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VICENTE CORTABITARTE
SAN VICENTE.
Domingo, 13 de mayo 2018, 17:18
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Conseguir que la marisma de Pombo siga el mismo proceso de restauración desarrollado recientemente en la marisma de Rubín, ambas situadas en los dos brazos de las rías de San Vicente de la Barquera, se ha convertido en el objetivo de diversos organismos que ya han comenzado a trabajar. De cumplirse este proyecto se lograría recuperar prácticamente en su totalidad los humedales de la ría barquereña que fueron en gran medida desecados hace aproximadamente un siglo.
Dicha actuación se contempla desarrollarla dentro del plan de medidas ambientales compensatorias del puerto de San Vicente de la Barquera que inicialmente había barajado otras propuestas.
Su ejecución cuenta con un gran escollo y es que el espacio de la marisma de Pombo que se pretende recuperar cuenta con una concesión a un empresario de la comarca que tras el cambio de la Ley de Costas del año 2016 ha sido automáticamente prorrogada recientemente por un largo periodo de tiempo.
No obstante desde la Consejería de Obras Públicas se va a negociar con el concesionario la renuncia anticipada, considerando que su valor no puede ser muy alto, dadas las limitaciones que tiene para su explotación que no puede variar de la pradería actual.
En caso de no llegarse a un acuerdo Obras Públicas no podría actuar para expropiarla porque no entra dentro de sus competencias, pero sí de otros organismos como la propia Demarcación de Costas o la Dirección General del Medio Natural.
Al margen de este trámite imprescindible para la consecución del proyecto, desde Obras Públicas se va a trabajar de manera inmediata en la redacción de un anteproyecto de la restauración ambiental de dicha marisma que contará con un estudio e informe ya solicitado al Instituto de Hidráulica de Cantabria sobre los cambios en la morfodinámica de la ría que podría llevar esta actuación y las medidas ambientales a adoptar.
La marisma de Pombo aunque de menor tamaño a la de Rubín, ha seguido un proceso similar a esta que, en la actualidad, gracias a la actuación que se ejecutó en el año 2015, empieza a mostrar gran parte de las características que tuvo hace más de un siglo.
Según se recoge en el estudio que sobre la ría de Pombo realizó el barquereño Óscar Gutiérrez, galardonado con el Premio Cabuérniga, los trámites para iniciar la desecación de esta ría se iniciaron en el año 1899, recibiendo la autorización en 1902. Pero no sería hasta 1922 cuando se culminaría la obra por parte de un primo del Marqués de Pombo, que finalmente es el que ha dado el nombre a la ría.
Se trataba de unas 100 hectáreas dedicadas a la explotación de la remolacha azucarera y pradería para ganado vacuno. Para ello se construyeron dos diques, uno el situado en la zona del Peral, aprovechando en parte la estructura de un antiguo puente, y el otro en la zona de El Pendu.
Pero durante la Guerra Civil, en agosto de 1937, el barco Almirante Cervera lanzó desde el exterior de la bocana del puerto 3 cañonazos que rompieron parte de ese primer dique, por lo que el agua volvió a invadir 70 de las 100 hectáreas desecadas inicialmente. El proyecto actual busca también que el agua del mar vuelva a las 30 restantes.
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