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El nuevo Hospital Valdecilla en Santander
Cómo ha cambiado Valdecilla

Cómo ha cambiado Valdecilla

Los servicios que protagonizaron el traslado de la Residencia y Liencres hacen balance de este primer año

Ana Rosa García

Domingo, 21 de mayo 2017, 21:30

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Hace más de un año que el bullicio abandonó para siempre el viejo edificio de la Residencia. Sus antiguos moradores la miran desde la distancia al otro lado de la cuesta que recorrieron infinitas veces, aunque ya casi nadie la echa de menos.

La mudanza al nuevo Valdecilla reportó unas instalaciones a estrenar (aunque tampoco han faltado críticas colean las referidas a las distancias kilométricas en los circuitos y la falta de taquillas) y conllevó cambios organizativos en pro de una mejora de la asistencia. Aquel megatraslado supuso la integración en las Tres Torres de todo el bloque materno-infantil tanto la hospitalización como el área de consultas y Urgencias de Pediatría, Ginecología y Obstetricia, la unificación de Medicina Interna, durante años a caballo entre la Residencia y el Hospital de Liencres; el retorno de la sección de Ortopedia, desgajada del servicio de Traumatología a raíz del derrumbe de la fachada de aquel fatídico 2 de noviembre de 1999 que la llevó a Liencres; la reubicación de Anatomía Patológica desde un edificio anexo al corazón del hospital; y el baile de especialidades y unidades de un lado a otro del complejo sanitario, salvo para Oftalmología, que dejó de tener cabida en Valdecilla Sur y se le asignó Liencres como destino, pese a la oposición de profesionales y pacientes la protesta más sonada de todo el operativo. En este vaivén, incluso el centro de reproducción sexual La Cagiga encontró acomodo en la primera planta de las Tres Torres, forzado por la remodelación acometida en Vargas.

Como un minucioso puzle, la Gerencia fue ordenando sus piezas para acoplar toda la actividad de la Cantabria y a los recién llegados de Liencres. La adaptación al hospital cabecera suponía romper las distancias físicas y recuperar la interacción entre especialidades, después de 15 años de intermitentes y pesadas obras. Han pasado justo doce meses de aquella reestructuración que puso a pleno rendimiento el triple edificio del nuevo Valdecilla. Es tiempo de hacer balance y evaluar el fruto de esos cambios. Entre los consultados, la opinión es coincidente: Valdecilla ha salido ganando "con creces", aunque admiten también que "los comienzos no fueron fáciles, algo que entraba dentro de lo previsible", destacan desde Traumatología y Ortopedia. La reubicación sirvió para "potenciar" la Unidad de Urgencias pediátricas. Con más de 40.000 casos al año, "ha alcanzado un nivel óptimo desde que bajamos de la Residencia", asegura el jefe de servicio de Pediatría, Lino Álvarez.

La mejora de Ginecología y Obstetricia también "salta a la vista", como confirman las madres que han pasado por la Unidad de Alta Resolución Obstétrica (Uarho) la "joya de la corona" del servicio, han dado a luz en las unidades de trabajo de parto (3.200 en este primer año) y recuperación (UTPR) y han ocupado las habitaciones de la planta de maternidad, todas individuales, al igual que las destinadas a la hospitalización infantil. La mayoría de las 360 habitaciones de las Torres son "todo un lujo", admiten los pacientes, aunque las pegas aparecen cuando pasan a ser dobles.

"Más cirugía no invasiva y menos lista de espera"

Yolanda Jubete. Ginecología y Obstetricia

Para Ginecología y Obstetricia, la llegada a las Tres Torres supuso mucho más que un traslado. "Nuestra incorporación al bloque quirúrgico de Valdecilla nos ha permitido disfrutar de quirófanos modernos y establecer colaboraciones con especialidades con las que compartimos algunas cirugías complejas", explica su máxima responsable, Yolanda Jubete. Del balance de este año destaca "la rebaja de la lista de espera quirúrgica (de los 260 al finalizar 2015 a 76 actualmente). Si hace un año teníamos 46 casos con más de seis meses de demora, ahora la media es de 22 días; ninguna paciente espera más de tres meses y en patología oncológica no existe demora".

La mudanza desde la Residencia favoreció "la adecuación de los procedimientos quirúrgicos a las nuevas técnicas, cada vez menos invasivas. Gracias a la innovación técnica y a la ilusión y compromiso de nuestros profesionales, estamos realizando más del 80% de las intervenciones ginecológicas por vía endoscópica". Lo que se traduce en "mejor postoperatorio, menor tiempo de hospitalización y reincorporación más rápida a su vida normal". Tal es así que "la estancia media tras una cirugía ginecológica es de 2,4 días". Además de "incorporar la atención ambulatoria postoperatoria a las pacientes de mayor complejidad" y potenciar "la coordinación con Primaria" en casos con sospecha de cáncer, otra mejora se refiere a las consultas especializadas, que atienden una media de 3.000 revisiones al mes y más de 500 primeras visitas. "Nuestro objetivo era conseguir consultas de alta resolución, en las que la paciente complete el proceso diagnóstico en una sola cita, y mejorar la calidad percibida por las usuarias", apunta Jubete.

Aunque "las nuevas instalaciones, la informatización de los procesos y la mejor comunicación con Atención Primaria nos ha permitido aumentar la satisfacción de las pacientes, somos conscientes de que tenemos que evitar los cambios en la citación, motivo frecuente de quejas". Para la jefa de servicio, "el futuro es prometedor, con retos apasionantes para este año, como la remodelación funcional de la Unidad de Reproducción Asistida, la incorporación de la Cirugía Robótica al tratamiento de la patología ginecológica maligna y nuevos protocolos obstétricos que profundicen en la humanización del parto".

"Volvimos a nuestra casa, el comienzo no fue fácil"

Francisco Javier Gómez Cimiano. Traumatología

Cuando la fachada de Traumatología y Ortopedia se vino abajo, hace 16 años, dividió en dos el servicio. "Desde entonces funcionábamos como dos secciones claramente diferenciadas, independientes; trabajando en dos hospitales distintos es complicado conjugar el día a día de unos y otros", explica el jefe de servicio, Francisco Javier Gómez Cimiano. La actividad de carácter urgente se quedó en Valdecilla y la programada se trasladó a Liencres, hasta que hace un año a Ortopedia le llegó el momento del retorno (solo mantiene allí la cirugía ambulatoria). "Al principio fue difícil, volvíamos a nuestra casa, pero remodelada. La mudanza supuso muchos cambios organizativos, adaptarnos al cambio del sistema informático... pero también era volver a estar juntos de nuevo, poder interactur entre nosotros, hacer cirugías conjuntas y potenciar la Unidad de Cirugía de Oncología Musculoesquelética de forma protocolarizada. Antes estábamos en la diáspora y todo eso era más complicado". Para Gómez Cimiano, "el balance, en general, es positivo".

No niega las virtudes de un hospital como Liencres, alejado de la vorágine del gran Valdecilla. Pero frente a la tranquilidad y la amplitud tenía un gran inconveniente: la ausencia de una Unidad de Cuidados Intensivos. "El problema es que cada vez estábamos realizando más cirugías complejas, a mayores multienfermos, que requieren mucho más cuidados, porque son pacientes frágiles. Hace un par de semanas llegamos a tener ingresados al tiempo veinte fracturas de cadera, es terrible". El envejecimiento es la causa principal que hace que la demanda de este servicio "no pare de crecer", de ahí que encabece también el ranking de lista de espera. De hecho, "la artrosis de cadera y rodilla son los reyes, el recambio de las prótesis puestas hace diez años nos ocupa gran parte del quirófano".

Traumatología y Ortopedia representa uno de los pilares del hospital por volumen de actividad. 47.500 consultas, más de 4.000 intervenciones quirúrgicas y 3.400 pacientes hospitalizados, con una demora media de 5,9 días, son las cifras de la memoria del último año, incluidas las de la Unidad de Artroscopia, la Unidad de la Mano y Ortopedia infantil.

"Ampliamos hasta los 16 años la edad pediátrica"

María Jesús Cabero. Urgencias pediátricas

"Hace un año que nos hemos trasladado y parece que llevamos mucho más tiempo, ya nadie anhela la Residencia". Entre otras cosas porque con la mudanza a Valdecilla se estrenaban unas "instalaciones claramente más confortables para los pacientes, con habitaciones individuales Cómo decía una familia: De hotel de lujo, casi no parece un hospital", señala María Jesús Cabero, coordinadora de Urgencias pediátricas. Un cambio a mejor "que aprecian mucho los pacientes de aquí y también los que nos visitan de fuera", añade, y que incluye "consultas amplias en el Área de Urgencia, espacios adaptados a la edad de los pacientes, salas de espera diferentes y no abarrotadas". Pero lo más importante, a juicio de la pediatra, "no es la infraestructura, sino la posibilidad de poner en marcha una mejor forma de trabajar, con nuevos protocolos, menos esperas, la informatización de la historia clínica, el aumento de la resolución de las consultas...", con una novedad que "valoran las familias y con el que los profesionales ven cumplido un reto: la ampliación de la edad pediátrica a los 16 años. ¡Ahora queda hasta los 18!", reivindica Cabero.

El traslado "nos ha permitido una mayor coordinación con el resto de profesionales de otras especialidades, mayor acceso a lo que supone un gran hospital (aulas, sesiones, etc), y hemos conseguido la acreditación ISO9001-2015 para el Área de Urgencias y todo esto los pacientes y sus familias lo notan, nos lo dicen de forma espontánea y a través de las encuestas de satisfacción. Lo notan sobre todo los pacientes crónicos complejos, que tienen que acudir en un número mayor de veces y con patologías más graves". La coordinadora señala que el impulso que se ha conseguido dar a las Urgencias en este último año hace que "ahora enseñamos con orgullo la Unidad a colegas de otras comunidades o de fuera del país y se sorprenden no sólo de la obra sino también de las nuevas formas de trabajar". En este sentido, defiende que "todos los cántabros deberían tener seguridad y orgullo de la calidad de Sanidad que tenemos".

