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Recreación del proyecto inmobiliario que impulsa la constructora Senor en Santander. :: dm
Un proyecto para edificar 34 pisos capta inversores desde sólo 50 euros

Un proyecto para edificar 34 pisos capta inversores desde sólo 50 euros

La falta de financiación bancaria y la búsqueda de nuevos caminos para los pequeños ahorradores confluyen en el crowdfunding inmobiliario. En Santander 1.211 inversores respaldan la construcción de 34 viviendas.

Pilar Chato

Santander

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Lunes, 11 de diciembre 2017

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¿Se imagina sentarse ante su ordenador y a golpe de 'clic' y con un capital pequeño -puede ser desde 50 euros- invertir en varios proyectos inmobiliarios? Como los billetes de avión, Uber, o la compra de un coche en Amazon, las nuevas tecnologías y la evolución del mercado potencian nuevas formas. ¿Piensa en un edificio completo construido gracias a esa posible microfinanciación particular?

En Santander la promoción de la constructora Senor para levantar 34 viviendas y 51 plazas de garaje ha logrado, a través de lo que se denomina 'crowdfunding' inmobiliario, un total de 1,3 millones de euros. 1.211 inversores particulares que han puesto capital a una media de 1.000 euros -podían hacerlo desde 50- y que tiene una rentabilidad del 10% a doce meses. Aunque hay inversores cántabros, la mayoría son de Madrid, Barcelona, el País Vasco y Andalucía; también de Italia y Portugal. Varones con estudios superiores, sobre todo. A golpe de 'clic', en este caso ha sido la plataforma Houser, que lleva dos años operando en España, la que ha puesto en contacto a esos pequeños ahorradores con el sector de la construcción, que busca alternativas a los escollos de financiación que trajo la crisis.

Hay dos hechos en los que coinciden todos, desde Álvaro Luna, socio director de Houser, a Joaquín Pérez-Masá, director de promoción inmobiliaria de Senor, pasando por el presidente de la Asociación de Constructores de Cantabria, Gervasio Pinto, o las inmobiliarias. Por un lado, la financiación bancaria, en especial para el sector inmobiliario, se ha complicado y están surgiendo nuevos caminos; y, por otro, hay pequeños ahorradores/inversores en busca de un sector en el que poner su dinero y los bancos tampoco ofrecen ya rentabilidades altas. A ello se suma, para los promotores, la dificultad de acceder a suelo, ya que la mayoría está en manos de la Sareb y ésta solo lo pone a disposición si se liberan de todas las cargas, pero el crédito y la financiación para obtener ese suelo está complicada.

Para el profano puede sonar extraño o nuevo, pero el sistema de 'crowdfunding' para financiar y obtener posibles rentabilidades futuras no es tan nuevo, y, ahora, ni tan raro. En el mundo anglosajón existe hace tiempo la búsqueda de microfinanciación para nuevos proyectos o empresas confiando en su éxito futuro; es el 'crowdequity', financiación a empresas a cambio de participación en el capital, o el 'crowdlending', donde los inversores pueden prestar su dinero a personas o empresas a cambio de unos intereses. Hoy, si se hace una búsqueda en google para el término 'crowdfunding inmobiliario' salen más de 253.000 entradas en 0,37 segundos..

Gervasio Pinto, presidente de la Asociación de Constructores, pone el énfasis en que se trata de una alternativa a la falta de financiación de los bancos y no descarta que sigan surgiendo nuevas formas. Admite una cierta recuperación en el sector de la vivienda nueva, pero advierte de la falta de suelo libre de cargas que frena esa tendencia. Por ello, admite que opciones como el 'crowdfunding' son una salida para el sector y para el pequeño inversor.

La mitad de la urbanización de Senor en Santander, la primera en España en financiarse íntegramente con este sistema de economía participativa, ya está vendida y cuenta con la licencia de proyecto básico, de urbanización y de compensación, confirma el Ayuntamiento de Santander, cuyo concejal de Urbanismo, César Díaz, opina que estas iniciativas, «ciertamente novedosas en cuanto a su aplicación al sector inmobiliario pero quizá más comunes en otro tipo de ámbitos, pueden ser una alternativa en un momento en el que el acceso a préstamos ligados a promociones inmobiliarias es restringido, contribuyendo, de esta manera, a reactivar el sector inmobiliario y, en consecuencia, a favorecer el impulso a la actividad económica y a la generación de empleo».

