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Javi Diego, segunda generación de fotógrafos, ante la tienda de fotos que cierra hoy.
La calle Guevara pierde músculo comercial y suma 39 locales vacíos

La calle Guevara pierde músculo comercial y suma 39 locales vacíos

Esta céntrica vía, en la que bullía el comercio y la hostelería, despide hoy otro establecimiento, Foto Diego, "y cerrarán más", dice el propietario, segunda generación de fotógrafos de la ciudad

Juan Carlos Flores-Gispert

Miércoles, 31 de mayo 2017, 07:52

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La calle Guevara, en la que hace diez años bullía el comercio y la hostelería, pierde hoy uno de sus negocios más conocidos y veteranos, Foto Diego, presente en esta vía desde agosto de 1995, aunque sus propietarios llevan en el mundo de la fotografía más de cinco décadas. Primero el padre, Rolando Diego, en la tienda de sus primos Limorti (Varli) en el Paseo de Pereda, y desde 1995 independizado, con sus hijos Vicente, Rolando y Javi, y su esposa, Paquita Varela.

Con sus 570 metros de longitud, que se extienden entre el Río de la Pila y la plaza de la Leña (grupo Santos Mártires), Guevara es hoy una calle en la que hay 39 comercios y bares cerrados. "No sé de dónde se sacan los datos el Gobierno para las estadísticas de que sube la venta del pequeño comercio. No es verdad. La prueba está en esta calle y en sus alrededores, con decenas de comercios vacíos", señalaba Javi Diego la víspera de su despedida.

Guevara era "una de las calles más comerciales de Santander y por la que pasaban miles de personas al día. Han cerrado numerosos comercios de los que se llaman 'de toda la vida'", relata Javi, "como El Ajuar de la Novia, la joyería Fuensat, regalos Draco y la tienda de ropa vaquera Texas, que fue una sensación en su momento".

Otros establecimientos que fueron importantes en el barrio eran "el local de 'Chispas', el mecánico de coches; la tienda de reparación de máquinas de escribir, una lechería y la tienda de muebles Torrelavega, donde está hoy un comercio chino. Aquí tuvimos confiterías, lecherías y bares muy famosos, como Prada a Tope y la famosísima discoteca Caracol. Y el cine Roxy, cuyo local ocupa un supermercado Lupa".

Panaderos y fotógrafos

Hoy le toca el turno a él. Hoy echa definitivamente la persiana de Foto Diego, un negocio familiar "en el que en los últimos seis años las ventas han ido descendiendo poco a poco. Desde hace año y medio estoy perdiendo dinero y esto no puede seguir así", dice Javi Diego. "Me voy como todos los que cierran próximos a la jubilación, porque ya no hay venta. Me voy con 61 años y la gran pena de dejar este negocio, en el que tanto hemos luchado, en esta calle que en la que todos somos una familia".

Tres generaciones de Diego han trabajado en el barrio. El primero fue Valentín Varela, su abuelo, "que abrió una panadería en la cuesta de La Atalaya y que se la compró Martínez cuando se estableció en Santander". El segundo Diego fue Rolando, el que abrió la tienda de fotografía en la calle Guevara en 1995, y la tercera es Javi, el que tiene que cerrar "por la crisis y por la enfermedad de mi madre, mi pareja y la mía".

La historia de Javi Diego en el mundo de la fotografía se inicia hace casi cincuenta años: "Cuando era un niño ya estaba tras los mostradores de la tienda Varli, en el Paseo de Pereda, donde trabajaba mi padre". Varli fue fundada por Salomón Limorti y Carmen Varela. "Ella era hermana de mi madre, Paquita, así que mi padre entró a trabajar con ellos y yo de aprendiz. Se puede decir que crecí en una tienda de fotografía", dice Javi sonriendo, y recuerda que su tío político Limorti, "antes que en Santander tuvo tienda en Logroño. Además, era fotógrafo de prensa en esa ciudad".

Con el cierre de Foto Diego "desaparece otra tienda más de fotografía de la ciudad. Ya no está Zoom, Varli no tiene fotografía, cerraron Landy, Ludy y Hojas y muchos más que ya no recuerdo", recuerda Javi. "Y seguirán cayendo, estoy seguro. Nos han hecho mucho daño los teléfonos móviles, la venta y revelado por internet y también las grandes superficies. Cambia el modelo y cambia el mundo, pero el aficionado que hace fotos digitales no sabe que guardarlas es complicado. Miles se pierden y, con ellas, los recuerdos".

Como fotógrafo veterano de segunda generación ("Lo eran mi padre y mi tío Limorti", recuerda), Diego conserva "miles de imágenes del Santander de los últimos cincuenta años que voy a archivar con cuidado ahora que me jubilo forzado. Además, soy coleccionista de cámaras antiguas, así que me dedicaré a ellas. Tengo alrededor de 3.000".

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