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Javier Cotera
La alcaldesa de Santander abre la puerta al rediseño de algunas líneas del MetroTUS

La alcaldesa de Santander abre la puerta al rediseño de algunas líneas del MetroTUS

Gema Igual dice que una vez oídas las «necesidades, quejas y alabanzas» se podrían abordar cambios una vez analizada su viabilidad material, económica y a cuántos usuarios afectaría

DM .

Santander

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Martes, 20 de febrero 2018, 19:35

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Hasta ahora había hablado de realizar ajustes o pequeños cambios, pero hoy la alcaldesa de Santander, Gema Igual, ha hablado de resideño, rediseño para algunas líneas solo, eso sí, y solo tras el análisis de los técnicos y una vez que acabe la ronda de conversaciones abierta con los vecinos para escuchar su opinión sobre el nuevo sistema de transporte que arrancó el pasado 1 de febrero.

La regidora ha reconocido que una vez escuchadas «sus necesidades, quejas y alabanzas, que también las hay», se podrían rediseñar algunas líneas «una vez que los técnicos lo estudien y se analice su viabilidad material, económica y a cuántos usuarios afectaría el cambio». Igual ha insistido en que el sistema de autobuses «no es algo estanco». De hecho, ha explicado, los folletos que se han editado no son los definitivos porque están sujetos a cambios.

Sus palabras llegan tras una lluvia de mociones de los grupos de la oposición, que iran al pleno del próximo jueves y de las críticas reiteradas de los usuarios en especial los vecinos de las zonas más periféricas de la ciudad, que rechazan los transbordos, los tiempos de viaje más largos, las esperas y la falta de líneas. Mientras PSOE y PRC pedían ayer la paralización del sistema y la vuelta al anterior hasta que se abra un proceso real de participación, hoy la alcaldesa ha defendido que frente a la «paralización» del nuevo sistema de transporte que piden los grupos de la oposición, el equipo de gobierno «propone la mejora continúa», que es, según la alcaldesa, lo que se está haciendo desde el 1 de febrero.

«Claro que seguiremos mejorando pero lo que se le ha dicho a los santanderinos es que lo peor que les puede pasar es tener que hacer un transbordo con una media de cuatro minutos de espera, un tiempo que se recupera en la línea central con el carril rápido», ha dicho también.

«Lo peor que les puede pasar es tener que hacer un transbordo con una media de cuatro minutos de espera»

«En este momento todo el mundo sabe que en la ciudad hay un lío con el transporte urbano»

Cuando el nuevo TUS se puso en marcha, ha recordado, el equipo de gobierno se dio un plazo de un mes para comprobar su funcionamiento sobre el terreno y «ajustar todos los imprevistos que pudieran surgir», además de escuchar a sus usuarios. La alcaldesa ha apuntado que se han introducido algunas mejoras, como el cambio de frecuencia en la línea 3, en la que se ha añadido otro autobús.

También se detectó que los intercambiadores tenían que tener cristales y está en marcha el proceso para contratarlos, mientras que los quince tótem repartidos por las paradas están ya en funcionamiento. En ellos se puede recargar ya el USB y «en breve» se podrá recargar también la tarjeta del TUS.

Igual ha insistido en que cualquier modificación tiene que ser estudiada antes. «Seria muy imprudente decir lo que va a pasar sin haberlo analizado. No nos caracterizamos por no analizar las cosas y lanzar solamente lo que la gente quiera oír», ha dicho la alcaldesa, quien ha reconocido que «en este momento todo el mundo sabe que en la ciudad hay un lío con el transporte urbano».

Aunque cree que algunos de los que critican el cambio de sistema no utilizan el autobús, también considera que muchos de los usuarios a los que se les ha cambiado las líneas tienen razón. Ha sido, a su juicio, un cambio drástico, que afecta al 40 por ciento de los usuarios mientras que al 60 restante no se le han modificado las líneas.

Según la alcaldesa, el objetivo del Ayuntamiento de Santander es un sistema de transporte que dure «muchos años» y que no haya que estar cambiando cada cinco o seis, que permita poder ampliar en el futuro las líneas de la periferia, que es donde está creciendo la ciudad, mientras «se protege el centro» con los dos intercambiadores.

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