En este sentido, Alvaro Luna destaca desde Houser el gran número de plataformas para este tipo de financiaciones surgidas en los dos últimos años. En España, más de dos millones de personas han participado en alguna de las 40 plataformas que existen, explica. Houser, incrita en la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), tiene 74.000 usuarios y ha financiación en sus dos años y medio de vida 200 inmuebles con 34 millones de euros. «Es un avance en la democratización de los servicios de inversión inmobiliaria. Todos saben que esta puede tener más o menos riesgos pero es una seguridad que haya un bien activo que lo respalda», explica Álvaro Luna a este periódico, quien dibuja un escenario sencillo en el que la plataforma pone en contacto dos actores que se necesitan: el ahorrador al que le gustaría invertir en el mercado inmobiliario, pero que no tiene tiempo, conocimiento o grandes capitales -estas plataformas permiten capitales muy pequeños, desde 50 euros, de forma directa y diversificando los riesgos- y al empresario que ya no accede a la financiación como antes de la crisis. «Esto ya es una realidad, es la tendencia, el yo puedo hacerlo todo y en la distancia», y aquí recuerda como ejemplo el turismo y se pregunta quién recurre hoy a una agencia para una reserva de un coche o un billete de avión. «No se trata de inventar la rueda, sino de avanzar».

Desde el sector inmobiliario se reconocen estas variables y se recomienda «asesoramiento». Enrique Mier, presidente de Afilia, admite que es una opción más de mercado pero que debe contar con un adecuado asesoramiento, como el que pueden dar las propias inmobiliarias. Mier hace una lectura más y es la necesidad de incentivar la compra de vivienda para evitar que los alquileres sigan disparándose por la falta de oferta.

«Hay que reinventarse, abrir una puerta y ver qué pasa»

«Hay que reinventarse (…) abrir una puerta a ver qué pasa y tener respuestas». Es el resumen que hace Joaquín Pérez-Masá, director de promoción inmobiliaria de Senor. Desde el lado del promotor y constructor, destaca esa dificultad de acceso al suelo y a la financiación bancaria. Su empresa conocía los nuevos sistemas como el de Houser, que hasta ahora se habían centrado en España en proyectos más pequeños como rehabilitación de viviendas y proyectos de alquiler. Ellos decidieron apostar a algo más, a la construcción de una promoción más grande. Eso les ha llevado a algunas páginas de periódicos. «Houser entiende que el mercado inmobiliario llegó a su punto más débil y como no hay financiación bancaria nos la buscamos nosotros. Ponemos una oportunidad de negocio», resume con sentido práctico Pérez-Marsá. El resultados son esos 1.211 inversores, que a una media de 1.000 euros han sumado 1,3 millones al proyecto. Ahora, para 'cobrar', «los inversores empezarán a recibir, en función de su aportación económica, ingresos mensuales provenientes de los intereses, hasta que el promotor amortice todo el préstamo», explica el responsable de Housers.

«Hay que reinventarse (…) abrir una puerta a ver qué pasa y tener respuestas». Es el resumen que hace Joaquín Pérez-Masá, director de promoción inmobiliaria de Senor. Desde el lado del promotor y constructor, destaca esa dificultad de acceso al suelo y a la financiación bancaria. Su empresa conocía los nuevos sistemas como el de Houser, que hasta ahora se habían centrado en España en proyectos más pequeños como rehabilitación de viviendas y proyectos de alquiler. Ellos decidieron apostar a algo más, a la construcción de una promoción más grande. Eso les ha llevado a algunas páginas de periódicos. «Houser entiende que el mercado inmobiliario llegó a su punto más débil y como no hay financiación bancaria nos la buscamos nosotros. Ponemos una oportunidad de negocio», resume con sentido práctico Pérez-Marsá. El resultados son esos 1.211 inversores, que a una media de 1.000 euros han sumado 1,3 millones al proyecto. Ahora, para 'cobrar', «los inversores empezarán a recibir, en función de su aportación económica, ingresos mensuales provenientes de los intereses, hasta que el promotor amortice todo el préstamo», explica el responsable de Housers.

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