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Uno de los bares que ha cerrado en las últimas semanas, situado en Puertochico
La apertura masiva de bares del año pasado comienza a traducirse en cierres

La apertura masiva de bares del año pasado comienza a traducirse en cierres

La Asociación de Hostelería aconseja a quienes piensan montar un negocio «que no se dejen llevar por la euforia y estudien muy bien su proyecto con asesores»

Juan Carlos Flores-Gispert

Domingo, 26 de febrero 2017, 07:56

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El veterano hostelero de Puertochico Zacarías Puente lo dijo hace más de un año y parece que no se equivocó: "No tardarán en comenzar a cerrar bares, hay demasiados y la eliminación de la norma municipal que impedía poner establecimientos a menos de 25 metros no traerá nada bueno. Empujará a muchos a abrir locales sin darse cuenta de que seguimos en crisis económica. Y para los que estamos instalados también es negativo porque el número de clientes sigue siendo el mismo y los negocios han aumentado".

El momento predicho por Zacarías ha comenzado a cumplirse. Los locales de hostelería han comenzado a echar la persiana. Y no solo en el centro. En la calle de Floranes esquina Narciso Cuevas se alquila un bar; en Puertochico, La bocana; en La Maruca se despidió El refugio del Pescador; en Bonifaz está cerrado Los raqueros; en Valdenoja, el bar y restaurante Machín; en Marcelino Sanz de Sautuola, el pub La Cachava; en la calle del Medio, cerca de la plazuela del Príncipe, El Grand Cru; en Hernán Cortés número 14, el bar Olé Olé; en Ataúlfo Argenta esquina Pasaje Verónica, el bar Puertochico (con las mesas y sillas hace semanas amontonadas en la calle); en Ataúlfo Argenta, en los bajos del Hotel Central, el cafe bar Salitre; en la avenida de Calvo Sotelo, el café Calvo Sotelo... Hay más repartidos por los barrios. Pero el mayor número se concentra en el Casco Viejo-Ensanche, donde la cantidad de bares nuevos se disparó el año pasado.

Hostelería crea una asesoría

  • rentabilidad

  • «Decimos claramente a quienes deseen abrir un negocio de hostelería que se informen muy bien antes de hacer nada». Así de rotundo se expresa el presidente de la Asociación de Hostelería, ÁngelCuevas. La organización empresarial ofrece a quienes se planteen la apertura de un local hostelero un servicio de asesoría económico-financiera y un estudio completo de viabilidad del negocio, «antes de que se lancen a invertir, porque la hostelería es muy difícil. Hay quien se cree que es muy fácil, que se trata solo de servir bien al público. Pero la hostelería es mucho más, entre otras cosas una gran inversión, con retorno a muy largo plazo. Y es, también, una difícil gestión hostelera», señala Cuevas, propietario de hoteles de cinco estrellas en Cantabria.

  • Para los hosteleros que ya poseen un negocio, la asociación está desarrollando cursos por toda la región, «porque hay que estar formándose continuamente, hay que estar preparado para lo que demanda el nuevo cliente, y así mejorar continuamente. Hemos sacado nuestra formación del Hotel Escuela Las Carolinas a la región».

  • Cuevas no entra a valorar si hay muchos locales de hostelería en Cantabria, pero sabe que «se han abierto muchos en los últimos tiempos». En Las Carolinas «reunimos hace poco a varios alcaldes de la región que saben que, para que se mantenga el empleo de la hostelería, los propietarios y el personal tienen que estar formados» y destaca que los bajos precios que se están cobrando en muchos restaurantes y hoteles «son preocupantes para el sector, porque los ingresos se reducen y la amortización de la inversión se alarga en el tiempo».

El panorama hostelero entre semana es tremendo, con numerosos locales cerrados, que solo levantan la persiana viernes y sábado porque, como explica Francisco Arguillanera, de la Bodega San Fermín de la calle de Tetuán, "febrero es el peor mes y este año sobremanera". Sentencia de hostelero con más de tres décadas de trabajo a sus espaldas y muchas horas en su bar, con su esposa, Yolanda Cobo, en la cocina. En la calle de Peña Herbosa, donde el 95% de los locales está dedicado a la hostelería, el panorama de domingo a jueves es desolador. La mayoría de los locales no abre por una razón muy sencilla: no hay clientes. Lo dijo hace poco el propietario del pub Floridita, Pablo Sotorrío: "La noche está muy tocada por la crisis. Es muy difícil atraer clientes".

El mismo argumento que mantiene desde hace años el presidente de la Asociación Empresarial de Hostelería de Cantabria (AEHC), Ángel Cuevas. Que va a más a la hora de hablar del cierre de locales. "Hay gente que se ha dejado deslumbrar por los locales llenos en verano, pero ¡ojo, señores!, la situación ha mejorado pero la amortización económica de los negocios es muy justita, se tarda en conseguirla catorce años.Y eso, en estos momentos, no es negocio. Hay una euforia entre algunas personas, porque han visto cómo hemos trabajado de bien en verano. Pero, ¡cuidado!, que la euforia es muy mala. Repito el mensaje habitual: quien quiera montar un local de hostelería que lo piense muy bien, que se informe y se asesore". Hay que ver cómo está Puertochico, espacio en el que el número de bares ha superado al de comercios y en donde se concentra el mayor número de locales de hostelería de Cantabria. La mitad están cerrados entre semana y abren jueves, viernes y sábado.

Bares y comercios

Cantabria tiene 2.842 bares y pubs, uno por cada 206 habitantes, y 1.304 restaurantes, uno por cada 448 ciudadanos, según datos de 2016 del Directorio de Establecimientos Turísticos del Gobierno regional, en 'Cantabria en cifras 2016' del Instituto Cántabro de Estadística.

Un tercio de los bares y pubs se localiza en Santander, que cuenta con 998 locales de este tipo. También en la capital se ubican la mayoría de restaurantes de Cantabria, 386 de un total de 1.384. Mientras, el número de comercios en la ciudad se eleva a 2.200, según datos facilitados por el Ayuntamiento.

No obstante, hay hosteleros dispuestos a invertir. Guillermo Vega se ha quedado con la coctelería Master, que regentó hasta enero el veterano Juan Gutiérrez, y la está transformando. El Frysia del Paseo de Pereda cambia de arrendatarios y será una nueva empresa la que lo explote devolviéndole su carácter de cafetería, pero sin abandonar la idea de fomentarlo como local de copas nocturno. Al final de la calle de Santa Lucía, unos jóvenes empresarios abrirán antes del verano una hamburguesería. Ya poseen Irons Grill Burguer, en Somo. Y el que fue restaurante italiano La Fontana, en la esquina de Gándara y Hernán Cortés, se convertirá en una coctelería.

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