Sin embargo, "esto esto no acaba aquí", apostilla, ya que "queda pendiente señalizar mejor el hospital, hacer alguna redistribución de espacios, incorporar nueva tecnología, realizar un abordaje de la patología social y del adolescente y desarrollar la hospitalización en el domicilio".

"Pacientes y profesionales ganamos con el traslado"

Jesús Macías. Medicina Interna

Hasta hace un año el servicio de Medicina Interna tenía una pata en la Residencia, otra en Liencres y otra en Valdecilla. Y sus profesionales se movían de un destino a otro cada día, "en ocasiones más de una vez". De ahí que entre los beneficios de la unificación, Jesús Macías se acuerde de "algo que puede parecer de menor interés pero que para nosotros tenía importancia": dejar de subir y bajar la cuesta entre la zona de hospitalización, en la Residencia, y las consultas de Valdecilla Sur. "Perdíamos gran cantidad de tiempo, por no hablar de la incomodidad que suponía hacerlo los días de lluvia...", admite. "Además dicho sea en clave de humor, hemos dejado de tener esa molesta sensación de parecer que éramos médicos de segunda".

Con el cambio, "no solo hemos dispuesto de unas instalaciones más modernas y confortables, tanto para pacientes como para personal sanitario, con el avance que eso supone, sino que hemos ganado en interacción con otras especialidades , lo que facilita que intercambiemos impresiones". Al compartir el mismo espacio, "ha disminuido también la demora de interconsultas, la asistencia es más ágil y eficiente".

Y si la distancia de la Residencia ya era un problema, "no digamos los más de 10 kilómetros a Liencres. La relación con los compañeros era prácticamente inexistente y las interconsultas, dificilísimas. No quiero ni recordar las dificultades que suponía desplazar a los enfermos a Valdecilla en ambulancia cuando necesitábamos alguna exploración especial".

Macías subraya "el claro estímulo profesional que ha supuesto el retorno para los médicos de Liencres, que han desarrollado una labor encomiable, pese a que las condiciones de trabajo al principio eran poco favorables, por tener a los enfermos dispersos por el hospital hasta que se pudo asignar una planta específica". De hecho, "el rendimiento del servicio ha aumentado de forma más que notable, si comparamos los meses de enero a abril de 2016 con los de 2017, hemos atendido casi un 30% más de casos (1.615 frente a 2.080)". La reorganización ha permitido redistribuir los recursos económicos. "Por ejemplo, ya no se precisa un médico de guardia en Liencres, pero se ha mejorado la asistencia continuada con un internista en Urgencias por las tardes".

"Los niños y sus familias se sienten muy a gusto"

Inmaculada Torrijos. Enfermera de Pediatría

Como supervisora de enfermería de la Unidad de Hospitalización Pediátrica durante los últimos tres años hace un mes escaso que dejó de serlo, Inmaculada Torrijos vivió directamente el traslado desde la Residencia a la 3ª planta de la Torre D de Valdecilla. Un año después, cree que "el cambio ha sido positivo y bueno para todos, ya que Pediatría se ha integrado físicamente dentro del hospital, lo que favorece la comunicación con los demás servicios, aunque lo más importante es que las familias y los niños manifiestan sentirse a gusto, en buenas manos, en un espacio que les resulta acogedor".

Y es que "la mejora de las instalaciones es evidente", ya que toda la planta dispone de "habitaciones individuales, con decoración infantil, climatizadas, con una cama/sofá para la persona responsable del niño, baño individual adaptado, canal gratuito de televisión infantil las 24 horas, cama articulada con mando eléctrico, pasillos amplios para poder pasear y salas de visitas para las familias que lo deseen". Pero además, añade, cuenta con "una sala de juegos y un parque infantil exterior para desarrollar múltiples actividades con el fin de hacer más agradable la estancia de los niños".

Torrijos recuerda "las intensas jornadas de trabajo para organizar el traslado", porque "se realizó en un día" incluidos los más pequeños, los pacientes de Neonatología, que fueron desplazados en incubadoras a bordo de ambulancias medicalizadas, "aunque verdaderamente se venía preparando durante los meses anteriores. Todo el equipo se esforzó para tenerlo todo organizando y que los niños y familias, que permanecían ingresados, tuvieran los mínimos inconvenientes".

Y "el resultado no pudo ser mejor reconoce, gracias al apoyo del propio personal, de la enfermera que realizó las labores de coordinación y de las direcciones tanto de Enfermería como la Médica". Sin embargo, "para el personal de Enfermería, la despedida de "la Resi, como se la llamaba con cariño, fue difícil, puesto que llevaban muchos años desarrollando su actividad profesional allí y lógicamente los lazos de unión han estado presentes". Por eso, opina que "el proceso de adaptación aún llevará algún tiempo".

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