz, como siempre, estaba detrás de la mesa con mallas y mallas de limones de Novales. Cada malla a tres euros, «y se suelen vender todas (en total, unos trescientos limones)». A su izquierda, varias mesas forradas de dulces de limón. Todo amarillo y reciente. Preparando los dulces estaba el pastalero Eduardo Chapero y estaba por cuarto año consecutivo en este stand con cocineros de Cantabria, por eso quizá sabe qué tienen los limones de Novales que son tan especiales. «Yo creo que es la piel, que es muy gorda, y la acidez, porque se trata de un cítrico muy potente», explicaba. La gente, decía, «se vuelca y colabora mucho».

Había piruletas de merengue y limón con las que uno no sabía si hacerse una foto o comérselas. En la fila esperando con su ticket en la mano estaba Lucía González, de Madrid. «Es la primera vez que vengo. Lo ví en la página de un restaurante que frecuento de la zona y hemos venido a ver qué tal». Y se marchaba con su dulce y su sidra con zumo de limón de Novales. Mientras, el del micrófono, de fondo, venga a sortear todo tipo de productos. «Un menú para dos personas, señoras y señores». Y todo el mundo esperando con su número alrededor. Enola Chávez y Maite Pérez, de Tenerife, tuvieron suerte y les tocaron varias botellas de vino. «Mi pareja es de este pueblo y estamos de vacaciones. Me está gustando esta fiesta, porque el ambiente es muy diferente a lo que me puedo encontrar en Tenerife». Para la isla se irán las botellas, recuerdo de los limones de Novales.

Empezaba a sonar ‘Despacito’ y la cola para comprar los tickets era cada vez más grande, y la gente en torno a la barra, y los helados de limón, que volaban. Y los regalos de los cientos de colaboradores. Luego, más tarde, hubo sorteo y más canciones, porque la de Novales es una de esas fiestas que empieza despacio y termina deprisa. Siempre antes de lo que uno desearía. Si no que se lo digan al alcalde, Enrique Bretones, que no dejó de saludar a la gente, orgulloso de haber creado este evento que ya es emblemático en Cantabria y donde todos piensan un poco en los demás.

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