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D. Pedriza
Los contenedores no desaparecerán de Calvo Sotelo a pesar de su impacto visual

Los contenedores no desaparecerán de Calvo Sotelo a pesar de su impacto visual

El Ayuntamiento descarta soterrarlos por su elevado coste, ya que por el subsuelo discurren múltiples canalizaciones de todo tipo de servicios

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Jueves, 19 de octubre 2017, 07:14

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Avanzan por la Avenida de Calvo Sotelo y Jesús de Monasterio las mejoras en la calzada para la instalación del Metro-TUS, pero no desaparecerán los grandes contenedores de basura, que tanto molestan a los comerciantes de la zona. Se han trasladado y recortado pasos de peatones, se ha trasladado un quiosco de prensa y se están instalando nuevos semáforos, se ha reasfaltado desde Puertochico hasta el Ayuntamiento y se ha repintado la señalización vertical.

Pero los contenedores de basura y de residuos reciclables no desaparecerán de las aceras de Calvo Sotelo, porque se trataría de un proyecto técnicamente viable pero muy caro. Y lo es porque por el subsuelo de Calvo Sotelo hay cableado de luz, de telefonía, de telecomunicaciones y de gas, además de conducciones de agua y las tuberías del saneamiento.

«Quizá en el futuro»

Así que soterrar los contenedores, algo que mejoraría en gran medida el aspecto de esta céntrica avenida, «resultaría tan, tan caro, que de momento no se va a hacer. Esto no quiere decir que en algún momento, más adelante, se aborde un proyecto de esta envergadura, pero siempre sabiendo que tiene dificultad técnica y es muy caro», explica el concejal de Medio Ambiente, Ignacio Quirós.

Es consciente el edil del impacto visual de estos grandes contenedores, pero «de momento no hay solución. Se ha estudiado con los técnicos municipales instalar los contenedores en calles adyacentes o que desemboquen en Calvo Sotelo, pero no es posible hacerlo. A Isabel II no se pueden trasladar los contenedores de Calvo Sotelo por la estrechez de la calle. Y en Lealtad y Juan de Herrera ya hay contenedores soterrados. Se ha estudiado trasladar los depósitos a otras calles cercanas, pero sería alejarlos mucho de los vecinos y, de momento, se ha descartado».

11.500 euros cada cambio

En la actualidad, el Ayuntamiento está renovando un tercio de los viejos contenedores soterrados que hay en el municipio, 87 del total de 262. Los más antiguos, los que van a ser renovados, se instalaron en Santander en el año 2003. La sustitución de los viejos contenedores en varias calles le cuesta al erario municipal un millón de euros: 11.500 euros por contenedor.

Porque no es tan sencillo como quitar unos y poner otros. Hay que desmontar el viejo, adecuar y limpiar el foso, arreglar los marcos y preparar la estructura para el nuevo equipo, reparar los sistemas de elevación -incluidos los eléctricos-, bombeo y oleohidráulicos asociados, mejorar los equipos de izado, sustituir las tapas y los buzones y realizar el sellado y las pruebas para comprobar que todo se ha hecho bien.

«Se ha intentado -dice el edil de Medio Ambiente- instalarlos en los lugares en donde sean menos molestos para los comercios de la zona y para los peatones. Los comerciantes se quejan de que una vía principal como es Calvo Sotelo y muy comercial tenga una docena de contenedores de gran tamaño sobre las aceras.

Hasta hace una semana, buena parte de los contenedores estaban en la calzada, entre los coches. Pero la habilitación de un carril único para uso del futuro Metro-TUS ha obligado a retirar los coches y motos, además de los container de basura. Éstos han sido situados sobre las aceras, entre los árboles y, en ocasiones ha sido necesario talar ramas para que los brazos de los camiones que recogen los depósitos de basura puedan actuar y elevarlos para vaciarlos. Los comerciantes abogan por instalar contenedores más pequeños, con impacto visual menor, una solución tampoco contemplada por el Ayuntamiento.

El contenedor y la imagen

En toda la vía principal de Santander, desde Cuatro Caminos hasta Castelar, no hay contenedores soterrados, a pesar de ser una zona de fácil acceso para los camiones de recogida. Las dificultades técnicas y económicas impiden realizar la obra que mejoraría el aspecto de estas calles y avenidas. Los comerciantes dicen que algunos de estos contenedores, como en el caso de San Fernando, sí podrían ser trasladados a calles secundarias.

En la actualidad, el Ayuntamiento estudia la contratación de un servicio de control de la calidad de la recogida de basuras, la limpieza de las calles y la higienización de sus playas. El municipio, según el pliego de condiciones, prevé pagar 150.000 euros, IVA incluido. La empresa deberá realizar un estudio sobre qué opinan los ciudadanos sobre la limpieza de la ciudad.

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