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José Carlos Rojo
Jueves, 2 de marzo 2017, 14:23
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La primavera se está adelantando y eso parece haber trastocado hasta los mismos ciclos vitales de la fauna marina: "Es un poco raro que a día de hoy no haya llegado nada de verdel y sin embargo estemos vendiendo ya bocarte. Normalmente todos los años es al revés". En el santanderino mercado de la Esperanza, Marta Gómez comercializa desde primera hora de este jueves un género que alcanza un precio de hasta 8,50 euros el kilo: "Es de un tamaño mayor que la media, por eso también es más caro", defiende tras un vistazo a otros puestos donde el pescado más barato no supera los 3,90 euros.
"Cuando lo ponemos tan económico el cliente puede tener sus dudas del origen, por eso ponemos la pegatina aquí", aclara Adrián Trueba, de pescadería Mary. Él ha resuelto colocar junto al peso, bien a la vista, el documento que acredita la procedencia del pescado que vende. "Es algo más pequeño, pero es de verdad bocarte del Cantábrico", zanja.
Para muchos de los compradores habituales de anchoa, la de hoy ha sido una buena jornada, "primero porque definitivamente podemos comprar el bocarte del Cantábrico, que no tiene nada que ver con lo que traen de fuera, y segundo porque el precio está muy bien. Ojalá se mantengan estos costes durante toda la costera", comenta Ignacio Samperio, uno de tantos que hoy pondrá anchoa en su mesa.
Luz verde a la flota de cerco
La luz verde para la costera del bocarte en el Cantábrico llegó este jueves, miércoles. La flota de cerco de las cuatro comunidades autónomas del litoral Norte -Cantabria, País Vasco, Asturias y Galicia- podrán pescar cerca de 25 millones de kilos. "Tiene pinta de que será una buena costera y la gente está respondiendo bien porque parece que ya había ganas de disfrutar de la calidad del pescado de aquí", afirma Unai Martínez, de pescados Unai.
La picardía del buen comprador marca la diferencia hoy en el mercado. "Hay que saber dónde buscar. Lo primero es comprobar que realmente es de aquí. Lo segundo saber a qué se debe el precio; y lo tercero acertar. Yo suelo apostar siempre por los mismos, y de momento creo que no me he equivoco", afirma Ángel Ruiz tras su compra.
Las diferencias de precio, que pueden alcanzar hasta cuatro euros, vienen marcadas principalmente por los tamaños. "Pero también son muy diferentes los márgenes de beneficio. Hay gente que va a buscar el pescado a la lonja, como nosotros, y otra gente a la que se lo traen. Nosotros somos más baratos porque no tenemos que pagar esos transportes", se justifica Adrián Trueba.
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