La ola del Centro Botín llega a Dubai

El galardón, cuenta la interiorista que actualmente trabaja en la empresa V Interiores, «supone un reconocimiento internacional. A la final llegamos 150 personas». Las bases del concurso (hay dos categorías, para profesionales y para estudiantes), pedían el diseño y concepción de una concept store, un espacio donde convivieran un área comercial con uno de hostelería. «Se me ocurrió combinar una librería con un restaurante en Dubai, porque allí, esta idea es todavía novedosa. Al proyecto lo llamé The Wave (la ola), ya que este espacio va en una plataforma sobre el agua, que está comunicado con tierra a través de una pasarela», explica.

La idea «está inspirada en el Centro Botín. Un lugar en el que se propicie el encuentro social, cultural y gastronómico» sobre el mar, describe. El interior del local «se articula de una forma muy sencilla y con carácter simétrico. En el eje central hay situado un cilindro que alberga los aseos, el restaurante y otras dependencias como la cocina, cuarto de cámaras y almacén, cuarto de limpieza y cuarto de basuras». Partiendo de este eje central, «tanto a mano derecha como a mano izquierda, diseñé el mostrador de atención y venta al público, y una zona de exposición de libros». Además del comedor, en el restaurante hay una zona de barra y un área de descanso y otra de lectura, con zona wifi.

El objetivo, cuenta Acevedo, «era crear un local para fomentar en Dubai el gusto por la cultura y la lectura, pero que además fuera muy versátil y que sirviera como punto de encuentro para tomar un café o para disfrutar de la gastronomía, además de poder relajarse mientras se lee».

Otra de las condiciones del concurso era que los participantes utilizaran en sus proyectos los diferentes materiales de las empresas del Grupo Porcelanosa aplicados al interiorismo. Así, Acevedo se decantó por la madera y el krion, un material solild suface, muy similar a la piedra, pero más cálido. Y, lo principal, «que no es poroso y sí termocurvable, lo que lo hace muy útil para forma curvas».

La iniciativa de presentarse a este concurso surgió el curso pasado. «En el centro donde estudié, Escuela Vinsac, descartaron que nos presentáramos porque había que diseñar el interiorismo de un barco y les pareció que no era nuestra materia. Así que decidí presentarme por mi cuenta y quedé entre los finalista». En esta última edición, «yo volví a hacerlo en solitario. ¡Y gané!».

Ángela Acevedo trabaja en la empresa V Interiores. Su objetivo «es tener mi propia empresa. Ya tengo hasta el nombre, 3a Interiorismo». Desde su punto de vista, «sobre todo hay que tener experiencia y lanzarse cuando uno entienda que está preparado. Pero todo ello siendo consciente de que si no se tiene mucha idea de cómo funciona y se gestiona una empresa, hay que apoyarse en alguien que sí lo tenga. Porque ese es el fallo de muchos emprendedores, que montan su negocio y termina yéndose a pique por mala gestión».