La Peña del Cuervo rompe su aislamiento

Desde ahí y hasta conectar con la nueva pasarela dispuesta sobre el espacio ferroviario, en su lado norte, el vial peatonal de 4 metros de anchura, discurre encajado en la ladera en toda su longitud, que es de 170 metros.

Como las cotas de salida (en la plazoleta Peña del Cuervo) y llegada (en el estribo norte de la nueva pasarela) son iguales, esto permite que la conexión peatonal sea completamente horizontal.

Para integrar el vial de forma segura en la ladera, ha sido necesario actuar sobre el talud existente en toda su longitud y altura, dotándolo de estabilidad y seguridad frente a deslizamientos y protegiéndolo de la erosión por la acción del agua y el sol.

La estabilidad global de la ladera se consigue con la disposición de dos alineaciones dobles de carriles hincados, ambas cimentando el nuevo vial y el camino de guarda situado por encima del primero, cuyo objeto es mejorar el acceso en toda la altura del talud a los equipos de mantenimiento de jardinería.

Los carriles hincados, de seis metros de longitud, aumentan la cohesión del sustrato rocoso de la ladera, proporcionando el cosido necesario que evitará la formación de círculos de deslizamiento que podrían afectar al talud.

Para evitar la degradación de la ladera por la acción del agua, se ha cubierto toda la superficie del talud con una capa vegetal soportada por una geomalla que dota a la ladera de una protección natural frente a la erosión del agua y de los rayos ultravioleta.

Sobre toda la ladera se han plantado diferentes especies vegetales, distribuidas según las tres zonas de la ladera que forman los diferentes caminos.

En la zona alta, se ha llevado a cabo una hidrosiembra arbustiva que ayuda al sostenimiento de la ladera de una forma natural, con especies como el brezo, cornejo, espiro, endrino, madroño, saucos y sauces. También se han plantado árboles: laurel, encina, manzano ornamental, cerezo, almendro y arces.

En la intermedia, situada entre el camino de guarda y el vial de conexión, se opta por el uso de especies arbustivas de pequeño porte, como lavanda, romero, tomillo, manzanilla, menta.

En la inferior, se ha efectuado una hidrosiembra de pradera florida. Puntualmente, justo frente a la ubicación de cada uno de los bancos del itinerario, se ubicarán almendros plantados sobre la ladera. Esta alineación se continúa en la conexión de la Peña del Cuervo, pero ya dentro de alcorques previstos en las cuadrículas de hormigón de la plaza.

En la zona situada al este de los ascensores panorámicos, se ha optado por vegetar la ladera también con pradera silvestre y sobre la escollera se ha plantado chacolí al objeto de recuperar y recordar los emparrados que antaño poblaban la ladera sur de la ciudad.

Con un presupuesto de 875.000 euros y un plazo de ejecución de ocho meses, el proyecto ha afectado a una superficie total de 13.800 metros cuadrados.

Bolera y área de juego

El pavimento de todo el itinerario peatonal es de hormigón barrido superficialmente, de 20 centímetros de espesor. En el lado de la ladera, se dispone un murete de hormigón visto en el que se encastra la iluminación y el mobiliario urbano de todo el itinerario.

Además, se han llevado a cabo otras actuaciones, como la regeneración de la bolera existente en la Peña del Cuervo y todo el entorno situado en esta plataforma, con la instalación de una zona de juegos infantiles y la construcción de una rampa de acceso a esta zona, con muros de contención formados por gaviones.

En cuanto al mobiliario urbano, se han colocado 13 bancos, cinco papeleras, un tobogán, un columpio doble y un balancín con muelle.

Respecto al alumbrado, todo el itinerario peatonal dispone de una iluminación a través de 24 luminarias tipo LED empotradas en el murete de hormigón.

También se ha dotado de iluminación adicional a la plazoleta de la Peña del Cuervo (junto a la bolera) y el entorno de los núcleos de los ascensores panorámicos.