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Imagen premiada. Sala del Caos de la Cueva Mur en Ramales de la Victoria.

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Imagen premiada. Sala del Caos de la Cueva Mur en Ramales de la Victoria. Fotografías: Anita Sobrino

Las entrañas de las cuevas, en un click

Santoña ·

La foto-espeleóloga santoñesa Anita Sobrino gana un segundo premio en un concurso internacional | Capta espectaculares imágenes de las profundidades de la tierra gracias a un trabajo en el que es clave la iluminación y la composición

Ana Cobo

Santoña

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Lunes, 30 de octubre 2017, 10:58

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Como espeleóloga, la santoñesa Anita Sobrino, tiene el privilegio de descubrir la belleza que se esconde en las entrañas de las cavidades subterráneas. Un mundo que ella tiene la generosidad de compartir a través de las fotografías que capta con su cámara en las profundidades de la tierra. Una de esas impresionantes imágenes acaba de obtener un segundo premio en el XL Concurso Internacional de Fotografía Subterránea celebrado en Aranda de Duero (Burgos). Se trata de una instantánea tomada en la Sala del Caos de la Cueva Mur, en Ramales de la Victoria, que muestra la grandeza de este paraje con unas robustas estalagmitas en primer plano.

Fueron sus compañeros de espeleología los que le animaron a presentar al certamen algunas de sus artísticas obras. Hace seis años que esta joven, de eterna sonrisa, pisó su primera cueva, Conventosa, y desde aquel momento sintió la necesidad de inmortalizar en un puñado de pixeles los tesoros ocultos que tenía ante sus ojos. Hasta ahora, sus fotografías han visto la luz en exposiciones itinerantes, tanto dentro como fuera de Cantabria. Era la primera vez que se apuntaba a un concurso que, como no podía ser de otra manera, ha reconocido una de sus espectaculares imágenes. «Ha sido una alegría tremenda que mis fotos hayan gustado a un jurado profesional y nos hayan dado un premio», confiesa Anita.

Utiliza el plural porque para captar estos paisajes necesita el apoyo de un amplio equipo de personas. A su lado siempre está su pareja, Juanjo Argos, también fotógrafo de cuevas, y sus compañeros de la Asociación Espeleo-Montañera de Trasmiera. Y es que estas obras son fruto de la dedicación, el esfuerzo, la formación, la experiencia y el trabajo en grupo. Sus compañeros le ayudan a introducir todo el material necesario hasta las profundos escenarios. «Para realizar las fotografías empleo una cámara réflex sin espejo, un objetivo ojo de pez y otra gran angular, trípode y cinco flashes». Todo va metido en unas cajas estancas para evitar que cualquier golpe lo dañe.

Desde que colocan todo el material hasta que consigue la imagen que busca, movida por su perfección, pueden transcurrir hasta dos horas. «Depende del volumen y el tamaño de lo que quieras abarcar». Las características del medio no son las mejores aliadas en la tarea. A la humedad y el polvo se suma la completa ausencia de luz. Está todo oscuro. Por eso, hacen falta manos para sujetar todos los flashes. La iluminación es clave. Ni los propios espeleólogos son capaces de ver por sí mismos todo lo que queda plasmado en la cámara. «Nosotros, cuando estamos dentro, vemos solo lo que se ilumina con la linterna del casco pero no alcanza para tanto. Hay que entrenar el ojo a este escenario».

Otro papel que juegan sus compañeros es el de modelos. Anita siempre coloca alguna persona porque ayuda a tener referencia de las dimensiones de la cueva y del tamaño de las galerías, de las estalactitas, estalagmitas, excéntricas, de los lagos... «Son fotografías planificadas primero en casa para después ponerlas en práctica. No se toman. Se crean. Requieren de un esfuerzo físico y mental. No es hacer un 'click' y ya está. Hay que tener en cuenta la técnica, el encuadre y la composición».

A lo largo de estos años ha retratado las entrañas de cuevas de Cantabria, Burgos, Vizcaya y Portugal. Al certamen presentó cuatro fotografías. «Seleccionó las que considero aptas para un concurso. El jurado suele valorar la estética de la cueva, si tiene formaciones, y la técnica y composición. El archivo que tengo no es muy amplio porque cuesta mucho hacer fotografías de este tipo, no te vienes a casa con 200 imágenes tras una jornada».

En mente siempre tiene nuevos retos. «El premio ha sido un 'chute' de energía y estamos pensando hacer macrofotografía combinada con gran volumen. Juanjo y yo estamos planificando cosas», cuenta con secretismo. Su lugar preferido para sacar el objetivo y explorar es el Sistema de Gándara y destaca que Cantabria cuenta con más de 9.000 cuevas catalogadas, casi todas en el Alto Asón. «Tenemos que estar orgullosos de lo que tenemos. La gente cuando ve las fotos se sorprende mucho. ¿Pero todo eso hay ahí abajo? Le preguntan. Sí, y sus imágenes son el mejor reflejo.

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