Borrar
Pasadas las nueve y media de la noche los operarios, apoyados por miembros de la Policía Local de Santander, procedieron al pintado de la turborrotonda. Fotos: Javier Cotera Vídeo: Pablo Bermúdez

La turborrotonda de Valdecilla Sur se estrena entre atascos y dudas

Santander ·

La jornada finalizó sin accidentes en la glorieta, que amaneció sin estar pintada del todo y estuvo vigilada todo el día por agentes de Movilidad

Álvaro San Miguel

Santander

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Jueves, 19 de abril 2018

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

La segunda turborrotonda de Santander se estrenó este jueves entre atascos y dudas. El efecto fue similar al que tuvo los primeros días la primera turboglorieta de la ciudad en el cruce de la S-20 con la Bajada de San Juan: conductores confusos, tráfico pesado, volantazos, líneas continuas pisoteadas, conos atropellados y alguna que otra reprimenda de los agentes de Movilidad. Desde primera hora se formaron retenciones, que llegaron hasta Valle Real, para entrar a Santander por la S-10. Y durante todo el día hubo atascos en la calle Jerónimo Sáinz de la Maza, lo que obligó a los agentes de Movilidad que vigilaban la glorieta a dar paso a los coches que bajaban desde Cuatro Caminos para aliviar unas retenciones que colapsaron toda la bajada desde la plaza de toros.

En la S-20 fue cuestión de tiempo que los conductores asumieran la lógica aplastante de este invento holandés. En un par de semanas mejoró la circulación y desaparecieron los accidentes. Pero Valdecilla Sur es un animal distinto. Engulle el triple de vehículos al día (78.000 de media), tiene un carril más, da acceso a la zona de consultas del mayor hospital de Cantabria y a un polígono industrial, cuenta con pasos de peatones en cuatro de sus cinco ramales y distribuye gran parte del tráfico de entrada y salida de la ciudad. Un cubo de Rubik circular donde siempre hay algún color que no encaja. No se puede negar la valentía del Ayuntamiento y del Grupo de Investigación de Sistemas de Transporte de la Universidad de Cantabria para afrontar este nuevo reto mientras continúan las protestas por su último proyecto común: el MetroTUS.

Taxistas, conductores, viandantes... Todos coincidían tras probar el invento en que la idea es buena, como se demostró en la S-20, y compartían las dudas de que sea aplicable en un entorno tan hostil como el de Valdecilla Sur.

Javier Cotera

«Hoy es un lío»

Para un taxista como José, con más de 20 años de experiencia, no era la solución. «Esta rotonda tiene mucha afluencia de tráfico, no es lo mismo que la de la S-20. Bajar de la plaza de toros es imposible». ¿Entonces estaba mejor como estaba?, cabe preguntar. «No lo sé», responde. «Ya era una rotonda bastante complicada. Veremos cómo queda más adelante. Ahora es un lío».

Debe quedar claro que ayer no se había pintado toda la rotonda. Faltaban las flechas que indican las direcciones a las que lleva cada carril y el parrillado de las dos chicanes que obligarán a reducir la velocidad para circular por el interior de la rotonda. Estaba previsto terminar el trabajo esta madrugada, con lo que este viernes debería ser algo más sencillo entender la turborrotonda.

La clave está en tener claro adónde nos dirigimos y elegir el carril correcto. El de la derecha se debe utilizar si vamos a abandonar la rotonda en la primera salida que nos encontremos. El carril izquierdo nos permitirá acceder al interior de la glorieta, desde donde podremos llegar a todas las salidas. La principal complicación está en la bifurcación que se produce dentro de la rotonda frente a los ramales que vienen de Cuatro Caminos y Candina. Si nos equivocamos de carril es probable que ya no podamos llegar a nuestra salida. En este caso, antes de saltarnos la línea continua, que es lo que hicieron ayer muchos conductores, hay que coger otra salida y regresar a la turborrotonda con la lección aprendida. Por nuestra seguridad y la del resto de conductores.

Atasco en la bajada desde Cuatro Caminos, antes de llegar a la turborrotonda
Atasco en la bajada desde Cuatro Caminos, antes de llegar a la turborrotonda Javier Cotera

Para Mingo, uno de los taxistas que esperaba clientes a la salida de Valdecilla Sur, la turborrotonda es el símbolo de nuestra derrota como conductores. «Aquí se demuestra la poca capacidad que hay en este país para utilizar una rotonda. Así de claro. Tienen que poner todo esto para decir a cada uno por dónde tiene que ir. No tenemos capacidad para decir: 'Estoy en una rotonda, decelero, dejo que pase otro... Aquí la gente entra a cañón y siempre con su derecho. Espero que funcione, pero de momento no le pongo nota. Además habría que dar nota, no a la rotonda sino a los que la utilizamos».

Aunque sea cierto que en este país no sabemos usar las rotondas, algunos ponen todo su empeño en aprender. «He venido a ver cómo funciona porque tengo que pasar por aquí dos veces al día. Hice lo mismo con la de la S-20, que la estudié a pie antes de hacerla con el coche», explica Antonio, uno de los muchos vecinos que se acercaron a ver los toros desde la barrera. «Creo que aquí va a haber un tomate... Sobre todo para los que bajamos desde la plaza de toros. Veremos, porque en la S-20 decía lo mismo y poco a poco lo vas asimilando».

Un invento holandés

Los holandeses que inventaron las turborrotondas pensaban que obligar a circular por el carril correcto –en lugar de usar uno por sistema, generalmente el derecho para asegurarse la prioridad– favorece una ocupación similar de todos los carriles y una mayor fluidez del tráfico, además de reducir los accidentes por impactos laterales. Pero ayer al menos, en el día de su estreno, no fue así. «Es un infierno. Y eso que yo voy en moto. Parece la rotonda sin ley, los coches se cruzan por donde quieren... A lo mejor la solución es poner también una turborrotonda en La Marga», ironizaba José, un conductor que se quejaba a las ocho y media de la mañana porque llegaba tarde al trabajo. «Algo han calculado mal, porque no es normal que todas las vías estén atascadas».

Al menos no hubo ningún accidente –según confirmó a última hora la Policía Local de Santander–, y este viernes los 78.000 conductores que circularon ayer por Valdecilla Sur ya saben que en la turborrotonda no se pueden tener dudas.

Publicidad

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios